“en la práctica acabamos actuando como si el único conocimiento aceptable fuera el que obedece a principios metodológicos únicos”
(Peréz, 1994)
No es reciente la polémica suscitada entre los métodos cualitativos y cuantitativos. El debate establecido no sólo plantea el desacuerdo existente, al mismo tiempo representa un choque básico entre paradigmas metodológicos.
Evidentemente, ambos poseen marcadas diferencias; mientras el paradigma cuantitativo utiliza un método de análisis causal, correlacional, el paradigma cualitativo utiliza un método de análisis descriptivo e interpretativo.
Mientras el primero le da más importancia a lo objetivo, entendido como lo medible, el segundo, se muestra más interesado en el uso del VERSTEHEN, entendido como la comprensión. En fin, cada modelo de investigación tiene sus propias características, sus áreas de empleo, sus ventajas y desventajas. Cabe mencionar que no existe un paradigma que constituya la solución absoluta a los problemas planteados en la investigación, sino que cada uno de ellos constituye diversas formas de llevar a efecto una investigación.
Erlandon, et al (1993)
Aquí se presenta una conceptualización de los paradigmas cuantitativo y cualitativo, sus principales características, un contraste entre ambos modelos y la posibilidad de coexistencia entre ellos y de su utilización complementaria, constituyéndose en orientaciones interdependientes.
Sin embargo, hay que señalar que nos encontramos frente a un problema de carácter epistemológico acerca del conocimiento científico y el acceso a éste, en cuanto, es relativo a cada momento histórico; éste relativismo es un estímulo a seguir investigando en la búsqueda de conocimiento mas amplio y estable. Con todo, hay que considerar que el conocimiento científico pretende superar al sentido común, buscando y generando justificaciones fundadas, argumentadas y razonadas que superen las intersubjetividades, de modo que sea aceptado mas allá del sujeto que las presenta.
El saber científico es precavido y evita precipitaciones, es decir, suspende el juicio hasta no encontrar evidencia; en este sentido se separa del conocimiento vulgar, no−científico o pre−científico, vgr. el mito, pues, para la ciencia nada hay irrefutable. Esta delimitación no implica un juicio de valor sobre el conocimiento no−científico. Aún cuando la ciencia no lo explica todo, pretende llegar hasta las razones más profundas y últimas de su objeto de estudio. Si bien, históricamente se ha vencido al mito o al conocimiento popular, no significa que sea siempre así.
Conviene adelantar algunas características del saber científico, a saber, su provisionalidad, condición que proviene de la aplicar la crítica y que lleva a que el saber científico esté permanentemente en revisión y evolución; por otra parte, ésta cualidad significa cierto grado de humildad, en cuanto reconoce que el conocimiento científico no es definitivo y es posible profundizar, mejorar, precisar los hallazgos encontrados; la historia de las ciencias y su desarrollo esta plagada de ejemplos al respecto. Aún cuando los cambios no son nunca radicales e inmediatos, hay una sucesión de paradigmas, es decir, teorías y leyes.
Otra característica es su sistematización, pues, los conocimientos científicos están entrelazados entre sí; son precisamente esas interrelaciones la que dan sentido a las teorías, estructuran las leyes y se representan mediante modelos.
El conocimiento científico es práctico, en cuanto busca explicar los fenómenos objeto de su estudio. Otra de las características es la objetividad, acerca de la cual nos referiremos ampliamente en otra oportunidad, pues en sí misma representa un foco de discusión, reflexión y desarrollo más extenso y complejo.
Finalmente, podemos decir que es característico del conocimiento científico el uso de un lenguaje propio; en éste sentido, difiere del conocimiento vulgar porque emplea un lenguaje distinto del común; el lenguaje científico es económico, pues, aspira al máximo de comunicación −clara, precisa y exacta− en el mínimo de términos. Es mas, cada disciplina ha ido construyendo y amasando su propio lenguaje
En el artículo anterior hablamos sobre el concepto de paradigma pero para entenderlo aún mejor debemos hablar de Thomas Samuel Kuhn en más profundidad, aunque eso será en el siguiente artículo.
BIBLIOGRAFÍA
Shuster, Félix G.; Explicación y predicción. La validez del conocimiento en Ciencias Sociales; Consejo
Latinoamericano de Ciencias Sociales, Bs. As., 1982.
Perez Serrano, Gloria; Investigación cualitativa: Retos e Interrogantes; Editorial la Muralla S.A., Madrid,
1994.
Cook T.D. y Reichardt Ch. S.; Métodos Cualitativos y cuantitativos en investigación evaluativa; Ediciones
Morata S.A., Madrid, 1986.
Ruiz Olabuénaga, José I.; Metodología de la Investigación Cualitativa; 2ª Edición, 1999; Universidad de
Deusto, España.
Hernández Sampieri, Roberto; Metodología de la Investigación; Mc Graw Hill, 2ª edición, 1998.
Martínez Kein, Marcelo; Programa de Investigación Cualitativa en Educación; Primera Unidad: El Paradigma
Cualitativo; Apunte, 1999. Universidad Mayor, Santiago − Chile
Forner, Angel y La Torre, Antonio; Diccionario Terminológico de Investigación Educativa y Psicopedagogía;
1ª Edición EVB; SL 1996.
Sarramona, Jaume; Fundamentos de Educación; Ediciones CEAC S.A., Barcelona, 1ª Edición, 1989
Adaptado de Herrera, Cecilia; Pacheco, Paula y Suazo, Jaime