El Pachuli: las propiedades del aceite esencial que son buenas para la piel; por María Ianniciello, Naturópata

Su olor es amaderado, aromático y balsámico al principio pero con el paso de las horas las notas más dulces, casi florales, comienzan a sentirse reequilibrando las notas de fondo terrosas y endulzando el ambiente. El pachulí es una de las esencias más utilizadas en perfumería. El aceite esencial llegó a Inglaterra en el siglo XIX procedente de la India, donde pronto se hizo tan conocido que los poetas ingleses inventaron el verbo patchoulied que significa “aroma con pachulí”;. Por supuesto, esta esencia tiene un carácter ambivalente: los indios la consideran un afrodisíaco, mientras que los árabes la utilizan como anticonceptivo. Muy popular en los años sesenta y setenta, el pachulí fue utilizado por los Hijos de las Flores para cubrir el olor acre del humo.

El patchouli no pasa desapercibido y adquiere fuerza con el paso de las horas, basta pensar que la planta, de la que se extrae el aceite esencial, no pierde su aroma por el secado. La esencia -que se obtiene de las hojas de una planta no muy alta que pertenece a la familia de las Lamiaceas y que proviene de la región indo-malasia- tiene un color que va del verde al marrón. Sus propiedades son diferentes. Seguramente este aceite es muy adecuado para el cuidado de la piel en caso de dermatitis, acné, herpes, eritema, grietas, alergias cutáneas, eccema, infecciones por hongos y arrugas.

Atenúa la caspa, da brillo al cabello dañado y tiene poderes regeneradores, fungicidas, descongestionantes, desinflamatorios, antisépticos y tónicos. Útil en caso de ansiedad, el aceite esencial de pachulí es también un buen antidepresivo. Debe usarse con moderación, nunca puro sobre la piel, y en altas dosis puede tener un efecto sedante. Excelente para su uso en difusores de aromas con el fin de canalizar la rabia pero sólo si va acompañado de otros aceites, más ligeros y volátiles que amortiguan el olor intenso y persistente. A medida que envejece, el aceite mejora como un buen vino. No es tóxico y no causa sensibilización.

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