FENACO entidad que aglutina a la mayoría de los naturópatas de España- viene negociando desde su fundación la regulación de la Naturopatía en España. Pues bien, puede decirse que se han resuelto a nivel jurídico, metodológico, epistemológico, praxiológico y tecnológico todas las pegas presentadas por los últimos gobiernos para su reconocimiento como disciplina autónoma en el marco de las ciencias de la salud. Nos lo cuenta su presidente, Manuel Navarro.
Hoy día el concepto de Naturopatía se utiliza para englobar a todos los métodos naturales que permiten ayudar a recuperar o mantener la salud. Podríamos definirla, pues, como el conjunto de reglas higiénico – dietéticas y actividades que permiten que las funciones y estructuras orgánicas del cuerpo se armonicen con las leyes naturales.
Pues bien, a pesar de que son más de 20.000 las personas que ejercen legalmente la Naturopatía en España se trata de una actividad que carece de titulación académica. Un sin sentido que a las puertas del siglo XXI debería haber resuelto hace ya mucho tiempo la Administración. Porque hablamos de una ciencia de la salud que pretende ayudar a devolver el equilibrio perdido a los seres humanos mediante la educación y la utilización de terapias naturales no agresivas. Así de simple… y de complejo. Una voluntad que nace del intento de encontrar una alternativa a la práctica médica habitual y, muy especialmente, a la Medicina alopática, demasiado habituada a actuar agresivamente para combatir los síntomas de las llamadas enfermedades.
Y nadie más adecuado para hablarnos de ello que Manuel Navarro Lara, presidente la Federación Española de Asociaciones Profesionales de Naturópatas (FENACO).
– La demanda de métodos naturales no agresivos de salud es cada vez mayor en nuestra sociedad a pesar de lo cual sigue sin regularse legalmente la actividad de quienes los practican. Sabemos que ustedes llevan casi una década hablando con la Administración para regularizar la Naturopatía. ¿Con qué resultados a fecha de hoy?
-La verdad es que el interés de la Administración por regular la Naturopatía comenzó en 1993 cuando FENACO planteó al PSOE, entonces en el Gobierno, que se la incluyera en la Ley de Profesiones Sanitarias que iba a mandar al Parlamento. Y así lo hicimos porque en una sociedad democrática donde prima el estado social y democrático de derecho lo normal es dirigirse a los interlocutores adecuados. Recordándoles además que la práctica profesional de los métodos naturales de salud denominada Naturopatía se ejerce en España desde 1922. Pero pusieron una serie de condiciones para afrontar la cuestión.
– ¿Podemos saber cuáles?
-Sí. Plantearon de entrada tres presupuestos básicos. Primero, que no se iba a legalizar terapia por terapia sino que había que buscar una denominación genérica que recogiera la práctica de los distintos métodos naturales de salud. Segundo, que para ello no se podrían utilizar términos como Medicina Alternativa, Medicina Natural, Medicina Complementaria, Medicina Holística o Medicina No Convencional ya que la alternatividad, la no convencionalidad, la complementariedad, lo holistico o lo natural no es sinónimo de profesión. Sería, dicen, como legalizar el Derecho Alternativo, la Arquitectura Natural o la Psicología No Convencional. Y tercero, tenía que quedar claro que no se trata de una especialidad médica más, algo que corresponde aprobar además a la Subdirección General de Especialidades Médicas y a la Organización Médica Colegial.
– ¿Y por qué se eligió el término Naturopatía para designar la práctica profesional de los métodos naturales de salud?
-Cada profesión tiene su denominación, su campo de actuación. Y ninguna de las existentes se denomina jurídicamente la “alternativa a”…, la “no convencional”, la “complementaria” o la “natural”. Asimismo, no se entiende correcto por parte de la Administración que figure la denominación toponímica de Medicina Tradicional China, Medicina Oriental, Medicina Chamánica o Medicina Ayurvédica por el mismo argumento: no tiene sentido legalizar el Derecho Tradicional Chino, la Fisioterapia China o la Óptica Oriental.
En cambio, la Naturopatía es un concepto internacionalmente aceptado aunque en Europa existan otros términos para la práctica de los métodos naturales de salud como el de Heilpraktiker en Alemania o el de Naturpraktiker en Dinamarca. Además, la Naturopatía se fundó en 1892 como segundo intento de reagrupar semánticamente las distintas técnicas naturales que se practicaban en aquel momento y en nuestro país se ejerce desde 1922. Por otra parte, la Organización Internacional del Trabajo recoge ya al Naturópata en la Clasificación Internacional de Ocupaciones definiéndolo como “practicante de las medicinas tradicionales”
Por todo ello hemos decidido utilizar el concepto de Naturopatía como nombre genérico para designar la práctica de los métodos naturales de salud.
-Y cómo se está decidiendo el ámbito de actuación del naturópata?
-Intentando definir su ámbito de competencia sin entrar en conflicto con los demás profesionales de la salud: médicos, fisioterapeutas, podólogos, psicólogos… Ese ámbito lo hemos definido en el Estatuto General de la Naturopatía y en el Código Deontológico donde se marcan claramente las diferencias. En realidad, los principales temas del debate se han centrado en el diagnostico y la finalidad terapéutica. Escollo que también terminaría solventándose.
– ¿Y cómo pretende regularse la Naturopatía?
-Mediante la creación de una diplomatura universitaria adscrita a la Escuela Universitaria de Ciencias de la Salud donde se imparta el conocimiento de los diversos métodos naturales: Acupuntura, Homeopatía, Iridología, Osteopatía, Herbología, Nutrición, Energética…
– ¿Cuál es la posición de la Administración actual?
-El PP está a la espera de la normativa general que va a surgir en breve del Parlamento Europeo. Pero, mientras, ha comenzado un proceso de regulaciones parciales, especialmente en el ámbito laboral con objeto de garantizar los derechos laborales de los naturópatas.
– ¿Han podido ustedes argumentar con rigor que la Naturopatía es una ciencia de la salud propia y distinta de las ya existentes y, por tanto, con personalidad propia para poseer sus propios estudios universitarios?
-Efectivamente. Todo el proceso, desde las bases científicas hasta la demostración de sus presupuestos prácticos, se ha demostrado hasta donde el conocimiento actual nos permite. En cualquier caso, hacen falta aún grandes recursos financieros para investigar en el área de la salud natural.
– ¿Considera que hoy en día la Naturopatía puede considerarse ya una oferta válida más dentro del conjunto de los recursos sanitarios españoles?
-Si, la Naturopatía cumple unas funciones sociales que van en consonancia con una emergente cultura de la salud. Quiero decir con esto que la Naturopatía es el camino idóneo para aquellos que desean cambiar su estilo de vida en general más que conseguir la curación puntual de una enfermedad Por decirlo con palabras sencillas, la Naturopatía no es sustituir el Valium por la valeriana.
-La Naturopatía, pues, además de una base científica y técnica también conlleva unos fundamentos filosóficos y éticos.
-Ciertamente. La Naturopatía tiene desde su origen esos fundamentos filosóficos y éticos sin los cuales es difícil de entender su existencia. La Naturopatía se sitúa, evidentemente, en un nuevo paradigma de la cultura de la salud donde el eje central se sitúa en la persona pero vista de manera integral, en su triple concepto de individuo-naturaleza-sociedad.
– ¿Y cuándo cree usted que se producirá ese reconocimiento legal?
-Si todo marcha normalmente, antes de que acabe este año.
Fuente: Jorge Carlos Palafox (Nº 39 de mayo 2002 Revista Discovery Salud)