Sin embargo las divergencias se plantean a la hora de tener en cuenta la verificabilidad. Estas discrepancias tienen sus orígenes en el dualismo científico. ¿La verificación exige la demostración, la intuición eidética, la falsación, la contrastabilidad, o seria suficiente tener motivos de credibilidad?.
Según Bochenski, al preguntarse por el sentido semántico de verificabilidad se pueden establecer “dos reglas, y diversas clases, según el sentido del termino posibilidad y tipo de experiencia. Una proposición tiene sentido semántico (primera regla) si se tiene un método mediante el cual sea verificable, y una expresión que no sea proposición tiene sentido semánticamente (segundas regla) si puede ser empleada como parte de una proposición dotada de sentido, es decir, verificable”. En definitiva una proposición es verificable si se puede decir de ella que es verdadera o falsa, es decir si es posible falsear o verificar. Ahora bien ¿que significa “ser posible”?.
Siguiendo a Reichenbach, vamos a diferenciar cuatro tipo de posibilidades:
- Posibilidad técnica. Cuando se tienen los medios necesarios.
- Posibilidad física. Si no contradice las leyes naturales.
- Posibilidad lógica. Si no existe contradicción
- Posibilidad meta-empírica. Más allá de la experiencia.
Y según el tipo de experiencia la verificación puede ser: introspectiva, sensible, fenomenológica y filosófica (Lezaeta Acharan).
Sobre el concepto de verificación y verificabilidad de los enunciados científicos existe una polémica que tiene que ver con el hecho de estar o no de acuerdo con el método inductivo, como el método de la ciencia que mejor nos aproxima a la verdad fáctica. El que ha llevado más adelante esta temática ha sido el filósofo Karl Popper, quién ha escrito varios libros sobre este tema. El estudiante interesado en el punto puede consultar la bibliografía de este autor.
a) Verificación, definición. El término verificación está íntimamente relacionado con el concepto de verdad, entendiendo ésta como simplemente lo contrario de lo que es falso o no verdadero. Etimológicamente, el término verificar provienen del latín verificare, que significa: probar que una cosa que se dudaba es verdadera. Verificación se entenderá como la acción de verificar.
Se verifican las hipótesis, y los datos que forman el cuerpo de la investigación.
b) Dispositivos verificativos. De los términos anteriores se desprende el concepto de verificativo, que se refiere a las cualidades de un dispositivo que tiene la propiedad o que sirve para verificar alguna cosa. Entonces, un método de análisis, como el de la correlación estadística entre dos o más variables, es un método verificativo porque permite establecer si es verdad o es falso que entre dos variables existe un nivel de dependencia, en el sentido, de que cuando varía una en una dirección la otra también varía en la misma dirección manteniendo una pauta de comportamiento. Empíricamente esto se interpreta como verdad, si de por medio existía un enunciado que se refería a esa “dependencia”. Será verdad entonces, afirmar que: “A mayor tiempo de estudio, mayor es el volumen de información expuesta“. Un enunciado como “lloverá mañana“, es verificable en la medida que nos valemos de las capacidades perceptivas de nuestros sentidos que sirven para captar la experiencia material, sin embargo, para este ejemplo, esta verificación solamente se podrá llevar a cabo una vez que haya transcurrido el período de tiempo que hemos definido como “mañana”. No hay nada que se pueda verificar en tiempo futuro. Para verificar algo, éste debe encontrarse en tiempo presente. Mientras esto no ocurra la expresión se mantendrá como una hipótesis plausible.
c) Enunciados más complejos. Como “la lluvia ha influenciado en forma desigual en el desarrollo de las civilizaciones mesoamericanas“, no pueden ser verificados tan fácilmente con el mismo método con que verificamos el primer enunciado (lloverá mañana). Para este tipo de enunciados las posibilidades de verificación se debilita notablemente, puesto que nos tenemos que valer de observaciones y argumentaciones que encajen para demostrar la veracidad de ese tipo de enunciados no empíricos. En la medida que los enunciados se hacen mas complejos y generales, la verificación se hace más difícil y hasta imposible. Por eso se afirma que la verificación se efectúa sobre particulares y no sobre los generales. Una teoría, por ejemplo, no se verifica directamente, sino que se demuestra su validez, a través de sus enunciados particulares que conforman la totalidad del discurso.
A manera de síntesis podemos concluir en que no se pide a la ciencia que sea un conocimiento verdadero, sino solamente que, como conjunto de enunciados, pueda ser verificable (corroborable o refutable por la experiencia), es decir, que es necesario conocer las condiciones que lo hagan verdadero o falso.
d) Los enunciados. Los enunciados típicos de la ciencia son las hipótesis o proposiciones factuales. Por ejemplo, “Los antioxidantes retardan por igual, los efectos del envejecimiento en hombres y mujeres“. La ciencia trabaja con hipótesis (ideas) sustentadas con base en la realidad, la hipótesis son puntos de partida obligado de todas investigaciones científicas, pero estos enunciados no pasarían de ser especulaciones sino son verificados. es decir, establecido el contenido de verdad que estos posean. Aún, si no se tienen al principio, se terminará formulándolas en algún momento en la investigación. Por tal razón, es muy importantes que los términos empleados en la redacción de los enunciados que se deben verificar se mantengan en un nivel de contrastación posible.
(Salama, p201) señala que los enunciados de la ciencia deben formularse de manera que cualquiera pueda reproducir la investigación y saber las condiciones de verificabilidad de las conclusiones a que se arribó al final de la investigación. Es lo que M. Bunge llama la característica de intersubjetividad de la ciencia. Las construcciones teóricas comienzan usualmente con términos indefinidos, amplios, generales, que luego pasan a ser definidos y finalmente convertidos en términos protocolarios u operativos que son los que se pueden verificar.
Las objeciones clásicas a la contrastabilidad, en el ámbito Naturopático, se pueden resumir en las siguientes interrogaciones:
- ¿Solamente es contrastable lo material, lo cuantitativo, lo asible, medible, ponderable, lo divisible, lo repetible?.
- ¿Si la realidad salutista de la Naturopatía es holista, dinámica e interactiva…es posible la contrastabilidad de forma indirecta, mediante teorías estáticas?
Ante la objeción de que la Naturopatía tiene una dimensión psíquica, y que lo psíquico tiene una naturaleza espiritual, y el control, la prueba, es de naturaleza material, se podría admitir que, “incluso en lo espiritual, se dan diferencias en grado de intensidad, que permitirán al menos un nivel ordinal (gradación cualitativa). Incluso se podría argumentar que no todo lo psíquico es espiritual, la conciencia es pura cualidad dinámica, por lo que puede considerarse que las diferencias, antes dos estímulos de diferente intensidad, se darán cuanto menos en estos, y en general, en las impresiones que producen. Mas aun, en la continuidad de lo indivisibles pueden diferenciar aspectos diversos, sin que sea necesario romper su fundamental unidad” (Repetto, 1974).
También es necesario indicar que las relaciones que han de verificarse, contrastarse o probarse, son de naturaleza dinámica, holista e interactiva, y no relaciones simples.
Cuando de contrastabilidad se trate, se deberán tener en cuenta las exigencias deontológicas, que advierten con respecto a la investigación, no atente contra la dignidad y la seguridad de las personas.
Por ultimo vamos a hacer referencia al principio de la verificabilidad intersubjetiva, negado por los subjetivistas, enunciado en el Principio de Tolerancia de Carnap.
El principio de la tolerancia (Carnap, 1934), infiere que “Cualquiera esta legitimado a establecer la verificabilidad que desee admitir”. Esto a primera vista parece bastante categórico, pero respetando la libertad metodológica del investigador, se podría matizar diciendo que “con tal de que la naturaleza del problema objeto de estudio así lo aconseje”, ya que de lo contrario caeríamos en el fisicalismo (Bochensky, 1981) al prohibir proposiciones que no fuesen referidas a procesos u objetos físicos”.
El conocimiento científico de la Naturopatía, como Ciencia de la Salud, ha de contrastarse, en la medida en que sea posible, siendo esta la vía por la cual se autocorrige. No se pide que obligatoriamente sea verdadero, pero, subrayando a Popper, “debería tener motivos suficientes de credibilidad, aumentando la verosimilitud” y si un conocimiento o “modelo teórico, salen airoso a través de un determinado método general, y no se opone a otro mas potente, aquel poseerá un contenido mayor de verdad, mientras no se verifique lo contrario”.