Todo conocimiento ha partido de una realidad que poco a poco se ha ido consolidando. Dentro de ese conocimiento cabe una gama de fenómenos unos muy abstractos y otros muy concretos. Sin importar que tan complejo sea siempre estará sujeto a un sustento teórico y a un pensamiento filosófico.
En el caso de la Naturopatía, el primer momento del desarrollo del conocimiento fue intuitivo; la experiencia frente al
manejo de situaciones tuvo su fundamento en el ensayo y error. Los conocimientos fueron transmitidos de una generación a otra mediante el lenguaje oral.
La Naturopatía es una de las pocas profesiones que desde todos los enfoques teóricos tiene asumido el concepto holístico, actualizándolo a través de la argumentación científica de la teoría general de sistemas, de la teoría de las necesidades humanas universales o de otros planteamientos con igual rigurosidad.
Consideramos que la Naturopatía en su devenir histórico, para que sea reconocida como disciplina, ha tenido que mostrar que tiene un dominio propio, que cuenta con una estructura conceptual, se expresa con un lenguaje y símbolos especializados, reconoce los valores y creencias, establece redes de comunicación y fortalece sistemas de formación que le son propios.
Como en la evolución de cualquier ciencia, también en la Naturopatía, la filosofía ayuda a ver lo que no se había visto antes ya que aclara los conceptos, porque sistematiza la forma de pensar apoyándose en elementos como el sentido común, la lógica, la prueba o la ética.
El primer avance importante en el plano conceptual de la Naturopatía, ha sido establecer, jerarquizar y definir los diferentes elementos que la integran.