Javier Akerman es uno de los pioneros de la Naturopatía no sólo en Galicia como en toda España. Con más de 35 años de profesión, este vigués que ha hecho de su trabajo algo más que una pasión, acaba de publicar un nuevo libro.
En esta ocasión con “101 remedios naturales infalibles” que ofrecen el acervo cultural y la sabiduría popular de siglos.
Usted está considerado como uno de los pioneros de la Naturopatía, ¿qué es exactamente un naturópata?
Un naturópata es el profesional que utiliza clínicamente la Naturopatía. El naturópata proporciona una asistencia esencial, basada en métodos y tecnologías sencillas y naturales, científicamente fundadas, socialmente aceptables y ecológicamente sostenibles. Como anécdota diremos que el primer naturópata español fue un gallego, nacido en Pontevedra, el Dr. José Castro Blanco, fallecido en 1981 y a quien tuve el gusto de conocer y aprender también de él. Fue uno de los primeros graduados de la “American School of Naturopathy” del Dr. Benedict Lust.
– No es lo mismo que ser médico, verdad?
No, en absoluto. El naturópata no es un médico. La Naturopatía es una ciencia de la salud, junto a las demás ciencias de la salud, aunque distinguiéndose de ellas por su tratamiento metodológico.
– Ha publicado un nuevo libro, en esta ocasión sobre remedios naturales infalibles, ¿son así tan buenos y dan tan excelentes resultados?
A lo largo de más de treinta años de trabajo clínico y de investigación en la sabiduría tradicional de los remedios naturales (la mayor parte centrada en Galicia) puedo afirmar su eficacia y seguridad. Por supuesto, no hay ningún remedio -como tampoco medicamentos convencionales- que funcione en el ciento por ciento de los casos. A través de mis programas de radio, en prensa, televisión y en el ámbito clínico he podido comprobar los resultados positivos de la mayor parte de ellos.
– ¿Son remedios de toda la vida?
Exactamente, son remedios enclavados en el acervo cultural de las familias y usados durante generaciones. Unos muy antiguos y otros más recientes. Los he ido conociendo a través de veterinarios, médicos rurales, “menciñeiros”, gente del campo, personas mayores con sus “remedios de la abuela” y en intercambio didáctico con otros profesionales naturópatas.
– ¿Qué ha hecho que olvidemos esa fuente de salud que nos ofrece la naturaleza?
La rapidez de las medicinas convencionales para atajar síntomas, la comodidad de su uso, no hay que preparar “infusiones”, por ejemplo, y también que hablar de los “remedios tradicionales naturales” parece que se relega al ámbito de lo mágico y de la superstición, cuando no debería ser así.
– ¿Podemos enfermar como consecuencia de una mala alimentación?
Sin duda. De hecho “somos lo que comemos”. Pero no hablo ya como naturópata, pues la medicina convencional hace especial hincapié en la necesidad de consumir más frutas, hortalizas y verduras, así como reducir la ingesta de grasas saturadas, por ejemplo.
– ¿Cómo podemos mejorar nuestra relación con la salud?
Primero informándonos, leyendo y dejándonos aconsejar. E ir a fuentes de información fiables. “Dr. Google”, como yo lo denomino, es una selva de información que ha causado en el ámbito sanitario la paradoja de una mayor “desinformación”. La gente se “diagnostica” a través de Internet o busca soluciones en la red de redes sin comprobar fuentes seguras.
– En su libro recoge “101 recetas remedios naturales infalibles”, ¿cuál ha sido el criterio de selección?
El criterio principal ha sido “que los remedios sean seguros” y el segundo “que a lo largo de tres décadas de labor profesional hayan demostrado mayor eficacia”. En todo caso ya indico en el libro que primero debemos acudir al médico. “La prudencia es la madre de la ciencia”.
– Usted también es sexólogo ¿cuál es la relación entre la salud y el sexo?
Mucha. Por ejemplo, la poca información sexual puede contribuir en ciertos grupos sociales a una propagación de enfermedades de transmisión sexual. También están los falsos mitos que desencadenan obsesiones y frustraciones. Una buena sexualidad es una parte fundamental del equilibrio que modela nuestra salud.
– Además, usted es maestro de yoga tibetano y de meditación, ¿hasta que punto pueden ayudar a mantener un estado de equilibrio en las personas?
El estrés, la ansiedad y la ira son “venenos de la mente” que no solo nos provocan enfermedades a uno mismo sino también a los demás. Aprender a “fluir”, a disminuir la rabia y la frustración y a relajarse son requisitos indispensables para vivir sano.
– Creo que también es teólogo y sacerdote ortodoxo de la iglesia Serbia, ¿es verdad?
Lo fui, en ella me ordenaron sacerdote. En la actualidad soy sacerdote de la iglesia anglicana, con parroquia en Vigo donde además asistimos cada semana a cincuenta familias en riesgo de exclusión.
Una combinación poco frecuente, ¿a qué se deben intereses tan dispares?
Yo no los considero “intereses dispares”. Mi enfoque e interés está centrado en el ámbito de “lo humano”. Lo importante es no caer en el dogma y el fanatismo. Hay demasiados fundamentalismos en el mundo que ciegan la razón y crean verdaderos conflictos.
– ¿Algún secreto para poder hacerlo todo sin desfallecer?
Estar en paz con uno mismo, sanar heridas pasadas, practicar meditación y yoga. En mi caso incluyo la oración y el desempeño de una labor asistencial altruista. Pero bueno, hablo de mi caso particular.
Fuente: Atlántico