El lema para el Día Mundial de la Alimentación 2019 es “Dietas saludables para un mundo sin hambre”. El objetivo es intentar que se lleve a cabo un cambio en el actual sistema de producción de alimentos, siendo uno de los aspectos que permitirán alcanzar la seguridad alimentaria.
Además, del hecho salutogeno de la alimentación natural, también está el aspecto económico y ecológico; es decir llevar un equilibrio alimentario natural y racional conlleva un ahorro económico, a la vez que también supone un hecho solidario al reducir nuestro consumo artificial de alimentos empujado más por la publicidad que por las necesidades reales alimenticias. La protección y cuidado del medio ambiente se puede hacer con una alimentación sostenible. La alimentación sostenible no sólo es respetuosa con el medio ambiente, sino que también permite ser solidarios con los agricultores, ganaderos, pescadores y productores de alimentos de nuestro entorno geográfico más cercano. Y a nivel económico el desarrollo rural puede abordar factores que obligan a la gente a trasladarse creando oportunidades de negocio y puestos de trabajo para los jóvenes que no sólo están basados en los cultivos (como la pequeña producción lechera o avícola, el procesamiento de alimentos o las empresas de horticultura). También puede conducir a una mayor seguridad alimentaria, medios de vida más resilientes, un mejor acceso a la protección social, una reducción de los conflictos sobre los recursos naturales y soluciones a la degradación del medio ambiente y al cambio climático.
Hoy, en muchos países la crisis económica ha golpeado la economía de las familias. Muchas de ellas, en su cesta de la compra de alimentos, acaban priorizando el precio sin tener en cuenta la salud y el cuidado del medio ambiente.
Qué hacer para que el objetivo se acerque
Aunque las grandes medidas están en manos de los gobiernos, los ciudadanos también pueden tomar medidas para ayudar a reducir el hambre en el mundo. Desde la FAO recuerdan que la clave está en desperdiciar menos, alimentarse mejor y adoptar un estilo de vida sostenible:
No tirar comida: Es la base de todo. Si la comida sobra lo mejor es congelarla para guardarla para más tarde o usarla como ingrediente para elaborar otro plato. Además, también es recomendable pedir las sobras para llevar evitando así que la comida que sobra se deseche.
Adoptar una dieta sostenible: Las recetas más saludables y sostenibles también suelen ser sencillas. Por eso el organismo internacional recomienda seguir a chefs y blogueros especializados en alimentación sostenible para aprender nuevas recetas. Otra opción, si se tiene la oportunidad, es preguntar al propio agricultor como cocina él sus productos en casa: ahí se puede encontrar la clave de un buen plato.
Producir más con menos: Para los grandes y pequeños agricultores se recomienda diversificar los cultivos usando un enfoque de agricultura integrada. Esto permitirá aumentar el rendimiento de los cultivos, las ganancias y además mejorará la calidad de la tierra.Los Profesionales Naturópatas jugamos un papel importante en el asesoramiento a la ciudadanía sobre los objetivos de una alimentación saludable, económica, pero también de forma sostenible.
Para la FAO, el concepto de “seguridad alimentaria” se da cuando…
… todas las personas tienen acceso físico, social y económico permanente a alimentos seguros, nutritivos y en cantidad suficiente para satisfacer sus requerimientos nutricionales y preferencias alimentarias, y así poder llevar una vida activa y saludable”