Si bien no se conoce la causa exacta de la EM, los expertos coinciden en que se caracteriza por una respuesta inmune alterada. Los desencadenantes ambientales, las infecciones y la herencia pueden desempeñar un papel. La EM puede afectar a niños pequeños y ancianos, pero es más común en personas entre las edades de 20 y 40; es dos veces más probable en las mujeres.

Los síntomas varían ampliamente, pero a menudo incluyen:

• Temblores
• Fatiga y mareos
• Debilidad y pérdida de coordinación.
• Entumecimiento o debilidad en las extremidades.
• Sensación de choque eléctrico con ciertos movimientos de la cabeza
• Cambios significativos en la visión o pérdida completa de la visión.

Otros síntomas pueden incluir dificultad para hablar, espasticidad muscular, parálisis y problemas como la pérdida del control de la vejiga.

Trabajando con un Naturópata ND

La gestión de la EM es un proceso continuo y a menudo de por vida. Ya sea que se trate de manera convencional u holística, implica cambios en el estilo de vida y los hábitos de salud. El objetivo con el tratamiento holístico es ir más allá de abordar los síntomas y esforzarse por identificar la causa subyacente a fin de restaurar el bienestar óptimo para cada paciente.

El enfoque de un Naturópata incluye un examen físico, pruebas de laboratorio y un historial médico completo, incluidas las infecciones o enfermedades importantes. También aborda los desequilibrios de nutrientes, alergias / sensibilidades alimentarias y factores de estilo de vida, como fumar, controlar el peso, el estrés y la exposición a toxinas.

El tratamiento también puede incluir:

• Una dieta rica en antioxidantes. La ingesta dietética de alimentos ricos en vitaminas antioxidantes A, C y E ayuda al cuerpo a reducir el estrés oxidativo, que es perjudicial para las células. Estas vitaminas ayudan a retrasar el daño causado al sistema nervioso.
• Apoyando los niveles de energía con vitaminas B. Las personas con EM tienden a ser deficientes en vitaminas B, que apoyan la estructura y función nerviosas. La vitamina B-12 es crítica para proteger los nervios del peor daño causado por los radicales libres, así como para la producción de energía.
• Creando un estilo de vida saludable. Incluye eliminar el tabaquismo, reducir el consumo de alcohol, controlar el estrés y crear oportunidades para experimentar la alegría y la renovación del ajetreo diario de la vida.
• Fortalecimiento del sistema neuromuscular. Las personas con EM pueden y deben hacer ejercicio. Yoga, Tai Chi y Chi Gong son excelentes formas de fortalecer el cuerpo y las vías neuromusculares para el movimiento, el equilibrio y la coordinación. En cualquier nivel de EM, el ejercicio se puede realizar, ya sea con dispositivos de asistencia, en una silla o con la ayuda de un entrenador o fisioterapeuta.
• Terapia de agua para el dolor y el estrés. Para nadadores y no nadadores, meterse en el agua es ideal para la EM. Reduce el estrés en las articulaciones, el dolor muscular, el estrés mental y la fatiga. Los baños de sal de Epsom también pueden proporcionar comodidad. Otra terapia de “agua” que puede considerarse es la hidroterapia constitucional. En general, se deben evitar los baños calientes, las saunas y las bañeras de hidromasaje a menos que su médico lo recomiende de otra manera.
• Desintoxicación Debido a que la exposición a toxinas en el medio ambiente puede desempeñar un papel en la activación de la EM, es importante seguir un plan de desintoxicación guiado por un médico. Esto puede incluir modificar el entorno del hogar / trabajo y limitar la exposición a toxinas conocidas.

 

En asociación con un Naturópata ND, con el compromiso de un plan de tratamiento y una atención atenta y personalizada a los síntomas y las causas subyacentes, las personas con EM pueden vivir una vida altamente funcional e incluso curarse de la EM.

 

Referencias: 

 

Fuente: California Naturopathic Clinic