Curcuma y articulaciones; por Anne Daudin, Naturopata

La cúrcuma es una planta tropical nativa de la India y Malasia. Su parte subterránea, llamada rizoma, se extrae y se tritura, dando lugar a un polvo amarillo dorado. Se ha cultivado desde la antigüedad en la India y se ha utilizado desde el siglo XVIII en Occidente por sus propiedades medicinales y de teñido. Hoy en día, la cúrcuma es objeto de numerosos estudios científicos que ponen de relieve su amplio campo de acción en el ser humano, en particular su potente actividad desinflamatoria y antioxidante capaz de aliviar el sistema articular durante los episodios de inflamación aguda o crónica, como la artrosis o la artritis reumatoide.

La cúrcuma contiene polifenoles: curcuminoides, siendo los 3 principales la curcumina (alrededor del 80%), la desmetoxicurcumina y la bisdemetoxicurcumina. Estos 3 curcuminoides tienen actividades antiinflamatorias, antioxidantes y antibacterianas. En Vivo la investigación también ha demostrado el potencial de la curcumina para inhibir el crecimiento de ciertas células cancerosas.

La curcumina es capaz de inhibir la acción de varias moléculas implicadas en los procesos inflamatorios como el factor NF-κB, la prostaglandina tipo 2 (PGE 2), la ciclooxigenasa 2 (COX-2), las metaloproteinasas 3 que desempeñan un papel clave en la artrosis. La curcumina también ayuda a suprimir la producción de TNF e Interleukina-1 beta (IL-1β), moléculas pro-inflamatorias involucradas en la osteoartritis, la artritis reumatoide, la artritis psoriásica, la espondilitis anquilosante y otras condiciones artríticas.

Se ha demostrado que la curcumina tiene un efecto inmunosupresor y antibacteriano contra la bacteria Porphyromonas gingivalis, a menudo implicada en la artritis reumatoide, al inhibir la respuesta pro-inflamatoria de los linfocitos Th17, responsables de la autoinmunidad. 

Un estudio de personas con osteoartritis de la rodilla demostró la capacidad de los curcuminoides para reducir significativamente el dolor y mejorar la calidad de vida.

La cúrcuma también protege el cartílago limitando la ruptura de los condrocitos (células del cartílago) y previniendo la ruptura del colágeno, que es responsable del dolor.

Mi consejo Naturopático: la cúrcuma es beneficiosa para todos, tanto en la prevención como en los casos de inflamación aguda o crónica. Está disponible en polvo o en extracto. Como medida preventiva, puedes usarlo diariamente en polvo para sazonar, colorear y condimentar todos tus preparados. Recuerde que debe combinarlo con pimienta y una grasa (aceite vegetal). En los casos de inflamación de las articulaciones, es necesario proporcionar dosis mucho más altas de curcuminoides que las proporcionadas por los alimentos. Es aconsejable recurrir a un extracto estandarizado de cúrcuma rico en curcuminoides, de calidad orgánica y que contiene piperina, el principio activo de la pimienta negra, que aumenta la absorción de la curcumina. Tomar 300 mg, 3 veces al día con la comida, durante un período de 3 semanas, renovable. También favorecen una dieta alcalina basada en frutas, verduras, proteínas vegetales y grasas buenas, incluyendo el famoso omega-3. Una buena hidratación, así como una actividad física suave y regular, como la natación, le ayudará a mantener una buena movilidad de las articulaciones.

Referencias

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Fuente: Le Blog Natésis