Su obra e impronta siguen vigente como elemento nuclear de la práctica naturopática contemporánea; descubridor de la denominada “cura atmosférica” aporta al corpus naturopaticum un conjunto de sistematizaciones que hacen posible el desarrollo científico de una práctica salututógena utilizando los Agentes Naturales de Salud.
ARNOLDO RIKLI.
Descubridor del salutes atmosférico
Los primeros pasos del investigador
En el ambiente esplendoroso de unas exuberante naturaleza que luce con orgullo sus ríos, lagos, bosques y montañas con la clara intención de darnos una visión del paraíso, nació Arnoldo Rikli el 23 de febrero de 1823 en Vangen, cantón de Verna, Suiza. Desde muy niño experimentó un placer extraordinario en tomar baños al extremo que “privarme de ellos – confiesa – era la pena más grande con que podía castigarme mi madre”. Al llegar la primavera se despertaba en él, el deseo imperioso de tomar baños de sol y nada había que lo entristeciese más que el tiempo nublado. Gozaba en cambio en los bellos días de Marzo, cuando se iba a la orilla del bosque y tendido desnudo sobre sus vestidos se exponía durante quince o veinte minutos al sol primaveral. Luego se vestía y daba un paseo para calentar bien el cuerpo. Con estos baños sintió una sensación tan agradable y obtuvo un bienestar general tan noble que concibió de pronto la idea de perfeccionarlos, dando así el primer paso hacia las curas atmosféricas. Principió por marchar con los pies descalzos, después se fue desnudando gradualmente, hasta convencerse que la estancia al aire libre es totalmente inofensiva. Una vez vencidos los temores, inculcados por una educación secular de que el “refrescamiento por el aire indispone y es causa de numerosas enfermedades”, pudo comprobar en su propio organismo que el “baño de aire y de luz fortifica los nervios más que cualquier aplicación de agua fría” acentuándose sus saludables efectos al complementarlos con un baño de sol. “A medida que el sol se hizo más fuerte – relata” empecé a experimentar la necesidad de un refrescamiento más considerable” Al aire libre había amplitud para ejecutar movimientos suficientes que impidiesen un enfriamiento del bañista y hermosos árboles que, cubriendo un tercio de su superficie, ofrecían acogedora sombra para aquellos que necesitaban frescura cuando los rayos del sol quemaban. Ubicados a una altura ideal (500 m. sobre el nivel del mar), estaban dotados de alfombras de verde césped para pasear sobre él con los pies desnudos, en especial sobre el rocío. También había caminos enarenados para aquellas personas que temían la hierba húmeda. Las damas usaban los parques de luz llamados Marienhain, de casi una hectárea de extensión, y el Homberg, más grande, más alejado y más alto. Los hombres, en cambio, disfrutaban de las delicias de la luz solar en Roladshain, a veinte minutos de la villa; en el Riklikulm de más de cuatro hectáreas y con un panorama soberbio; y el Arnoldshobe sobre la meseta a más de una hora de distancia. Había además en Veldes un sistema de habitaciones llamados colonia de cabañas que permitía gozar a los residentes en forma continua de los dos principales elementos de vida: aire y luz. respondía a todas las exigencias pues allí se estaba en contacto de día y de noche con el aire puro y se podía aprovechar el menor rayo de luz para un relativo baño de sol. Era regla importante en Veldes acostarse temprano, a las 21 horas, para aprovechar el sueño bienhechor de antes de la media noche, lo que permitía a sus huéspedes exponerse en ayunas y completamente repsosados, al aire fortificante de la mañana. Por considerarse la sobrealimentación incompatible con la cura, la alimentación era sencilla y vegetariana. Procurabase que los golosos y comilones redujeran el número de sus comidas diarias, que los glotones se convenciesen de la frugalidad, que los bebedores olvidasen el alcohol y que los fumadores se librasen del dañino vicio del tabaco. De la importancia de los parques de luz, donde se practicaba la cura atmosférica en comunidad, casi sin ropas y abstraidos de toda preocupación exterior, habló solo Rikli, durante largos años. Aparecieron nuevos centros naturopáticos, aprovechando las experiencias de Rikli. Su ejemplo fue imitado por muchos y en poco tiempo Europa se lleno de este tipo de centros llamados “naturheilvereine”.
Sinopsis de sus ideas.
Un concienzudo estudio de las obras de Rikli nos demuestra las influencias de sus ideas sobre salud, tanto de las doctrinas hipocráticas sobre el origen de las enfermedades, la existencia de una fuerza curativa y el valor de los elementos vitales existentes en la naturaleza, como de los postulados propios de las escuela de Priessnitz y Kneipp sobre la importancia de la piel y la necesidad de cuidar su normal funcionamiento. Resultan notables también sus conceptos sobre las temperaturas y su modo de controlarlas, porque constituyen verdades que más tarde comprobará y ampliará la Doctrina Térmica Lezaetana.
Los principios fundamentales del Método de Rikli son:
• La salud es una y consiste en la circulación perfecta de los humores, por tanto existe una unidad en las enfermedades.
• Es una equivocación confundir los síntomas con la enfermedad, la que es mayor aún cuando se procura combatirlos y suprimirlos por todos lo medios imaginables, acción que resulta en definitiva un perjuicio para el propio enfermo.
• Los síntomas de enfermedad no son otra cosa que el medio empleado por la naturaleza para eliminar las sustancias morbosas. La lucha contra ellos ha causado desastrosas consecuencias para la salud de los pacientes.
• Es una verdadera superstición que las enfermedades son males fortuitos venidos desde fuera del organismo, cuando en realidad son la consecuencia de nuestras infracciones contra las leyes naturales. Las enfermedades provienen de los numerosos errores cometidos en la manera de vivir, por eso tiene más importancia para el enfermo precisar éstos, que bautizar aquellas mediante un diagnóstico.
• Existe en el organismo humano una fuerza curativa natural o fuerza vital que radica en el sistema nervioso y en la sangre. Esta fuerza vital puede vencer en las personas casi sanas sin necesidad de ayuda, es así como se producen las crisis agudas con las cuales el organismo procura expulsar las impurezas o morbos que perjudican su normal funcionamiento; en cambio cuando el estado morboso se hace crónico porque las crisis agudas se han sofocado o las faltas a la higiene natural se han convertido en hábito o costumbre, es necesario en personas de naturaleza menos sana ayudarlas mediante el cambio de alimentación, la luz, el aire, las fricciones de agua, los cambios de temperatura y la gimnasia.
• Como la naturaleza o fuerza vital es el supremo poder de curación que siempre tiende a la conservación de la vida y de la salud del hombre, es razonable atribuir al organismo entero una parte de responsabilidad en el restablecimiento de la salud.
Reglas generales del salutes atmosférico
Condiciones para la salutificación. Son condiciones fundamentales para la salutificación que la persona posea una reserva suficiente de fuerza vital y que se encuentre libre de degeneraciones orgánicas. Será necesario también se perseverancia en la práctica de la cura atmosférica. ¿Sería lógico exigir un restablecimiento pronto y rápido de un dolencia gestada durante largo tiempo?. En el periodo de menstruación las mujeres dejaran de hacer todos los baños de larga duración y de sudor, como el vapor por ejemplo. Continuarán solamente con los baños de sol seguidos de un lavado caliente completo. están indicados, el empleo de los Agentes Naturales de Salud (por ejemplo los baños de vapor), cuando está alterada la normalidad del periodo menstrual.
Periodos del salutes. Habrá que tener cuidado en no ser demasiado optimista en lo que concierne al periodo de salutificación. Antes la persona frecuentemente pasa por algunas crisis, que serán tanto más largas y fuertes cuanto se las hubiera impedido de manifestarse por medio de supresiones continuas. Una exacerbación pasajera de los antiguos males durante la cura ofrece generalmente un carácter crítico, es decir que ella anuncia una mejoría y a veces también la recuperación funcional y orgánica completa. Son raras las personas que salutifican sin crisis. Es extremadamente peligroso, cuando sobrevienen los abscesos, de abandonar los Agentes Naturales de Salud para pasar de nuevo a una vida y a un tratamiento diferente, sobre todo si son supresores de las manifestaciones.
Comportamiento de la persona con problemas de salud. Es indispensable un comportamiento un comportamiento positivo de la persona enferma e importante que comprenda los principios doctrinarios de la Naturopatía para que pueda interpretar correctamente las reacciones del organismo y los efectos del tratamiento. Tomando en cuenta la actitud de las personas con problemas de salud y su experiencia con ellos, Rikli los clasificó:
1º Unos que se resisten a creer que la salud es un bien que necesita cuidados especiales y responsabilidades personales, esperando una intervención externa.
2º Otros está persuadidos que la cura que los ha restablecido bastará para protegerlos durante el resto de su vida y no piensan más que en volver atolondradamente a sus malos hábitos anteriores.
3º Los hay que, a pesar de estar enfermos desde hace años, se desesperan y aún condenan los procedimientos naturales, porque en algunas semanas de cura no han conseguido el resultado deseado.
4º Solo un pequeño número pone en práctica las reformas necesarias en su manera de vivir para conservarse sano.
Baño de luz . Rikli diferencia entre baño de luz matinal al aire libre que solo dura de 10 a 15 minutos y el baño de luz absoluta que se prolonga a veces hasta un día entero. En este último caso la segunda parte del baño, cuando hay buen tiempo, se transforma en un baño de sol natural. El bañista de Veldes se vestía según la época y el estado del tiempo. cada uno aprovechaba su experiencia y tomaba en cuneta que tenía que producirse la reacción del calor suficiente para su estada en los parques de luz. Las señoras usaban una simple bata y los hombres solo un paño para cubrir la honestidad. Si llegará a producirse un enfriamiento peligros, recomienda Rikli “que nada es tan bueno como el baño de vapor para hacer desaparecer sus molestos efectos y evitar graves dolencias”
Baño de aire. Considera Rikli importante el cambio de aire o de clima para acelerar el proceso vital de renovación orgánica y obtener con estos baños el mejor éxito. Como medida higiénica natural para los niños, y con el fin de fortalecerlos, recomienda Rikli dejarlos cuando son de mantillas pernear desnudos por las mañanas sobre su cama y cuando ya sepan andar y por el parque o el bosque a tomar cada día un baño de aire sin ningún abrigo durante media hora y luego vestidos que corran con la cabeza descubierta y los pies desnudos.
Baño de sol. Rikli distingue entre el baño de sol natural que se toma en posición vertical y el baño de sol dietético que se practica tendido. Para el baño de sol dietético disponía Rikli en su Sanatorio los medios adecuados para realizarlo.
Baños sudoríficos. Hacer transpirar mediante la envoltura seca que sigue al baño de sol o con baños de vapor es para Rikli un medio de limpiar no sólo la piel, sino de purificar la sangre. Opina que toda limo pieza de la piel no acompañada de transpiración solo tiene un efecto superficial, mientras que los baños sudoríficos limpian radicalmente. Define el baño sudorífico como un baño más bien de limpieza interior que exterior. Lo recomienda de dos a cuatro veces por mes, dando preferencias a las envolturas al sol que aún aplica con más frecuencia.
Uso del agua. También usa Rikli el agua tanto caliente como fría. Así aplica fricciones, lavados, baños de brazos, de piernas, de pies, de asiento, completos, etc. Además compresas calmantes, lavativas y sobre todo el medio baño; está es la aplicación de agua que Rikli considera más importante debido a su eficacia en todas las dolencias agudas y crónicas, especialmente en los procesos febriles. Se da de la siguiente manera: el bañista se sienta con las piernas estiradas en una bañera espaciosa llena de agua hasta la altura de 10 a 15 cm. Con una esponja o un jarro se riega sin cesar la parte alta del cuerpo cuidando de masajearse uno mismo a medida que va vertiendo el agua. Si al tomar este baño, después de un baño de vapor o de sol, la cabeza se encuentra congestionada puede también mojarse esta. La duración del baño será de 3 a 6 minutos y solo en casos de fiebre se puede prolongar hasta 10 minutos. Se usará por lo general agua fresca, salvo indicación en contrario.
Texto extractado de la obra de Rafael Lezaeta Cotapos. La Salud por la Naturaleza. Pax México. México I, DF. 199 – 233
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