A través de mi propia experiencia, me he dado cuenta de que cada vez que dejo de sentirme como yo mismo, atascado por el estrés, las decisiones, el estado de ánimo o las emociones, una forma infalible de cambiar mi estado es cambiar de escenario. En otras palabras, salgo afuera!
Inconscientemente, comencé a hacer esto hace muchos años cuando me sentía abrumado o incluso desmotivado. Al crecer en Deep Cove, al norte de Vancouver, tuve acceso a las montañas en mi patio trasero y al océano en el frente. Recuerdo que salía a caminar y hacía pequeñas caminatas en familia cuando era pequeño, y luego me salía cuando crecía un poco. Cuando me mudé para comenzar mi licenciatura, tuve la suerte de estudiar en la Universidad Simon Fraser, ubicada en Burnaby Mountain, donde abundaban el aire fresco, los bosques y las vistas.
Salir a caminar me ha mantenido sano, ha ayudado a controlar mi estrés y me ha alejado de las espirales mentales y emocionales depresivas. Me doy cuenta de lo privilegiado que he sido de tener la belleza de la naturaleza frente a mí y quiero compartir el poder que tiene con todos los demás.
Simplemente salir a caminar, incluso en la calle o al parque puede ayudar. Entrar en la naturaleza, cerca del océano, a un bosque o en una montaña es aún mejor.
Aparte del hecho de que dejar la ciudad físicamente lo separa de las circunstancias o situaciones que están oprimiendo su energía, estado de ánimo o mentalidad, se ha demostrado que la exposición al espacio verde reduce los niveles de cortisol salival, un marcador fisiológico denominado coloquialmente la “hormona del estrés” ya que es liberado por las glándulas suprarrenales en respuesta al estrés.
Regularmente experimento los beneficios de salir de mi cabeza y alejarme de los espacios interiores que a veces me pesan. Por supuesto, no siempre puedo dejarlo todo de inmediato y me voy, pero ahora sé que necesito tiempo para hacerlo, de forma preventiva y más urgente si empiezo a sentirme mal. No estoy sugiriendo que este simple acto solucione todos sus problemas, pero puede ayudar a cambiar su estado de una tendencia a la baja para que pueda volver a un mejor camino.
Un metaanálisis reciente también ha demostrado que la proximidad a la naturaleza reduce el riesgo de hipertensión arterial, diabetes tipo II, enfermedad cardiovascular, muerte prematura, parto prematuro y aumenta la duración del sueño.
Twohig-Bennett C, Jones A. The health benefits of the great outdoors: A systematic review and meta-analysis of greenspace exposure and health outcomes. Environ Res. 2018;166:628-637.
Estos beneficios a largo plazo, junto con los inmediatos a corto plazo, pueden ser apreciados por todos, y viviendo en Vancouver, todos debemos recordar aprovechar la belleza y la sabiduría del mundo natural que nos rodea.