La Naturopatía tiene un largo pasado pero una historia reciente, es una ciencia y profesión joven; y existen fundamentados elementos para argumentar, que disponemos de las herramientas necesarias para seguir desarrollando la Ciencia y Profesión Naturopática en esta sociedad dinámica, cambiante, global y tecnologizada. Haciendo frente como Profesionales Naturópatas a los nuevos desafíos con claridad y visión de futuro.
Sería demasiado ingenuo dudar de la fortaleza de la Profesión Naturopática en defensa de sus reivindicaciones históricas. Es cuestión de repasar la historia para conocer como se ha forjado la Profesión Naturopática. La Naturopatía es de esas profesiones que se han hecho a si mismas buscando su espacio e identidad profesional con sudor y lagrimas. Los Profesionales Naturópatas no queremos que la Administración juegue con nuestra sensibilidad y con el futuro que queremos para nuestra profesión. No queremos desarrollar nuestra actividad profesional en un segundo plano. Solo pedimos una regulación como las demás profesiones que nos permita seguir desarrollarnos profesionalmente.
Una ventaja de la regularización de la actividad profesional Naturopática es que la persona que va al Servicio Profesional de Naturopatía sabe con quien está tratando tiene una formación mínima Naturopática y un código ético o de buenas prácticas, un seguro de responsabilidad civil, y que está inscrito en la Organización Colegial Naturopática.
La Organización Colegial Naturopática, como representante de la profesión Naturopática, tiene la responsabilidad, entre otros aspectos, de la elaboración del Código Deontológico de la Profesión Naturopática (se persigue su europeización), de ser garantía de legalidad para los consumidores y usuarios, y de ser útil para la resolución extrajudicial de conflicto.