La rosácea es una afección cutánea compleja caracterizada por enrojecimiento y rubor que puede ser transitoria o persistente. Aunque las causas de la rosácea no están claras, hay varios factores que contribuyen a esta afección como por ejemplo, la genética, factores ambientales, dieta, microbios y el estrés. Tanto la inflamación como los cambios en los vasos sanguíneos y las variaciones de la vía neural están implicados en la evolución y persistencia de la rosácea.
Los estímulos específicos de la rosácea incluyen el estrés, alimentos y bebidas picantes y/o calientes, alcohol, cambios de temperatura, ejercicio físico, corticosteroides, radiación UV, productos químicos, medicamentos, fluctuaciones hormonales e infecciones locales secundarias con ácaros Demodex. Estos estímulos producen la dilatación de los vasos sanguíneos, la formación de nuevos vasos sanguíneos y cambios inflamatorios en la piel.
SÍNTOMAS E IMPACTO EN LA CALIDAD DE VIDA
La característica central que sirve para el diagnóstico de la rosácea es el enrojecimiento difuso alrededor de la nariz y las mejillas. El enrojecimiento y el rubor pueden ir acompañados de vasos sanguíneos rojos y morados y pústulas similares a las espinillas del acné.
Las mujeres son más propensas a desarrollar rosácea, especialmente las mujeres de ascendencia caucásica en el hemisferio norte. Esta afección no está específicamente vinculada a un tipo de piel característico; sin embargo, los individuos afectados indican que sufren sequedad en las áreas de la cara donde se produce el enrojecimiento.
A menudo, los pacientes recurren a productos de aplicación externa de venta libre y prueban una gran variedad de terapias naturales y complementarias para aliviar los síntomas de su rosácea: sequedad, ardor, escozor, picazón y tirantez. Estos pacientes también suelen utilizar maquillaje para cubrir el enrojecimiento facial que, a su vez, también ayuda a que los pacientes se sientan mejor a nivel psicológico. Como ocurre con la gran mayoría de afecciones de la piel, los pacientes desean maneras rápidas y fáciles de tratar su rosácea.
TRATAMIENTO CONVENCIONAL
El tratamiento convencional de la rosácea incluye el uso de antibióticos, antiinflamatorios y otros medicamentos, láser, electrocirugía y la prevención de los factores desencadenantes.
Los antibióticos orales y de aplicación externa y los antifúngicos se utilizan para suprimir las pústulas y nódulos inflamatorios. Los antibióticos que comúnmente se utilizan para la rosácea normalmente muestran una actividad de amplio espectro que podría tener efectos dañinos sobre la piel cuando se usa a largo plazo, principalmente porque alteran el microbioma interno y externo del cuerpo. Estos medicamentos también ayudan con los ácaros Demodex y las bacterias que albergan este tipo de ácaros; sin embargo, aunque estos ácaros se han relacionado con la rosácea en algunos casos, su papel específico en esta afección aún se está debatiendo.
La electrocirugía y el tratamiento con láser ayudan a disminuir la formación de nuevos vasos sanguíneos y la liberación de moléculas inflamatorias. Estos tratamientos también ayudan con la producción de colágeno y la remodelación de la piel, es decir, en cómo el cuerpo produce nueva piel.
Otros tratamientos convencionales incluyen el gel de brimonidina para ayudar con el enrojecimiento, antihipertensivos que pueden ayudar a constreñir los vasos sanguíneos de la cara y el evitar desencadenantes potenciales como el alcohol y los alimentos picantes.
El tratamiento convencional muestra buenos resultados en pacientes con rosácea, sin embargo, la recaída es común poco después de cesar el tratamiento. Además, en la actualidad, el tratamiento convencional no tiene en cuenta los efectos psicosociales que conlleva tener rosácea, lo que puede contribuir de manera importante a la alta tasa de recaída para esta afección. En estos casos, sería prudente debatir los efectos adversos sobre la calidad de vida y derivar los pacientes a profesionales cualificados.
PLANTEAMIENTOS NATUROPÁTICOS PARA LA ROSÁCEA
Los Naturópatas ND se basan en un enfoque holístico de la rosácea (y de otros problemas de salud), teniendo en cuenta tanto la naturaleza multifactorial de la afección como la interacción de los diferentes sistemas en el cuerpo. La piel, obviamente, debe ser tratada con tratamientos tópicos para calmar y sanar; sin embargo, en la mayor parte de los pacientes de rosácea también debe prestarse atención a una o varias hormonas, la dieta, la digestión, la inmunidad, el sueño y el estrés.
Tratamientos tópicos
Muchas mujeres optan por comprar una gran variedad de productos para el cuidado de la piel que ayudarán a minimizar el enrojecimiento e incluso recurren a productos más fuertes que pueden causar más daño a la piel, especialmente a largo plazo.
Se ha demostrado que el ácido azelaico, que tiene efectos antibacterianos y antiinflamatorios, disminuye el enrojecimiento y las pústulas en pacientes con rosácea cuando se aplica como una crema dos veces al día durante 3 meses.
Clínicamente, los aceites portadores, como por ejemplo, el aceite de jojoba, de almendras dulces o el aceite de camelia funcionan bien como hidratantes cuando se usan solos, se combinan con otros productos o se mezclan con cremas hidratantes. Estos aceites son nutritivos para la piel y buenos para todo tipo de piel —no obstruyen los poros de la piel y contienen vitaminas y minerales para hidratar, tonificar y sanar la piel. Los aceites esenciales para la rosácea que se pueden diluir en estos aceites portadores incluyen los aceites de flores de naranjo, siempreviva y lavanda. Si se combinan de manera apropiada, estos aceites vegetales pueden ayudar con el enrojecimiento, espinillas, vasos sanguíneos y con el malestar asociado con la rosácea.
Suplemento de zinc y antioxidantes
El suplemento de zinc a una dosis relativamente baja de 20 mg por día se ha asociado con una disminución de aproximadamente un 75% en la gravedad de los síntomas de la rosácea durante un período de 3 meses. El picolinato de zinc y el citrato de cinc pueden ser mejor absorbidos por el organismo y el uso a largo plazo del zinc debe ir precedido por una consulta con un profesional de la salud cualificado.
Los antioxidantes tienen un papel muy importante en nuestra salud inmunológica, vascular y de la piel. Se ha demostrado que la vitamina C, el té verde y la quercetina tienen un impacto positivo en la gravedad de los pacientes con rosácea.
Apoyo al sistema digestivo
Además de los alimentos comunes que actúan como desencadenantes, es posible que las personas que sufren de rosácea también tengan otras sensibilidades a alimentos que no se comprueban en las pruebas de alergia. Es posible que los pacientes con rosácea también tengan niveles más bajos de ácido estomacal y enzimas digestivas, disbiosis intestinal e inflamación en el tracto digestivo.
El apoyo al sistema digestivo puede realizarse con suplementos de ácido clorhídrico, enzimas digestivas, probióticos y/o una combinación de hierbas que ayuden a producir más ácido estomacal y a sanar el tracto digestivo.
Hierbas
Algunas hierbas que se han utilizado clínicamente con éxito en pacientes con rosácea:
Para estimular el ácido del estómago y las enzimas digestivas, se pueden utilizar hierbas como el jengibre, la genciana y la alcachofa
Para mejorar el sueño y la producción de gas en el tracto digestivo, se pueden utilizar hierbas como la limonera, la manzanilla y albahaca sagrada
Para el apoyo hormonal durante la menopausia, se pueden utilizar hierbas como la cimicifuga y la salvia
Las hierbas adaptogénicas, como las hojas de ashwagandha, el regaliz y la rhodiola pueden ayudar a controlar el estrés y la inmunidad y a gestionar los cambios hormonales
En casi todos los problemas de salud es necesario controlar el estrés. Nuestro sistema nervioso juega un papel crucial en el desarrollo de muchos problemas de salud entre los que se incluye la rosácea. El estrés puede afectar nuestro sueño, las hormonas, el microbioma, la inmunidad e incluso los hábitos de sueño.
El control y la gestión del estrés puede incluir desde la implementación de estrategias como la realización de respiraciones profundas, practicar ejercicio físico y desarrollar aficiones hasta acudir a un profesional certificado como un psicólogo o un psiquiatra. Además de los cambios de comportamiento, también se puede reforzar la resistencia del cuerpo al estrés con hierbas adaptogénicas, cambios en la dieta, la suplementación de nutrientes y la acupuntura.
Acupuntura
La acupuntura es un gran complemento a los tratamientos tópicos y otros tratamientos internos para la rosácea, ya que puede ayudar a disminuir la frecuencia de brotes, ayudar a equilibrar las hormonas, aumentar la resistencia al estrés y tratar problemas digestivos. La acupuntura local cerca de las áreas afectadas puede ayudar a minimizar la aparición de vasos sanguíneos y fomentar la producción de colágeno.
CONCLUSIÓN
Debido a su naturaleza multifactorial, para el tratamiento de la rosácea se deben tener en cuenta los sistemas subyacentes involucrados en esta afección, incluyendo los aspectos psicológicos. Hay una gran variedad de opciones naturopáticas que tratan la rosácea desde el interior y que pueden incluir la sanación del intestino, hacer cambios en la dieta, la utilización de suplementos alimenticios, el tratamiento de los desequilibrios hormonales, ayudar a que sane la piel y aumentar la resistencia al estrés.
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Fuente: NaturopthicCurrents