Fraker, P. J., King, L. E., Laakko, T., & Vollmer, T. L. (2000). The dynamic link between the integrity of the immune system and zinc status. The Journal of nutrition, 130(5), 1399S-1406S
Los resultados de más de tres décadas de trabajo indican que la deficiencia de zinc disminuye rápidamente las respuestas mediadas por anticuerpos y células tanto en humanos como en animales.
Las deficiencias moderadas en zinc observadas en la anemia falciforme, enfermedad renal, trastornos gastrointestinales crónicos y acrodermatitis enteropática; sujetos con virus de inmunodeficiencia humana; niños con diarrea; y las personas mayores pueden alterar en gran medida los sistemas de defensa del huésped, lo que lleva a un aumento de las infecciones oportunistas y las tasas de mortalidad. Por el contrario, los períodos cortos de suplementos de zinc mejoran sustancialmente la defensa inmune en individuos con estas enfermedades.
Los modelos de ratón demuestran que 30 días de ingesta subóptima de zinc puede conducir a pérdidas de 30 a 80% en la capacidad de defensa.
En conjunto, los datos demuestran claramente que la integridad inmune está estrechamente vinculada al estado del zinc. Ahora se sabe que la linfopenia y la atrofia tímica, que fueron las características iniciales de la deficiencia de zinc, se deben a las altas pérdidas de células T y B precursoras en la médula ósea. En última instancia, esto conduce a la linfopenia o una falla para reponer el sistema linfocítico. La apoptosis mediada por glucocorticoides inducida por deficiencia de zinc causa una baja regulación de la linfopoyesis. De hecho, el zinc en sí mismo puede modular los procesos de muerte en los linfocitos precursores.
Finalmente, existe evidencia sustancial de que la suplementación con zinc puede reducir el impacto de muchas de las enfermedades antes mencionadas al prevenir el desmantelamiento del sistema inmune. Este último representa un área importante para la investigación.