Los orígenes de la Herbología árabe hay que buscarlos en zonas helenísticas, persas e indias.
El Tratado de Dioscorides fue traducido en Bagdag en la época abbasi, bajo el reinado de de Ya’far al – Mutawakkil (847 – 861) por Esteban, hijo de Basilio, del griego al árabe. Esta versión fué corregida por el traductor Iohannitius (m. 877) que la arreglo y la hizo manejable. Las palabras griegas que Esteban conocía en árabe las tradujo, pero aquellas que no sabia las transcribió en su forma griega.
Esta traducción de Esteban llegó al Al – Andalus y fué utilizada tanto por sus habitantes como por los orientales hasta la época de Abderahman Al Nasir (912 – 961). Será en el siglo X cuando se lleve a cabo esa traducción óptima. Todo comenzó cuando el emperador bizantino Constantino VII Porfirogénitos envió una embajada a la corte del califa Abd ar-Rahmãn III de Córdoba. Entre los presentes dedicados al soberano omeya había un ejemplar del Tratado de Dioscórides escrito en griego. Y no habiendo en Córdoba nadie capaz de leer el griego, el libro de Dioscórides se quedo en la biblioteca de Córdoba sin ser traducido al árabe, siguiendo utilizándose la traducción de Esteban procedente de Bagdag.
El objetivo del traductor consistió en comentar el nombre de los simples del libro de Dioscórides que todavía no se habían traducido al árabe por desconocer su equivalencia. Nicolás colaboró con un grupo de investigadores que estaban buscando la determinación árabe de los simples, entre ello un tal Muhammad, conocido por al – Say yar (el herbolario).
Una vez determinada las propiedades de las plantas que faltaban por identificar, el Dioscórides llegó a conocerse por todo el Al – Andalus.
Fuente: Introducción a la medicina arábigo – andaluza. Dr. A. Arjona. Córdoba 1986.
Traductores occidentales de Dioscórides
La obra de Dioscórides estuvo vigente hasta fines del siglo IV d.C. A partir de entonces la mayoría de los manuscritos griegos y latinos fueron destruidos por teólogos fanáticos, principalmente en el saqueo del Serapión y la Biblioteca de Alejandría en 391. Los archivos de Roma fueron devastados en sendas ocasiones entre 410 y 476 por alanos y hérulos, y los escasos vestigios clásicos que quedaban en Atenas fueron arrasados por Justiniano I en 529. Unas pocas obras se salvaron en Bizancio pero quedaron confinadas a la élite de la corte de Constantinopla. Entre ellas figuraba la obra de Dioscórides guardada en un manuscrito fechado en 512 Juliana Anicia Codex (ca. 512 A.D.), que hoy forma parte de la Biblioteca Nacional de Austria en Viena. Registrado como Codex Vindobonensis Medicus Graecus 1, se lo conoce mejor como “Viena Dioscórides”, la más antigua y valiosa obra en la historia de la botánica y la farmacología.
La traducción al árabe realizada en conjunto por Nicolás, Ibn Shaprut e Ibn Ÿulÿul no sólo tuvo una distribución fluida y masiva por todo el mundo islámico sino que oportunamente sería reenviada a la Europa cristiana y traducida al latín. Además la versión árabe fue enriquecida por las correcciones y los comentarios de Ibn Ÿulÿul, Ibn al-Wafid e Ibn al-Baytar entre otros.
Entre las ediciones latinas podemos contar la de Siena (1478), París (1516) y Salamanca (1566). La primera versión en griego sería la de Aldus Manutius en Venecia (1499), la primera versión castellana se realizó gracias a Andrés Laguna en 1555 y la primera traducción al inglés fue obra de John Goodyer en 1655
Para ver la obra traducida en Dioscórides de Salamanca (interactivo)