Trinidad Gil, Colegiada FENACO ( en la foto), centra el debate sobre el parto natural: Un parto natural es un acontecimiento íntimamente sexual y vital, expresión de la vida misma, que se recrea en la belleza de dar a luz, de poner en el mundo un nuevo SER HUMANO, con MUCHA PACIENCIA, compasión, con suavidad, con su MADRE que elige por quien quiere ser acompañada, con amor, paz y serenidad y profundo respeto al establecimiento del vínculo mama/bebé, únicos PROTAGONISTAS del acto mas sublime de nuestra especie. Con apoyo incondicional a la lactancia
Consuelo Ruiz, la matrona más antigua de España, definía así el parto y lo qué está ocurriendo con el papel de las mujeres en nuestros días: El nacimiento es un hecho maravilloso que se produce espontánea y perfectamente, es el comienzo de una vida libre, independiente […]. El nacimiento ha perdido su categoría de grato acontecimiento familiar con la que fue calificado durante milenios, pero, a pesar de los esfuerzos realizados para ello, tampoco ha sido aceptado universalmente como una peligrosa enfermedad que se debería evitar y buscar otro sistema para la indispensable repoblación de nuestro planeta […]
Un poco de historia
1522 el Dro.. Wert de Hamburgo lo cita la historia como el primer hombre que asistió a un parto, se coló vestido de mujer, fue descubierto y quemado vivo acusado de atentado al pudor femenino.
Siglo XVII en el hospital de París “Hotel Dieu” los cirujanos (hombres todos) fueron autorizados a asistir partos, y comenzó la lucha entre estos y las matronas que vieron como el último reducto exclusivo de la mujer era invadido, sin que ese intrusismo sirviera para mejorar la asistencia.
Hasta el siglo XVIII,por ley se dio permiso a los cirujanos a intervenir en el parto, un verdadero bum de médicos comadrones, aún así la mayoría de los partos seguían en manos de las comadres, parteras o comadronas, no será hasta fines del XVIII y principios del XIX cuando la comadrona en nuestro país comienza a ser considerada antes que nada como del sexo “inferior” esto es como una mujer. A partir de este momento su labor solamente la llevan a cabo en las capas más humildes de la población.
Y en ciudades, sobre todo entre la aristocracia y pudientes, son los cirujanos los que desplazaron e hicieron la competencia a las comadronas.
1898 se empezaron a usar guantes, ropa estéril, así pues hasta fines del XVIII la fiebre puerperal hizo estragos sobre todo en clínicas y hospitales.
1841-1846 la mortalidad materna era del 9,9% en clínicas asistidas por médicos varones, mientras que las atendidas por matronas apenas alcanzaba el 3,9%. A partir de esto comienzan la investigación, las comadronas no tocaban cadáveres, por lo que no podían contagiar a la parturienta, comienza la guerra de la higiene para que el cirujano antes de asistir a una mujer lave sus manos y cambie sus ropas, en España no se habla de asepsia y antisepsia hasta 1885, aquí siguieron muriendo mujeres 40 años mas.
Para esa fecha la moda de la silla de partos ha pasado, la moda es parir tendida en la cama, porque asistir en esta era más cómodo para el obstetra, ¡como iba un varón a agacharse delante de una mujer! y como la postura es antifisiológica, las complicaciones aumentan y la investigación de médicos se centra en lograr mejores artilugios para intervenir partos difíciles y lentificados por una postura antinatural.
Mediados del Siglo XIX el parto ha entrado en el terreno de lo patológico, es una enfermedad más.
En la población, la intervención del médico cuyos estudios le otorgan una sabiduría, se juzga, si no indispensable, por lo menos conveniente. Se prescinde de ellas a regañadientes, únicamente por falta de medios económicos. Las matronas van quedando relegadas a las zonas rurales, en hospitales atendían a las mujeres de obreros. Las maternidades destinadas a madres solteras prostitutas y mendigas, se lo apropian los doctores, donde tenían de este modo la ocasión de ensayar antes de aplicarlos a su clientela rica pudiente y privada, instrumentos, técnicas y medicamentos.
1926 después de las luchas sufragistas en España, popularmente en los hospitales las mujeres aun no acostumbraban a ir a parir, todavía la mayoría lo hacia en su casa.
1932 la casa de salud se convirtió en Escuela oficial de matronas.
Mediados siglo XX la inmensa mayoría de partos se asistían todavía a domicilio, en los que como el parto se consideraba una enfermedad, el médico debía estar presente, e interviene casi siempre.
Segunda mitad del siglo XX los sesudos gobernantes decidieron suprimir de un plumazo la carrera de matrona unificándola en la efímera profesión de A.T.S.
1987 la matrona es ahora solamente la sierva bajo la dirección de un insigne doctor, la ejecutora de sus órdenes sin capacidad de opinión, ni para inmiscuirse en dicha dirección.
En 1927 mi abuela materna paría en casa a su segunda hija atendida por una PARTERA, (comadre y vecina del pueblo experta en el oficio heredado y aprendido de su madre, a la que acompañó durante años recibiendo a los numerosos retoños de cada familia) además de mi madre tuvo 3 partos mas vivos.
Mi abuela paterna tuvo 8 partos, el 5º fue la tan deseada niña que murió al nacer con la citada y experimentada partera, así que como era pudiente, el 6º y el 7º mi abuelo decidió recurrir por primera vez en la historia de mi familia al médico (entonces generalista del pueblo), murieron. En el 8º parto mi abuela buscó de nuevo a la partera y nació mi padre.
Mi madre tuvo dos partos en casa, el primero asistido por una partera, que aunque en la cama le permitía moverse a su aire: 10 horas, el segundo por un médico tumbada decentemente en la cama “como Dios Manda”inhibida por timidez expresiones políticamente incorrectas: 36 horas. Epoca del Pelargón, por prescripción médica fui destetada a los cuarenta días, alimentada con leche de vaca aguada y pelargón. Desde niña padezco estreñimiento crónico y problemas digestivos que mejoraron a partir de una alimentación naturopática, rica en, frutas ensaladas crudas, hortalizas al vapor o cocidas y una armónica mezcla de hidratos, grasas y proteínas.
Aún así las mujeres de España sabían parir y amamantar
Fin de siglo XX las mujeres no están autorizadas a parir en su casa con sus familias, tienen que ir obligatoriamente a una maternidad u hospital, donde se aplica el modelo estándar que tienen los médicos, todos los partos han de ser iguales y ninguna mujer se escapa sin alguna intervención de una u otra clase..
Por lo que hoy 1 de 4 mujeres hispanas, no puede o no sabe parir, y claro ahí está la salvadora CESAREA, que sacará adelante a ella y a su hij@.¡Menos mal! Lo que ignoran la mayoría de las futuras madres usuarias, es el notición, ahora van a disminuirlas, por decreto ley, ¿la pregunta esta en el aire? Entonces ¿todas las miles de cesáreas anteriores eran INNECESARIAS?. .
Para la mujer la recuperación de una cesárea es mucho mas difícil, a fin de cuentas es una operación, con sus riesgos y post.operatorio. Con mas fármacos y medicamentos, con riesgo para el bebé de ser separado de su madre, pone en alto riesgo la lactancia materna, pero eso sí, beneficia a laboratorios, y por supuesto al médico que puede programarla para que no caiga inesperadamente en un incómodo fin de semana.
Las recomendaciones de la OMS para el parto, están desde 1987 pero hasta ahora no han sido aplicadas oficialmente, parece que ahora si, ¡ENHORABUENA! Después de 20 años empezamos a tenerlas en cuenta.
En cambio un parto humanizado (que no natural) puede suceder inesperadamente, no hay modo de evitar que caiga en un fin de semana, pero ya en el hospital se puede acelerar con oxitocinas (goteo), que precipita el desenlace, eso sí, a costa de multiplicar las contracciones a un ritmo que a la madre en múltiples ocasiones no le da tiempo a recuperarse, que no escapara de la episiotomía y ya perdido el control, pedirá a gritos la epidural, que mas ocasiones de las declaradas, sino alcanzó 4-5 centímetros, NO SERVIRA de nada, y puede que a pesar de todo termine agotada, frustrada, sometida, anulada y en cesárea.
Y ¿qué de la criatura?, pues aún no llega información al publico sobre los efectos de dicha epidural en el bebé, seguro que tendremos que esperar otros 10 años, para enterarnos por decreto ley, como ahora con la cesárea de que era innecesaria.
¿Que es un parto natural?: es cuando una embarazada, se sabe mujer, se reconoce como tal, se empodera de su cuerpo, CONFIA EN EL. Durante nueve meses se informa de diversas posibilidades, la oficial y la alternativa en la que están unidos comadronas, ginecólogas, doulas, madres y padres informados y responsables, con una mirada diferente, compasiva y respetuosa hacia la mujer, el bebé, la naturaleza, a la propia vida.
Entonces sí, esa MUJER puede ELEGIR LIBREMENTE cual es su mejor opción. Redacta su propio conocimiento informado en lugar de conformarse con el protocolo hospitalario impuesto, elige y exige quien la atenderá y quien puede estar presente en su intimidad.
Puesto que con información unitaria, sesgada, sin conocimiento profundo, ¿puede alguna persona tener verdadera libertad de elección?.
Un parto natural es un acontecimiento íntimamente sexual y vital, expresión de la vida misma, que se recrea en la belleza de dar a luz, de poner en el mundo un nuevo SER HUMANO, con MUCHA PACIENCIA, compasión, con suavidad, con su MADRE que elige por quien quiere ser acompañada, con amor, paz y serenidad y profundo respeto al establecimiento del vínculo mama/bebé, únicos PROTAGONISTAS del acto mas sublime de nuestra especie. Con apoyo incondicional a la lactancia
Desde la Naturopatia se contempla así, como un acto de saludable vitalidad donde si todos los anteriores factores confluyen, aseguran las bases mas sólidas para un inmediato y posterior estado de bienestar para la madre y de seguro de SALUD para el desarrollo y crecimiento de la criatura a la que recibido en estas condiciones amorosas, podrá poner las bases de una humanidad mas pacifica y solidaria entre si.