La persona tiene unas dimensiones y una serie de
características que requieren una intervención Naturopática distinto al de cualquier
otro ser. Con todo, cada ser humano, en virtud de su grado de
desarrollo y de vulnerabilidad, exige una intervención Naturopática personalizada, que queda reflejada en el PPS (Programa Personal de Salud).
El Profesional Naturópata, como cualquier otra persona, es un ser moral que tiene que estar continuamente en una reflexión ética, la cual le permita revaluar sus compromisos con el usuario de los Servicios Profesionales de Naturopatía, con su calidad asistencial. La responsabilidad del Profesional Naturópata, en el desarrollo de los aspectos éticos en la atención en salud, bienestar y calidad de vida, va más allá del nivel individual, trasciende al ámbito interdisciplinario y busca siempre el bienestar del usuario de los Servicios Profesionales de Naturopatía, aboga por los derechos de las personas a quienes oferta sus servicios, para asegurar que sus necesidades naturales de salud sean atendidas en forma eficiente y humanizada.
La Profesión Naturopática le ha otorgado desde siempre una gran relevancia a las exigencias éticas vinculadas a su praxis profesional, sin embargo, la forma de entender y dar contenido a este quehacer ha ido evolucionando a lo largo de la historia con el devenir de los cambios sociales.
Uno de los valores éticos importantes en Naturopatía es la comunicación y el respeto como elementos que permiten el desempeño de la profesión. De igual forma, se hace énfasis en el rol del profesional Naturópata en la utilización y desempeño dentro del ámbito de su profesión teniendo en cuenta los valores y principios éticos para prestar un mejor servicio al usuario de los Servicios Profesionales de Naturopatía.