Los avances de la naturopatía vistos en el XII Congreso Andaluz de esta ciencia

Pues sí amigos, el pasado sábado, se celebró en Tomares (Sevilla), en la hacienda Santa Ana, el XII Congreso Andaluz de Naturopatía ‘Memorial Diego Prieto’ por Fenaco.

Tuvimos la oportunidad de compartir un día grande, ya que además se tuvo en cuenta la coincidencia con el XVII día nacional de la naturopatía, recordando entre otras cosas a nuestra patrona Hildegard Von Bingen (1098-1179), una mujer que hizo mucho por el legado de nuestra labor. Como punto importante del día, hay que destacar el hecho y la pretensión de divulgar el proceso de integración de la naturopatía como un servicio más de salud en la cantera de prestaciones del SAS, acorde con el aumento de la demanda social en centros y consultas privadas. 

Distintas ponencias intensificaron el efecto educativo y de aprendizaje de este gran día. La naturopatía basada en la evidencia. Aspectos epistemológicos y relacionales, por Francisco Jiménez, o Maniobras naturopáticas en zonas reflejas del pie relacionadas con el sistema endocrino, por Adela Carrasco, fueron algunos de los temas que se trataron. Distintas personalidades del ámbito político, tanto del ayuntamiento de Tomares como de la Junta de Andalucía, como Francisco Cuberta, delegado provincial en Sevilla de la Consejería Salud de la Junta de Andalucía, acudieron a la apertura del evento, mostrando su interés por esta nuestra profesión y por nuestra labor, que día a día se está consolidando más en España, y que gracias a un enfoque adecuado y práctico que Fenaco está aportando, la ciencia de la Naturopatía alcanza poco a poco, el lugar que le corresponde a nivel incluso internacional. 
Otro de los puntos importantes de este congreso fue la reiteración de las herramientas que el naturópata puede usar en su trabajo, tales como la herbología, el shiatsu, etc. Todas ellas, herramientas de las que hace uso la naturopatía. La naturopatía es la ciencia y los métodos son las herramientas.

El padre de la naturopatía

Lo primero que debemos hacer es explicar el origen de la palabra en sí misma. No podemos optar por la traducción literal por sí sola, pues podríamos encontrarnos con confusiones al pensar en cardiopatía, ludopatía, etc… No conseguiríamos traducirlo como afección o sentimiento hacia la naturaleza, pues resultaría confuso e insulso. El origen del término naturopatía proviene de un neologismo anglosajón, de las palabras inglesas ‘nature’, que significa naturaleza, y ‘path’, que significa sendero. A su vez, el término inglés path deriva del sánscrito patha, y éste de ‘pathya’, cuyo significado es ‘Lo apropiado para el propio camino’. Por consiguiente, podríamos traducir naturopatía, como el camino natural más adecuado. La vuelta a los orígenes de salud primarios, a la recuperación del equilibrio natural más acertado, sin conservantes ni colorantes. Fue Benedict Lust el que acuñó este término a finales del siglo pasado. Creó la primera escuela de naturopatía en New York, en el año 1892, la American School of Naturopathy. Nació en Alemania en 1872, y emigró a los Estados Unidos en 1892, aunque regresó a su Alemania natal al contraer la tuberculosis. Podíamos remontarnos mucho más atrás para saber más de los orígenes de la naturopatía, pero se considera el padre de de esta ciencia que hoy día conocemos. Por fortuna, gracias a Fenaco, a la unión de todos, y al granito que todos aportamos, la naturopatía, crece día a día más para ocupar el lugar que le pertenece como ciencia, como filosofía de vida, y como arte ancestral que es.

Aprendiendo a comer

Dentro de la jornada del sábado pudimos disfrutar de una exposición de alimentos ecológicos y naturales, tales como frutas, galletas, zumos, etc…Y aprovecharemos este recordatorio visual que yo os trasmito, para recordar lo saludable, beneficioso y económico que resulta incorporar en nuestra dieta alimentos como la levadura de cerveza, copos de avena, cereales en general, así como fruta, frutos secos, galletas integrales… Haremos hincapié en lo importante que resulta consumir frutas a diario, bien en piezas enteras, en jugos que no estén tratados (es decir, caseros), o en macedonia. Consumir la fruta de temporada, en el desayuno o en la merienda, como golosina para los más pequeños, 3 ó 4 piezas al día, va a aportarnos vitaminas, minerales y enzimas, para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. También los cereales son muy importantes, ricos en vitaminas del grupo B, así como en hidratos de carbono de absorción lenta, el principal combustible de nuestro cuerpo, como suelo decir. Muy útiles en esta época de otoño. Las frutas, además de llenarnos de vitaminas y minerales, van a aportarnos antioxidantes, esos pequeños aliados antienvejecimiento, entre otras de sus funciones. Otra de las ventajas, no menos importante, es el aporte de fibra que nos proporcionan los cereales y frutas (que deben intentar consumirse con cáscara, una vez se hayan lavado), ya que mejorarán el tránsito intestinal, reducen los niveles de azúcar en sangre y previene el sobrepeso en la medida de lo posible.