Menopausia (positivamente) revolucionaria I: Las glándulas suprarrenales; por Rosa García, Naturópata Colegiada

Mi propia experiencia personal me ha enseñado mucho sobre la menopausia. Recuerdo que cuando empezaron los primeros síntomas me costó reconocerlos y, sin embargo, sabía que algo en mí no estaba funcionando de la misma manera: Mi cuerpo se comportaba diferente, mi mente estaba descontrolada y a la vez, extremadamente cansada, mi estado de ánimo fluctuaba, dormía mal y el apetito sexual variaba cada vez más. No me di cuenta de que estaba en la perimenopausia.

¡Qué extraños momentos! De repente me sentía mil años más mayor y empezaba a cuestionarme el valor de mí misma. Perdía prácticamente mi identidad, como persona y como mujer. E incluso hasta como naturópata, porque… ¿Cómo podía ser que a mí, una persona que había cuidado siempre su alimentación, con consciencia corporal y mental, que había cuidado de mi alma, y con conocimientos de todo tipo a cerca del tema le estuviera afectando la menopausia (en ese momento perimenopausia) de esa manera?

Podemos llegar a sufrir una pérdida de identidad


Afortunadamente, a base de volver a conocerme a mí misma y de respetarme, comprendí que nunca iba a alcanzar tanta comprensión a cerca de mí y nunca iba a explorar tanto mi poder femenino como en ese momento, así que había sido una oportunidad. Y esto es precisamente lo que intento transmitir a las mujeres que acuden a mi asesoramiento en Naturopatía. Esta fase vital puede ser (positivamente) revolucionaria.

Por ello, y como homenaje a todas las mujeres que me rodean y a las que me han rodeado, a las que quiero y a las que admiro, voy a dedicar una serie de artículos en este blog. Porque hay mucho escrito sobre la menopausia, hay incontables libros de ello, pero se sigue sabiendo tan poco… y creo que es responsabilidad de todas que esto cambie.

¡Tejamos una red de conocimiento sobre el cuerpo femenino y la menopausia!, ayudémonos entre nosotras, abracémonos la una a la otra y recordémonos la mujeres que hemos sido y somos y construyamos la que vamos a ser.

Abanderemos la educación sobre la menopausia

Y para inaugurar esta serie de artículos voy a hablar del inicio, de ese momento en el que nos damos cuenta que nuestro cuerpo está cambiando y de cómo ese punto es decisivo para llevar de una manera más o menos agradable la menopausia.

¿Y sabéis quienes son las protagonistas de esta prevención?, ¿No?… no me parece nada extraño porque nos han educado muy poquito a cerca de ellas. Se trata de las glándulas suprarrenales. Dos pequeñas glándulas del tamaño de la yema del pulgar situadas encima de los riñones.

Menopausia (positivamente) revolucionaria I: Las glándulas suprarrenales

Las glándulas suprarrenales, vendrían a ser unas productoras de hormonas. Entre ellas, producen adrenalina y cortisol -responsables de dar una respuesta de activación y estrés- (esto va a ser de suma importancia para nosotras), DHEA, andrógenos, estrógenos y testosterona.

En el momento de la menopausia, las mujeres dejamos de recibir estas hormonas a través de los ovarios y por ello, se pueden llegar a producir tantos síntomas. Y es por este motivo que las glándulas suprarrenales asumen un papel tan importante: En una mujer sana y bien alimentada, estas glándulas van a ser capaces de tomar el relevo de los ovarios en la producción de hormonas y por lo tanto, van a ser capaces de evitar del todo o casi completamente, todos los síntomas que la menopausia puede producir.

Desafortunadamente, muchas mujeres llegamos a la menopausia en un estado de fatiga emocional y nutricional, y por supuesto, esto afecta al funcionamiento óptimo de las glándulas.

¿Te sientes identificada?


Piénsalo bien: Las mujeres que en este momento estamos en el periodo de perimenopausia o menopausia somos -en gran mayoría- las mujeres que generacionalmente hemos sufrido la presión social de ser activas laboralmente y, a su vez, el motor de toda una casa. Hemos cuidado a nuestros hijos y ahora, cuidamos a nuestros padres. Somos las mujeres que hemos tenido jornadas extenuantes, trabajando fuera de casa y haciendo malabares para tener la nevera llena, cocinar saludablemente, tener limpia la casa y, por supuesto, estar guapas en todo ello. ¡Nos hemos (o nos han) agotado!

Las glándulas suprarrenales están destinadas a producir las hormonas que nos permitan reaccionar a las condiciones de la vida cotidiana de modo sano y flexible, pero si aumentan demasiado la intensidad y la frecuencia de tensiones en la vida, la producción de cortisol por parte de las glándulas suprarrenales también se verá exageradamente intensificada. Esto hace que comiencen a agotarse y puede llegar a producirse la llamada Fatiga Suprarrenal.
¿Qué es la fatiga suprarrenal?
Creo que para hacer más comprensible este síndrome, es mejor realizar una lista de síntomas en el que podemos sentirnos identificadas y que comprenden el resultado de este agotamiento de las glándulas suprarrenales:

  • Estrés continuado.
  • Crisis de angustia o de pánico.
  • Conflictos emocionales o relaciones tensas con la pareja, familia, amigos…
  • Cambios de estado de ánimo (depresión).
  • Sueño irregular o deficiente.
  • Llegar al final de día agotada pero con dificultades para dormir por tener la mente en preocupaciones.
  • Infecciones continuas por hongos tipo Cándida.
  • Mala digestión.
  • Problemas de estreñimiento.
  • Problemas tiroideos.
  • Energía baja.
  • Arrugas y canas prematuras.
  • Ojos sensibles a la luz.
  • Dolores en músculos y las articulaciones.
  • Hipoglucemia (dificultad para regular el azúcar en sangre).
  • Disminución del deseo sexual.
  • Aumento de peso (sobretodo en abdomen).
  • Sodio bajo en las analíticas.

¿Te sientes identificada? Si es así, ha llegado el momento de prestar atención a estas glándulas pues te ayudarán a tener una mejor menopausia o a eliminar los síntomas menopáusicos que tienes ahora. Ten en cuenta que ahora puedes trabajar en forjar la salud que vas a tener en los próximos años.

Reducir la fatiga suprarrenal

  • Alimentación saludable: Comer alimentos de calidad, ecológicos, integrales, reducir la proteína animal, controlar la cantidad y el tipo de azúcar, consumir carbohidratos de asimilación lenta, controlar la histamina, evitar la soja, evitar los lácteos, eliminar el gluten, etc. Es un tema apasionante para mí, así que dedicaré un artículo entero a ello próximamente. Por otro lado, podéis ver cómo trabajo en mis abordajes nutricionales aquí y estaré encantada de que trabajemos juntas.
  • Realizar ejercicio suave y moderado (ya que el ejercicio intenso sube los niveles de cortisol)
  • Asumir la responsabilidad de relajarnos: No podemos cambiar el mundo, pero podemos cambiar como enfrentarnos a él. Responsabilízate de concederte momentos para ti cuyo objetivo sea relajarte o meditar.
  • Acostarse temprano: Mi recomendación siempre será ir a dormir a las 22:00h, pues las glándulas suprarrenales “descansan” de 23:00h a 5:00h.
  • Permitirnos hacer cosas que nos resulten agradables para romper la rutina. 
  • Separar nuestro tiempo para trabajar del tiempo para estar con nuestros seres queridos o disfrutar de nuestras aficiones.
  • Aprender a ponernos en primer lugar.
  • Dejar de sentirnos culpables cuando “no hacemos nada”: Estamos viviendo en una época donde “hacer” se valora más que “ser” y esto está teniendo un efecto perjudicial sobre nuestro bienestar mental y físico.

Nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde para empezar a cuidar de nuestra salud suprarrenal. Ahora es el momento de mirar atrás, no para arrepentirse de lo que hemos hecho mal ni para añorar el pasado -que siempre recordamos diferente de cómo fue en realidad-, sino para hacer balance y aprender a mejorar lo “malo” y a mantener lo “bueno”. Es el momento de vivir en el presente para mirar al futuro. ¿Qué mujer quieres ser?

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