Rink, L., & Kirchner, H. (2000). Zinc-altered immune function and cytokine production. The Journal of nutrition, 130(5), 1407S-1411S.
Aunque el papel intrigante del zinc como un oligoelemento esencial para la función inmune está bien establecido, recientemente se logró un progreso particular en la determinación de los principios moleculares de acción de este ion. La capacidad de respuesta de los leucocitos está delicadamente regulada por la concentración de zinc. La deficiencia de zinc y los niveles suprafisiológicos deterioran la función inmune. Además, las actividades de muchos inmunoestimulantes frecuentemente utilizados en estudios inmunológicos están influenciadas por la concentración de zinc.
Por lo tanto, nuestro conocimiento de los estudios in vitro depende en gran medida de la concentración de zinc, y cuando no está en el rango fisiológico, las respuestas inmunológicas son artificialmente bajas. La disminución de la producción de citocinas TH1 e interferón-α por los leucocitos en la persona anciana sana se correlaciona con un bajo nivel sérico de zinc. El defecto en la producción de interferón α se reconstituye mediante la adición de cantidades fisiológicas de zinc in vitro. Curiosamente, el zinc induce la producción de citocinas por leucocitos aislados.
El zinc induce a los monocitos a producir interleucina-1, interleucina-6 y factor de necrosis tumoral α en células mononucleares de sangre periférica y monocitos separados. Este efecto es mayor en medio sin suero. Sin embargo, solo en presencia de suero el zinc también induce a las células T a producir linfocinas. Este efecto sobre las células T está mediado por las citocinas producidas por los monocitos. La estimulación también requiere el contacto de célula a célula de monocitos y células T.
Se presenta información para ilustrar los conceptos de que la concentración de zinc debe tenerse en cuenta siempre que se realicen estudios in vitro o se observen alteraciones complejas de las funciones inmunes in vivo.