Aceite esencial de Eucaliptus; por Elizabeth Reyes Alvarez, Naturópata

Este aroma nos ayudará a resistir en medio de la pandemia. Se trata de un aceite obtenido a partir de las hojas frescas del árbol y se le llama también como eucaliptol. Esta planta es conocida desde la antigüedad como antiséptico natural, ya que alrededor de los hospitales de tuberculosos, se plantaban numerosos árboles de eucaliptus para favorecer la recuperación de los enfermos.

El efecto del aroma actúa principalmente en las vías respiratorias despejándolas, por eso se hace apropiado para asma, EPOC, bronquitis, catarros, resfríos etc. Pero su acción no es solo descongestiva sino que es uno de los pocos aceites que actúa a la vez como antibacterial, antiviral y antifungoso. Es así que sirve, junto con el de Pino, para crear una barrera sanitaria si se usa por el método de aspersión. Entre sus propiedades se encuentra también la acción específica de fortalecimiento del sistema inmunitario. 
 
Una fórmula para estos tiempos que corren es enriquecer el alcohol líquido o en gel con aceite de eucaliptus, pino y caléndula, a razón de 30 gotas de eucaliptus, 25 de pino y 25 de caléndula cada 1/2 litro de alcohol. La caléndula, además de ser un poderoso antiséptico es excelente para la regeneración cutánea, evitando así el resecamiento producido por el alcohol.

Se utiliza también como repelente de mosquitos, lo que lo hace adecuado para esta época, teniendo en cuenta la proliferación del mosquito que trasmite el dengue.

Este, como todos los aceites no debe colocarse puro sobre la piel, ni tampoco es conveniente usarlo en niños pequeños aunque esté diluido, ya que puede provocar irritaciones molestas. Tampoco es recomendado durante el embarazo ni la lactancia.

Elizabeth Reyes Alvarez
Naturópata Técnico Especializado
Reiki Master y Magnfied Healing
Asesoramiento personalizado (On Line y presencial)
Cursos (On Line y presencial)