La Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) quiere recordar que son los autónomos los primeros que notaron la crisis, que son muchos de ellos los que han sufrido las subidas de las exigencias tributarias y fiscales por lo que ahora que la recuperación es un signo evidente y se lucha por consolidarla debería recompensarse sus esfuerzos.
“En un momento en el que la confianza es el arma más potente para mantener el consumo interno y la demanda se debe devolver a la sociedad en general y a los autónomos en particular el esfuerzo que han realizado durante años”, asegura Lorenzo Amor, presidente de ATA. “Ahora hay margen para bajar aún más los impuestos y sería esencial reducir el IVA a aquellos artistas, entre otros como los peluqueros, que vieron cómo este impuesto aumentaba en 13 puntos porcentuales”. “Los autónomos reclaman menos impuestos, menos cargas administrativas, eliminar las trabas que pone la propia Administración y tolerancia cero con la morosidad y hay que escucharles y recompensar su contribución a la economía”, añade Amor. “Necesitamos menos fiscalidad y menos trabas para que hayan más autónomos y más empleo”.
Si hace unos días presentábamos un decálogo en materia de empleo, seguridad social y protección social, hoy hablamos de fiscalidad, eliminación de trabas y morosidad, imprescindibles para que el colectivo pueda seguir adelante. Los autónomos son responsables de la creación de 115.000 empleos entre nuevos autónomos y empleos creados en el primer semestre 2014 y de un 10% más en el primer semestre de 2015: 55.023 son nuevos autónomos y 72.542 nuevo empleo creado por ellos, 127.565 empleos en total.
De la misma forma que ATA ha reclamado medidas que fomenten el empleo, la Federación considera que se deberían revisar otros muchos aspectos que afectan a un colectivo que integra a más de 3 millones de personas. En primer lugar, desde ATA creemos que la Agencia Tributaría debería revisar los criterios de gastos deducibles para autónomos, en base a la Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que reconoce como gastos deducibles, el agua y la electricidad cuando el trabajo se realiza desde el propio domicilio del autónomo.
Por otro lado, y a menos de 5 meses de la entrada en vigor de los nuevos límites de facturación para tributar en módulos establecidos en la Reforma Fiscal, la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos-ATA, solicita que se equipare el límite de facturación para el transporte al establecido para el sector agrícola, en 200.000 euros. “Muchos pequeños autónomos del transporte al incluir el coste del carburante en la factura, entre otros costes de explotación, incrementan su nivel de facturación de facto, pero éste poco tiene que ver con su rendimiento neto”, subraya el presidente de ATA, Lorenzo Amor.
Tolerancia cero con la morosidad y la economía sumergida
La morosidad es una de las principales lacras contra las que deben enfrentarse los autónomos y culpable de muchos cierres de pequeñas empresas. Por eso ATA solicita un buzón anónimo de denuncia de la morosidad y un cuerpo de inspección en Hacienda para combatirla, para que “no pagar al autónomo y a la PYME deje de ser una técnica de financiarse sin coste para tener caja”. “Reclamamos establecer un recargo automático, no negociable, para cualquier factura que se pague fuera del plazo legal establecido, sea el pagador una administración o una empresa, como lo tiene el autónomo cuando no paga un impuesto o a una administración”, añade Amor.
Consideramos imprescindible para que todos “juguemos en la misma liga y con las mismas condiciones” que las Administraciones Públicas exijan obligatoriamente un certificado de pago efectivo a toda la cadena de subcontratación por parte de la contrata en los casos de contratación pública. En el caso de verificación de la reiteración de la falta de cumplimiento en los pagos por parte de empresas con sus subcontratas, la Inspección podrá sancionar a la empresa a ser excluida como beneficiaria en el ejercicio fiscal inmediatamente posterior a la resolución del expediente de: bonificaciones y/o reducciones fiscales o de Seguridad Social y ayudas, subvenciones o de contratar con la Administración Pública.
La economía sumergida es otra de las grandes lacras que identifica ATA y propone aplicar deducciones a las familias por gastos sanitarios, educativos y en rehabilitación, para desincentivar la demanda y que se pidan las facturas y además, que en el buzón anónimo de Hacienda también puedan denunciarse el fraude fiscal y prácticas de competencia desleal.
“Quien no paga sus impuestos, quien no cumple las normas, quien no paga a tiempo sus facturas no sólo incumple la Ley si no que perjudica a todos sus conciudadanos y a sí mismo”, añade Lorenzo Amor, “y premiar al que sí cumple y se esfuerza ya no es una opción voluntaria para los que toman las decisiones si no un acto de responsabilidad con aquellos que están levantando la economía y afianzando la recuperación del país.