Contestación a “Médicos Naturistas” por María Teresa Borras Sosa, Naturópata

Contestación al artículo publicado en la sección de Opinión de ABC el sábado 24 – 10 – 92, titulado “Médicos Naturistas”.

Por si tiene a bien publicarla le dirigimos la presente carta después de leer en su sección “OPINIÓN” de ABC la referencia que se hace bajo el titulo MÉDICOS NATURISTAS sobre una sentencia del Tribunal Supremo. En otro caso nuestras puntualizaciones podrían, tal vez, merecer una aclaración en la misma sección.

Nos parece que la forma en que el periódico que Vd tan dignamente dirige expresa su discrepancia a la referida sentencia solo consigue confundir al lector sobre un tema meridianamente claro como es la medicina natural tan en auge en todo el mundo, ya que la técnica naturista ( el mismo periódico reconoce que es una técncia9, no debe ser nunca comparada con prácticas de curanderismo, pues precisamente para evitar el temor, el riesgo creciente y la ignorancia que su publicación señala, hubiera merecido la pena indicar con suficiente claridad y sin pesadumbre alguna que los que poseen la licenciatura en medicina y cirugía coexiste un colectivo llamado de Naturópatas con la titulación que la legislación vigente les exige tener y lo mismo que el curandero no es un Naturópata, éste no es médico.

En efecto, no es necesario ser médico para montar consulta o centro donde educar al que así lo desee sobre vida sana, recomendando el consumo de productos y complementos alimentarios totalmente naturales que existen en el mercado con todas sus bendiciones , pero también hay que añadir que esto solo se puede llevar a cabo después de disponer de la experiencia y conocimientos suficientes avalados por las diplomaturas y certificaciones necesarias, y dicho así de claro se ayuda a distinguir a los usurpadores de aquellos que realizan su actividad dentro de un orden regulado, no debiéndonos pesar porque también sirven a la sociedad para hacer la vida más feliz.

María Teresa Borras Sosa, Naturópata (Sevilla)

Fuente: Naturopatía. Año II .nº 4 – Octubre 1993