Rutina diaria: 10 cosas que hacer todos los días para aprender a alinearse contigo mismo; por Giulia Perna, Naturópata

Tome un desayuno abundante que sea saludable y satisfactorio al mismo tiempo.

Empezar el día sin un buen desayuno definitivamente significa empezar con el pie izquierdo. Disfruta de la hora del desayuno, conviértela en un ritual y come con tranquilidad y sin demasiadas distracciones. Haga del desayuno un momento para cuidarse. Lo que hacemos durante la mañana a nivel energético condiciona el transcurso de todo el día, así que comencemos con un excelente hábito a respetar siempre.

Beba la cantidad de agua que su cuerpo necesita.

Una buena hidratación es fundamental para mantener la salud: ¿sabías que el funcionamiento de nuestro sistema nervioso y nuestros procesos cognitivos también se sustenta en una buena cantidad y calidad del agua que consumimos? Algunas investigaciones también muestran que beber durante un esfuerzo intelectual mejora nuestra capacidad de asimilación y concentración. La mayoría de las personas no beben lo suficiente para su organismo, encontrándose en una situación constante de deshidratación, mientras que otras beben más de lo necesario y exageran las cantidades. ¿Cómo regular? Escuchar tu cuerpo y sus necesidades individuales es siempre el camino que nos lleva a la salud.

Siente gratitud y gracias por lo que tienes

La gente no está acostumbrada a agradecer a la vida los regalos que nos da cada día. Es mucho más fácil y automático concentrarse en las quejas y en las cosas que sentimos que nos faltan. La queja es perjudicial porque reduce considerablemente nuestro estado de energía, porque nos arrastra a un vórtice de sufrimiento y no aceptación. Empiece por agradecer a la vida todos los días por las pequeñas cosas, cuanto más agradecidos estemos en las pequeñas, más motivos tendremos para agradecer por las grandes cosas.

Saborea el silencio

¿Cuántas veces durante el día nos permitimos desconectar de las situaciones que nos rodean para disfrutar de unos momentos de silencio? La respuesta en la mayoría de los casos es NUNCA. No preguntemos por qué siempre nos sentimos estresados ​​y agitados si nuestra vida gira en torno al frenesí. Tomemos un tiempo todos los días para estar con nosotros mismos y disfrutar de estos momentos, son lo más importante para recargar y mantener la salud. No los subestimes.

Ralentiza

Como te dije, la mayor parte del día de la persona gira en torno a un frenesí total. Corre aquí, corre allá y no queda ni un momento para pensar en ti mismo de una manera auténtica y profunda. Cuando esté tomando alguna medida y se encuentre haciendo todo como un torbellino, comience a disminuir la velocidad. Haz esa acción más lenta y conscientemente. Estar ahí. (Especialmente cuando comes). Descubrirás lo cansado que es vivir así y pronto lo dejarás.

Haz algo todos los días que te satisfaga y que te guste hacer

A menudo no nos permitimos sentir placer porque estamos demasiado ocupados haciendo otras cosas y siempre posponemos nuestra realización. Al menos una vez al día, permítanos hacer lo que nos apetezca hacer: un buen libro, una película, salir con los amigos, cocinar, cuidar su cuerpo. Tómalo como un hábito.

Leer, estudiar, informarse

Mantenerse actualizado y estudiar constantemente es una excelente manera de enriquecerse a nivel personal, profesional y, especialmente, de mantener la mente entrenada y flexible. 

Estudiar y leer es importante, determina nuestro éxito en la vida o no. Lee al menos una página al día de un libro que te interese, de temas que te apasionen y también de temas técnicos para profundizar. Tú eliges a qué dedicarte.

Ordena tus espacios

Vivir en un entorno desordenado ciertamente no afecta positivamente nuestra salud, ¡ni mucho menos! Una casa u oficina ordenada es sinónimo de orden mental, claridad y limpieza psíquica. Empezamos a deshacernos de objetos que ya no son necesarios, limpiamos nuestras habitaciones y pongamos orden: seguramente tendrá un efecto en nuestra mente … ¡y en nuestro cuerpo! 

Sea consciente de sus emociones 

Cada día, tómate solo 5 minutos para analizar tu día desde un punto de vista emocional: puedes escribir o simplemente pensar en lo que has sentido. 

¡Se honesto contigo mismo! Cuanto más te analices a lo largo del día y comiences a saber realmente cómo eres, menos necesitará tu cuerpo para expresar tensiones y ansiedades a través del cuerpo. Además, con el tiempo podrás vivir tus emociones con más ligereza.

Aprovecha cada oportunidad como una oportunidad

Seamos realistas, las cosas nunca suceden por casualidad. Es hora de disipar este falso mito. Todo lo que nos pasa nos habla de nosotros: un encuentro, una oportunidad, un libro, el comportamiento de una persona siempre entra en nuestra vida por una razón. Si no podemos entender por qué, ¡eso no significa que el evento no tenga sentido! Somos nosotros los que todavía no somos capaces de comprender profundamente. Cada ocasión es una oportunidad para que nos conozcamos y avancemos en nuestro camino en armonía con nuestro ser interior. ¡Sigamos y sigamos las señales!