Según la OMS, la depresión será la segunda causa de discapacidad en el mundo dentro de 3 años.
En psicopatología, actualmente se definen ocho tipos de depresión psíquica. Aquí no los enumeraremos, es suficiente recordar que hay trastornos depresivos mayores, otros persistentes (a menudo asociados con personalidades límite), otros de tipo juvenil, premenstrual, aquellos inducidos por drogas o sustancias, patologías orgánicas, depresiones cortas, depresiones sin especificaciones.
En todos estos casos, se prescriben medicamentos especiales; sin embargo, en situaciones de depresión reactiva (no orgánica), las esencias florales de Bach y la psicoterapia pueden proporcionar ayuda adicional.
Obviamente, lo que se ha escrito puede ayudarlo con una depresión leve y no se refiere a la depresión endógena.
Esquemáticamente, en referencia a las Flores de Bach:
– Gentian: tristeza por dudar, víctima del escepticismo, desconfianza de lo que no es racional.
– Gorse: decepción tras derrotas, sin posibilidad, sin rendición.
– Mustard : depresión sin explicación racional, uno está envuelto en una nube oscura, lentitud en el movimiento, aislamiento de la vida social.
– Wild Rose: resignación, indiferencia, abandono al destino.
– Larch: baja autoestima, excesiva racionalidad, miedo a los conflictos.
Las Flores de Bach son esencias derivadas de las flores y plantas para armonizar las experiencias emocionales negativas.
Gracias al galés Edward Bach que descubrió las virtudes de estos recursos que la naturaleza nos ofreció a principios del siglo XX, hoy tenemos la posibilidad de combinar medicamentos para estados depresivos con el reequilibrio de los principios energéticos y las dolencias psicológicas que nos aquejan.
Las Flores de Bach se recolectan en plena floración a mano (de enero a agosto) y se colocan en recipientes de vidrio llenos de agua de manantial.
Los procedimientos de extracción subsiguientes nos permiten tener estos maravillosos dones de la naturaleza a nuestra disposición.