Olga Moledo, Naturópata, nos habla del Azafrán, la Cúrcuma y el colorante alimentario

El azáfrán es una especie que se obtiene de los estigmas de la flor “Crocus sativus Linnaeus”, Rosa del azafrán. Cada flor tiene tres estigmas, llamadas hebras. Se necesitan ochenta y cinco mil flores para obtener un kilo de azafrán.

En numerosos países del mundo, el azafrán es un ingrediente imprescindible en numerosas recetas: platos con arroz, dulces, helados, panes… incluso cafés.

El azafrán tiene infinidad de cualidades para la salud del ser humano: es estimulante del apetito, digestivo, combate la tos, mejora el insomnio, calma las molestias de la dentición infantil, favorece la expulsión de gases, es un buen protector hepático, cardiovascular, mejora los niveles de colesterol…

La cúrcuma es una especie herbácea, vivaz, de un metro de altura. Tiene unos rizomas que son los que desde hace siglos se emplean como condimento, tinte, y por sus propiedades medicinales. Da a los platos color amarillo a parte de un sabor muy apreciado.

La cúrcuma es un potente antioxidante con capacidad para inhibir la producción de radicales libres. Es una planta protectora hepática, antiinflamatorio natural, posees efectos antimicrobianos, antifúngicos y antiparasitarios.

El colorante alimentario suele llevar harina de maíz, sal tartracina E-102 y colorante E-110. La tartracina tiene como posibles efectos secundarios reacciones alérgicas, sobre todo en las personas asmáticas y con sensibilidad a la aspirina, picazón, rinitis, transtornos del sueño en los niños. El colorante E-110, reacciones alérgicas, en especial en caso de intolerancia a la aspirina. Es el aditivo que con mayor frecuencia da alergia. En 1984 se le ha acusado de ser cancerígeno.

¿Qué preferís utilizar en vuestros platos para darles color amarillo?

Fuente: Salud, Equilibrio y Bienestar