Kika Mas Cloquell (Maria 1975) es naturópata y cada una de sus experiencias adquiridas a través del arte de la observación, como ella misma explica, le han ayudado a comprender con mayor profundidad a eso que llamamos “ser humano”. Pasa consulta en Can Picafort, donde reside desde hace tiempo, y en Palma. Hace mas de 10 años que se está formando en distintos lugares del mundo.

Ha aprendido tradiciones milenarias y ancestrales en Tailandia, Perú, India, Nepal, Brasil, Bolivia, Senegal?a través de los chamanes e indígenas. “He estado viviendo diferentes religiones y filosofías como el budismo, hinduismo, islamismo, chamanismo y catolicismo y he ampliado mis conocimientos sobre la medicina natural. Gracias a mi búsqueda personal puedo ayudar a las personas a que encuentren su equilibrio por ellas mismas, de una manera totalmente natural y holística”.

-¿A dónde fue el primer viaje?
-A la India, fue mi viaje iniciático y donde empecé mis cursos de reiki. También practiqué, y sigo practicando, el yoga y la meditación, técnicas que utilizo con las personas que necesitan detener la mente, frenarla un poco para que no esté tan excitada debido el estrés y al miedo, hay mucho miedo.

-¿Vivimos momentos un tanto difíciles para el ánimo y la mente?
-Sí, creo que sí. Hoy en día con la crisis hay miedo, nervios, ansiedad y mucho estrés y por ello es recomendable aplicar métodos naturales, que no hacen daño, no crean ningún tipo de dependencia y son muy beneficiosas ya que ayudan al individuo a encontrar el equilibrio físico, mental y emocional por el mismo. Esto no se puede enseñar, solo ayudar para que el mismo encuentre la solución.

-¿Qué técnicas suele utilizar?
-La neuropatía, el toque quántico, el reiki, la homeopatía y la reflexología podal. También utilizo la aromaterápia, la gemoterápia (con minerales) y consejos nutricionales. Hay que tener muy en cuenta que la madre naturaleza nos lo brinda todo y no le hacemos caso. Buscamos soluciones a nuestros problemas y las tenemos muy cerca, de hecho nos rodean y no las vemos. La alimentación natural, el oxígeno (saber respirar bien es una de la mejores terapias que existen), el agua de los manantiales, el agua de mar y las plantas (“para cada padecimiento crece una planta”, decía Paracelso), todo esto lo tenemos a mano y podemos utilizarlo. El primer escalón para sentirnos bien sería simplemente agradecerlo. Después está el amor, y vuelvo a citar otra frase del mismo autor suizo: “El grado máximo de un medicamento es el amor”.

Fuente: www.diariodemallorca.es