En un manual de protección con respecto a los rayos ultravioleta del sol, en otra época, alguien se refería a la mejor protección solar con las tres “s”, sombra, sombrilla y sombrero. Esos tres elementos son, de hecho, los bloqueadores solares más importantes.
Tener la piel bronceada, hace años, era sinónimo que esa persona trabajaba en el campo o simplemente al aire libre, después esa característica cambió para aquellos que estaban todo el tiempo bronceados, eran personas que vacacionaban mucho, que iban de playa en playa y se “quemaban” con los rayos de sol, era sinónimo de salud, del buen vivir. Nada más alejado de la verdad. Exponerse a los rayos del sol y “quemarse” es peligroso y puede resultar en cáncer de piel.
Existe una psicopatía denominada “tanorexia”, se refiere a una patología que sienten ciertos seres humanos al estar inconformes con su piel clara, se considera una falta de aceptación de su imagen, en la psicología se le conocía como dismorfobia, aunque ahora se le llama trastorno dismórfico, es algo como una fobia a la forma de la persona misma. Aunque los estudios señalan que la tanorexia afecta a mujeres de 17 a 35 años de edad, los hombres no se escapan. Lo cierto es que hoy por hoy, la piel bronceada es un sinónimo de una mala salud y desinformación sobre los padecimientos de la piel, pues resulta antiestético y peligroso. La exposición a los rayos ultravioleta del sol causa “envejecimiento prematuro de la piel”, según la American Medical Association.
El descuido en la exposición a los rayos ultravioleta podría causar cáncer de piel, depende de la intensidad de la luz, el tiempo que se exponga, entre más frecuente sea la exposición a estos rayos mayor será el riesgo. Aquí no hablo de las playas, donde también debe protegerse, más bien hablo del diario vivir, de caminar de su casa al trabajo o a la escuela, de trabajar al aire libre, de los deportes al aire libre en general. Otro foco causal de cáncer a partir de los rayos ultravioleta son las cámaras o cabinas bronceadoras.
Con respecto a los cánceres, porque hay más de uno, el cáncer de piel lo podemos clasificar en dos grandes grupos, el carcinoma basocelular y el carcinoma de células escamosas. El primero es de crecimiento lento. Si se desatiende suele complicarse; el segundo se da en las capas superiores de la epidermis, corresponde al 20 por ciento de todos los cánceres, aparece en las orejas, el rostro, el cuello, los labios y las manos, con excepción de las manos. El sombrero en cualquiera de sus manifestaciones hace sombra y, por ende, previene de un mal mayor. Los tratamientos convencionales para este mal van desde la cirugía, radioterapia y quimioterapia por nombrar los más importantes.
Con los procedimientos actuales y lo incurable de los cánceres la prevención juega el papel más importante, esto nos lleva precisamente a volver al uso del sombrero, ahora no tanto por lo estético, sino por lo necesario. En caso de mayor conciencia en este tema, la sombrilla es de gran utilidad para personas que por la naturaleza de sus trabajos deben permanecer a merced de los rayos solares.
En todo caso, el sombrero, la gorra y demás son aspectos que debemos incluir en nuestro atuendo del diario, pues es la ropa en general el primer camino efectivo de la prevención y protección de los rayos ultravioleta. La organización estadounidense Skin CancerFoundation, que se da al trabajo de informar sobre el cáncer de piel, nos dice que en EU se diagnostican 3.7 millones de casos de cáncer de piel anualmente, mismos que en su gran mayoría son a causa de la exposición a los rayos ultravioleta del sol. De igual manera, esta misma asociación nos señala que los rayos ultravioleta son responsables del 90 por ciento de los cambios visibles que normalmente se atribuyen al envejecimiento, es el caso de arrugas, manchas y la flacidez de la piel.
La ropa como aislante de los rayos ultravioleta es importante, pero no toda la ropa protege contra este mal, la ropa con entramado de tejido con punto suelto o distanteno es la mejor opción, pues deben ser tejidos que no permitan la entrada de estos rayos destructores de piel. Con todo, la ropa ajustada no es la mejor solución, entre más suelta esté es mucho mejor. El tipo de fibra es importante, el poliéster y el rayón protegen más que el algodón blanqueado, a su vez los tonos claros protegen más que los oscuros. Hoy en día existe el llamado Factor de Protección Ultravioleta (FPU) correspondiente a la capacidad del tejido con respecto a la protección de los rayos ultravioleta; en términos generales el FPU es el equivalente a las cremas de protección solar, pero en tejido. En Australia y Nueva Zelanda se han aprobado normativas que clasifican el FPU: “Tejido con FPU entre 15-24 se considera una buena protección porque transmiten entre un 4.2-6.7 por ciento de radiación UV; Tejidos con FPU entre 25-39 se considera una protección muy buena porque transmiten entre 2.6 y 4.1 por ciento de radiación UV; Tejidos con FPU = o >40 se considera una protección excelente porque transmiten menos del 2.5 por ciento de la radiación UV”.
El sombrero, las gafas para el sol, la ropa adecuada y demás son aspectos que tenemos que tener en cuenta. La ropa siempre estará presente en el diario vivir, igual con las gafas, lo que sí ha perdido el ser humano moderno es, precisamente, el sombrero, es una lástima.
La naturopatía, ve en las cosas simples de la vida una gran oportunidad para hacer de ellas un instrumento de salud, es el caso del sombrero el anticancerígeno número uno según la Skin Cancer Foundation.