El desarrollo de una ciencia o tecnología consiste en el aumento del volumen y de la calidad de la producción científica. Al respecto, se puede decir que la Naturopatía, desde que la fundara Benedict Lust a finales del siglo XIX , ha incidido en dos aspectos esenciales para su formación como ciencia y profesión. Por un lado, al aspecto cualitativo, es decir a aquello que tiene que ver, además, con estructuras metacientíficas, es decir, con estructuras teóricas, con postulados y presupuestos, los cuales predeterminan y caracterizan toda ciencia; y por otro lado al aspecto cuantitativo, aquello que tiene que ver con el dato, la “evidencia”, la investigación empírica y a la “experiencia sensible”, como fuentes válidas para la fundamentación científica de la Naturopatía.
Con los postulados anteriormente enunciados, Benedict Lust plantea que los datos, cálculos y operaciones empíricas, aunque indispensables, no contribuyen necesariamente a la profundidad y solidez de una ciencia o tecnología. La profundidad y madurez no son, pues, cuestión de número. Tienen que ver, además, con estructuras metacientíficas, filosóficas, humanísticas, éticas y estéticas. Postulados que plasmó en el primer programa de estudios de Naturopatía que se impartió en la American School of Naturopathy de New York a partir de 1901.
Y después de más de un siglo de práctica profesional Naturopática todavía tenemos mucho que hacer a fin de que nuestra ciencia y profesión, la Naturopatía, sea más profunda y más madura. Debemos seguir avanzando y profundizando en la introducción de hipótesis que contengan factores empíricos y no observables, organizando a su vez de una forma lógica de los postulados. Es necesario filosofar, pero no sólo en la parcela de lo ético y axiológico; la Naturopatía plantea problemas filosóficos relacionados con el análisis ontológico, lógico y metodológico. Con esto queremos decir, que un volumen meridiano de problemas Naturopáticos pueden y deben ser tratados filosóficamente.
Siendo por tanto necesario seguir profundizando también en el objeto formal de estudio, cuál es la salud en su vertiente natural (paradigma ecobiopsicosocial), donde el concepto de salud queda definido dentro del marco de las complejidades estructurales biocognitivas, es decir, teniendo en cuenta que la salud de la persona (individuo – sociedad – naturaleza), que es un sistema hipercomplejo, está compuesta por la salud de sus sistemas y que, por tanto, la salud de los individuos conforman la salud de las familias, las sociedades y el ecosistema, se puede considerar la salud como un fractal. La definición de salud en su vertiente natural, la definiríamos como un estado vital, complejo y dinámico, interactivo e intraactivo, caracterizado por el adecuado funcionamiento interno y la relación armónica con un medio externo igualmente saludable.
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