El próximo año, España, al igual que el resto de los 25 países miembros de la Unión Europea, tendrá que tener definidas cuáles son sus profesiones regladas y cuáles no. Así, entre otras cosas, deberá establecer el reconocimiento o no como profesional sanitario de las personas que actualmente aplican las terapias no convencionales.
El Instituto Nacional de Cualificaciones (Incual), organismo dependiente del Ministerio de Educación y Ciencia, está estudiando ya la posible incorporación de alguna de las terapias alternativas al Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales, dentro de la familia profesional sanitaria.
De ahí, según explicó a este periódico la directora general del Incual, Francisca Arbizú, que se esté trabajando en coordinación no sólo con el Ministerio de Trabajo, sino también con el de Sanidad.
Francisca Arbizú señaló que, “probablemente”, el sector llegará a estar regulado y “posiblemente a través de un real decreto”. De momento, el resultado es todavía una incógnita. “El grupo de trabajo aún está en fase de investigación y definición”, afirmó.
Las conclusiones se esperan para mayo-junio. Entonces, cuando haya una definición de la actividad, se pondrá en marcha todo el proceso, que incluye estudiar la capacitación de los profesionales y asociar su formación. Arbizú reconoció que, al tratarse de cualificaciones nuevas, el trámite será largo y complicado. “Hay muchos intereses enfrentados y eso genera tensiones, pero no podemos perder de vista que lo que está en juego es la salud y la seguridad de las personas”, apuntó.
Habrá que fijar las competencias profesionales, la formación necesaria y las acreditaciones que se otorgarán a los terapeutas, la situación de los centros formativos que ejercen en este campo y las condiciones de los locales donde se aplican estas terapias. “Queremos garantizar que éstas se presten en las mejores condiciones posibles”, insistió esta experta.
Para ello, la vocal de Plantas Medicinales del COF de Barcelona, María José Alonso, apuntó: “Deben establecerse con mucho cuidado las competencias y la habilitación de estos prácticos para que no se dé una situación de confusión en la población y terminemos por tener una paramedicina con carta de identidad”.
El director general de la Asociación para el Autocuidado de la Salud (Anefp), Rafael García Gutiérrez, valoró positivamente la regulación, siempre que sea sinónimo de ordenación y no de intervencionismo o encorsetamiento. “Cualquier sector que esté en relación con la salud tiene que estar ordenado de manera que, al menos, la seguridad para los usuarios quede garantizada”, apuntó.
Además, señaló: “Será un beneficio para la farmacia, pues todo lo que sea fijar unas condiciones que garanticen la veracidad y transparencia de la comercialización de estos tratamientos será proteger a la farmacia y a la industria farmacéutica de la competencia desleal que actualmente padecemos como consecuencia de la falta de regulación y control”.
La actual situación también ha despertado inquietudes a nivel autonómico. El reconocimiento de la necesidad de una estrategia reguladora es casi unánime. Sin embargo, la polémica está servida.
En Cataluña está a punto de ver la luz un decreto que regula la actividad y la formación de los terapeutas en homeopatía, terapias manuales, medicina tradicional china y naturopatía. Para la Plataforma para la Defensa de la Salud Natural (PDSN) éste supone “un avance enorme”.
Sin embargo, María José Alonso considera preocupante que no se haya tenido en cuenta en los grupos de trabajo a los médicos y otros profesionales de la salud que ejercen este tipo de terapias. Además, rechaza que la homeopatía se considere una terapia alternativa. “Es inquietante que pueda dejarse en manos de personas con conocimientos prácticos, pero no médicos, el diagnóstico de una enfermedad”, apuntó.
Asimismo, se pregunta qué tipo de receta se pensará para estos terapeutas que con la entrada en vigor del decreto podrán prescribir medicamentos homeopáticos y complementos alimenticios.
La Consejería de Salud de Andalucía, a través de su Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias, también ha analizado la situación de las terapias alternativas en la región, como parte del plan de acción sobre este tipo de prácticas. El Grupo Parlamentario Izquierda Verde recogió la petición presentada por la PDSN en el Congreso de los Diputados con la entrega de casi 100.000 firmas y elaboró un proyecto no de ley para regular este sector. Fuentes de este grupo informaron que éste aún no se ha presentado por el deseo de la Plataforma de hacerlo con el mayor consenso posible de la Cámara Baja, y la recogida de firmas de los diputados no está resultando fácil.
Situación dispar entre los países de nuestro entorno
Según explicó la vocal de Plantas Medicinales del COF de Barcelona, Mª José Alonso, la situación de las terapias no convencionales es muy dispar y desarmonizada de unos países a otros. Así, por ejemplo, en Francia sólo pueden ejercer la homeopatía los médicos que hayan cursado los correspondientes estudios de homeopatía; y los osteópatas tienen estudios homologados y reconocimiento, al igual que los acupuntores. En Inglaterra existen facultades de Homeopatía y estudios homologados de osteopatía y reconocimiento dentro de los profesionales de la salud. En Alemania y Dinamarca todas estas terapias se engloban dentro de unos estudios universitarios de tipo medio. En ningún caso pueden diagnosticar, pero sí tratar, previo diagnóstico médico con la obligación de remitir el paciente al médico para su control si se trata de síndromes mayores. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) recoge a los naturópatas como profesión y los define como “practicantes de las medicinas tradicionales”.