Toda persona puede pertenecer simultáneamente a varios grupos sociales donde construye identidades específicas: como estudiante, como miembro de una familia, partido político, o de una nación. A su vez, cada colectivo construye identidades particulares dentro de su propio contexto social. Formar el Yo Naturópata, para el caso que nos ocupa, es un proceso que se construye en múltiples vías, pues es necesario, en primer lugar, explorar y ayudar a que se despierte el deseo o gusto por la Profesión de Naturópata, tanto en el profesor, como en el estudiante, así como en quienes ya ejercen la profesión.
Todo Profesional Naturópata comparte con sus pares el conocimiento, las técnicas comunes y los valores fundamentales frente al grupo de referencia; así como elementos de diferenciación que va construyendo respecto a otras profesiones. A este proceso de diferenciación se le denomina identidad profesional.
Pero, entre los aspectos positivos de los que hoy disponemos para la comprensión del campo profesional de la Naturopatía; entre otros están:
El desarrollo y los aportes de las ciencias sociales admiten nuevos planteamientos sobre la naturaleza, el contenido y el enfoque de los Servicios Profesionales de Naturopatía; la superación del paradigma morbicéntrico a un paradigma de salud, bienestar y calidad de vida, donde el eje central es la persona (individuo-naturaleza-sociedad) tendiendo un enfoque holístico la intervención naturopática. Y también, la aceptación del paradigma cualitativo que permitió el paso al renacimiento del sentido y de la percepción de las experiencias, cuyo conocimiento sustenta y responde a las necesidades naturales de salud de las personas.
El reconocernos como profesión, exige profesionalismo, fundamentación, independencia en la toma de decisiones propias, oportunas y compromiso social.