El Reiki es la utilización del Prana o energía vital, manipulada por los yoguis de la India desde milenios.
El Reiki puede combinarse complementariamente con todo proceso terapéutico; ya sea de la medicina alopática tradicional, medicinas alternativas como la acupuntura, iridología, homeopatía.. etc.
Al final del siglo pasado, el japonés Mikao Usui, profesor de teología en la universidad de Kyoto, encontró en los Yoga Sutras (textos sánscritos hindúes), las técnicas que explican como despertar y canalizar el Prana a través del cuerpo con fines curativos, armonizando el equilibrio psicológico para facilitar la rehabilitación eliminando factores de recaída.
El nadi (conducto psíquico por el que corre el Prana), utilizado en Reiki es uno de los 372.000 que existen en el cuerpo astral; concretamente el que va de la cabeza (Chakra Sahasrara) hasta la palma de la mano. El Prana baja desde lo alto hasta la mano para, a través de ésta, poder trasmitirlo al paciente o a una parte del cuerpo de uno mismo, que se quiera curar.
Todas las personas poseemos los mimos nadis o meridianos, de ahí que cualquiera pueda utilizarlo, para lo cual es necesario, en primer lugar acudir a una clase de inciación que imparte el método Reiki. La activación de la energía es sumamente sencilla, ya que solo es necesario un fin de semana o tres tardes en una semana.
EN LA PRIMERA CLASE DE REIKI SE ACTIVA EL PRANA O ENERGIA VITAL
El primer grado de Reiki es el más importante, cada participante está capacitado para curarse a sí mismo y a los demás, de manera totalmente práctica y eficaz. Los resultados son verdaderamente sorprendentes. La terapia es suave pero rápida, y presenta la ventaja de curar los efectos y las causas que producen la enfermedad. Es una terapia sencilla, sana y natural. Uno puede tratarse sintiendo inmediatamente el beneficio de la energía vital concentrada en el lugar enfermo, si bien también puede utilizarse con fines de prevención de enfermedades, así como para reequilibrar nuestras emociones y mente en general, abriendo, naturalmente, a cada uno de nosotros la puerta de la espiritualidad y autoconocimiento.