Hashimoto es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico ataca por error la glándula tiroides. En circunstancias normales, el sistema inmunológico desarrolla anticuerpos contra bacterias o virus dañinos para brindar una protección beneficiosa para el cuerpo. En condiciones autoinmunes como Hashimoto, el sistema inmunológico desarrolla anticuerpos contra las propias células del cuerpo, lo que conduce a un ataque inadecuado a los tejidos corporales normales. Los anticuerpos tiroideos en Hashimoto incluyen los producidos contra la peroxidasa tiroidea (anti-TPO) o la tiroglobulina (anti-TG), los cuales comprometen la producción de hormona tiroidea. Cuando los niveles de la hormona tiroidea disminuyen, el cuerpo entra en un estado de hipotiroidismo, que puede provocar síntomas como fatiga, aumento de peso, piel seca, intolerancia al frío, estreñimiento, caída del cabello, irregularidades menstruales y dolor en las articulaciones.
El tratamiento inicial implica el reemplazo de la hormona tiroidea para compensar la disminución de la producción de hormona tiroidea por parte de la glándula tiroides. Si bien los medicamentos para la hormona tiroidea son efectivos para restaurar los niveles saludables de la hormona tiroidea en el cuerpo, existen métodos adicionales para ayudar a la glándula tiroides y abordar el proceso autoinmune subyacente.
La glándula tiroides contiene más selenio por peso de tejido que cualquier otro órgano del cuerpo. El selenio es necesario para la producción de hormonas tiroideas y actúa como un poderoso antioxidante. Los estudios han demostrado que el selenio reduce los anticuerpos TPO. Las nueces de Brasil son una excelente fuente de selenio.
La vitamina D tiene actividad inmunomoduladora y la deficiencia está asociada con enfermedades autoinmunes, incluido Hashimoto. Se ha demostrado que la suplementación con vitamina D reduce los anticuerpos contra la TPO en poblaciones con deficiencia de vitamina D. La vitamina D es soluble en grasa y se almacena en el cuerpo, por lo que es importante que se analicen los niveles personales para determinar la dosificación segura y efectiva.
El cambio dietético más influyente para abordar el Hashimoto es evitar el gluten. El gluten es proinflamatorio y evitarlo puede provocar una disminución de la actividad de las células inflamatorias. Se ha demostrado que una dieta libre de gluten reduce los anticuerpos contra la TPO y aumenta los niveles de vitamina D. Existen otros regímenes dietéticos beneficiosos además de la evitación del gluten que pueden ayudar a reducir la inflamación y apoyar una función inmunológica saludable que debe explorarse de forma individual.