Won, C., H Oberlies, N., & F Paine, M. (2010). Influence of dietary substances on intestinal drug metabolism and transport. Current drug metabolism, 11(9), 778-792.
La entrega exitosa de nuevas entidades químicas prometedoras a través de la ruta oral está plagada de desafíos, algunos de los cuales no se pueden explicar o prever durante el desarrollo de fármacos. Para complicar aún más un problema ya multifacético es el efecto obvio, pero a menudo pasado por alto, de las sustancias dietéticas en la disposición y respuesta de fármacos.
Se ha demostrado que algunas sustancias dietéticas, particularmente los jugos de frutas, inhiben los procesos bioquímicos en el intestino, lo que conduce a resultados farmacocinéticos (PK) alterados y potencialmente farmacodinámicos (PD).
El metabolismo inmediato es el mecanismo principal por el cual los jugos de frutas, incluido el jugo de pomelo, aumentan la exposición sistémica a medicamentos nuevos y ya comercializados. La inhibición de las enzimas intestinales CYP3A y las proteínas de transporte localizadas apicalmente representan mecanismos recientemente identificados que pueden alterar PK y PD.
Se ha demostrado que varios jugos de frutas inhiben estos procesos in vitro, pero algunas interacciones no se han traducido en la clínica. La falta de concordancia in vitro in vivo se debe en gran medida a la falta de métodos rigurosos para dilucidar los ingredientes causantes antes de las pruebas clínicas.
La identificación de componentes específicos y mecanismos subyacentes es un desafío, ya que las sustancias dietéticas con frecuencia contienen ingredientes bioactivos múltiples, a menudo desconocidos, que varían en composición y bioactividad. Un enfoque de investigación traslacional, que combina la experiencia de farmacólogos clínicos y químicos de productos naturales, es necesario para desarrollar modelos robustos que describan las relaciones PK / PD entre una sustancia dietética dada y un fármaco de interés.
La validación de estos modelos a través de ensayos clínicos bien diseñados facilitaría el desarrollo de pautas de práctica común para gestionar las interacciones entre medicamentos y sustancias dietéticas de manera adecuada.