Esta revisión analiza el papel crítico de la vitamina D en la mejora de la función de barrera, la producción de péptidos antimicrobianos, incluida la catelicidina y algunas defensinas, y la modulación inmune.
Se discute la función de la vitamina D en el sistema inmune innato y en las células epiteliales de la cavidad oral, pulmón, sistema gastrointestinal, sistema genitourinario, piel y superficie del ojo.
Se revisan las condiciones clínicas donde la vitamina D puede desempeñar un papel en la prevención de infecciones o donde se puede usar como tratamiento primario o adyuvante para infecciones virales, bacterianas y fúngicas. Varias afecciones como la tuberculosis, la psoriasis, el eccema, la enfermedad de Crohn, las infecciones torácicas, las infecciones de heridas, la gripe, las infecciones del tracto urinario, las infecciones oculares y la cicatrización de heridas pueden beneficiarse de la circulación adecuada de 25 (OH) D como sustrato.
Se presentan enfermedades clínicas en las que la optimización de los niveles de 25 (OH) D puede beneficiar o causar daño de acuerdo con el conocimiento actual. Se discute la seguridad del uso de dosis mayores de vitamina D en diversos entornos clínicos.