“La ciencia es una de las formas más elevadas del quehacer espiritual pues está ligada a la actividad creadora del intelecto, forma suprema de nuestra condición humana.”( René Gerónimo Favaloro)
Existe siempre una dificultad a la hora de promover en el colectivo profesional, pero no sólo hablamos del colectivo de Naturópatas, si no cualquier otro colectivo humano, pues tendemos a la comodidad, por ello la realización de sistematizaciones desde el posicionamiento epistemológico planteado y, más aún, sistematizaciones que intenten producir conocimiento científico, son cuestiones bastante lentas.
Analizar la relación entre la profesión de Naturópta y la Naturopatía remite, a estudios políticos, históricos, de formación curricular de los profesionales, etc. Este tema ha dado y puede dar lugar a extensos debates y análisis. Pero, de forma sencilla, nos interesa en este artículo dar cuenta de uno de los elementos que conforman la relación Naturópata – Naturopatía, esto es la demanda de conocimiento de los profesionales y estudiantes del Programa de Estudios de Graduado en Naturopatía.
La profesión surge y se reproduce, a partir de un claro proyecto de unión de las diferentes herramientas que Benedict Lust fue conociendo, desde una comprensión positivista de la realidad, permitiendo la existencia de profesionales dedicados a operar con personas de toda índole y clase social, profesionales que actúan con un fundamento teórico sólido y con unos conocimientos científicos fundamentados.
En el lugar de la división en el trabajo como quiroprácticos, acupuntores, haptólogos, trofólogos,etc.. tenemos que apelar a la unión de los conocimientos tal y como se fundó nuestra profesión, somos PROFESIONALES NATURÓPATAS y el resto son las herramientas, nuestras especialidades pero tenemos un tronco común a todos y es la NATUROPATÍA y es algo que no podemos olvidar.
Desde la misma profesión y desde otras disciplinas socio-sanitarias ya hace décadas se postula la no separación entre teoría y práctica, se estudia y reitera de diversos modos que toda intervención es capturada desde un determinado modo de entender la realidad, por lo cual es necesario explicitar y reflexionar desde qué lugar teórico y valorativo intervenimos, si realmente queremos mejorar la intervención, hemos de unir ambas, teoría y práctica, sin olvidar el papel del eterno investigador, cada caso es distinto ya que cada persona es distinta.
Al enfrentarse cotidianamente con su labor el Naturópata desarrolla estrategias para mejorar su intervención, a través, fundamentalmente, de un mecanismo de prueba y error, reflexionando sobre ello, lo cual, reiteramos, no implica dar cuenta del marco teórico – valorativo desde el cual se realiza.
Sucede, sin duda, que el profesional busca por sí mismo o en conjunto con los profesionales de su área, satisfacer su necesidad de conocimiento técnico. En este camino el profesional ‘aprende’, siente que conoce acerca de lo que hace, ‘tiene experiencia en el tema’ y, aparentemente, ha obtenido conocimiento de dicha experiencia. En sentido estricto, tal conocimiento no es dado directamente por la realidad, sino por la realidad entendida desde el marco teórico – valorativo que porta el profesional. Pero esto último no invalida que dicho conocimiento existe.
El profesional en su actuar cotidiano aprende, puede intervenir cada vez mejor, pero difícilmente pueda dar cuenta de ello a otros colegas y difícilmente pueda fundamentar por qué considera que tal conocimiento permite una mejor comprensión de la realidad y una intervención más coherente, constructiva y éticamente aceptable, por ello la importancia de redactar artículos, contrastar información con otros colegas, realizar trabajos de investigación que nos eleven en el mundo científico y hagan avanzar la ciencia Naturopática.
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