El criterio Naturopático en el Ayurveda (III)

PRINCIPIOS BÁSICOS

“El Ayurveda es más que un sistema de reparador de enfermedades; es un estado anímico. Solo quien entiende la realidad interna del pensamiento ayurvédico puede apreciar totalmente las palabras de una mujer, nativa de Sri Lanka, que al ver caer la lluvia tras una larga sequía, musitó:

– Mirad, es la salud”.

“Más que un sistema reparador de enfermedades, el Ayurveda es una forma de vida, una forma de cooperar con la naturaleza y vivir en armonía con ella. En el Ayurveda salud significa armonía, y realmente no hay limite para el grado de armonía que uno puede alcanzar si se dedica a ello”:

“El modo de vida ayurvédico consiste, en primer lugar, en una profunda comprensión de sus principios. Después de esto, podemos pasar a entendernos a nosotros mismos bajo esta luz. Después aprenderemos a armonizar nuestra nutrición con la constitución, el entorno, el clima y el tiempo. Esto conducirá a la conciencia de nosotros mismos y a comprender nuestros problemas de salud. Para garantizar un equilibrio entre cuerpo y mente, el modo de vida ayurvédico nos enseña a activar y vitalizar todos los órganos corporales y los procesos mentales a través de los ejercicios de yoga. Esta vitalidad realza nuestra inmunidad y nos da una reserva de energía que puede utilizarse para resolver problemas de salud. Aprenderemos a conocer la diversas de los fitonutrientes y los minerales, su combinación y preparación y su uso para favorecer la salud.

Por lo tanto el concepto de salud es:

“La salud es el fundamento supremo de la virtud, la prosperidad, el disfrute y la salvación…”

Y la definición de salud es: (En un antiguo texto ayurvédico, Dhanwartari da la definición del ser humano en pleno estado de salud:

“Primero, los tres humores (doshas) han de encontrarse en equilibrio con el cuerpo; segundo, el fuego digestivo (agni) ha de ser correcto; tercero, equilibrio de los siete tejidos (dhatus); cuarto, equilibrio de las secreciones y excreciones; quinto, los órganos de los sentidos tienen que funcionar normalmente”.

El equilibrio personal o armonía tiene una dimensión vertical que es la interacción dinámica del cuerpo, mente y espíritu de la persona; su dimensión horizontal es el equilibrio con su entorno (natural y social). Para estar realmente sano, el cuerpo físico ha de estar en equilibrio con la naturaleza, la mente en armonía con la mente colectiva de la sociedad o del grupo en que se vive, y el alma debe de mantener una relación satisfactoria con el Alma Universal. El mensaje de los Vedas es que cada uno de nosotros debe encontrar su camino hacia una vida de plenitud, pues solo con lo mejor de nosotros mismos podemos restituir a la naturaleza la deuda que contrajimos con ella cuando nos dio la vida.

El término que designa “sano” en sánscrito es: avastha, que se deriva de:

Sva “yo” + stha “estabilizado” = svastha “estabilizado en el yo”

El “yo” es la capacidad de identidad individual que distingue a un ser de cualquier otro ser. El aspecto de la personalidad que me recuerda permanentemente que yo soy yo se denomina en sánscrito ahamkara, literalmente “formadora de yo”. Ya que todos somos un cuerpo, una mente y un espíritu, tenemos cada uno un yo-cuerpo, una yo – mente y un yo – espíritu. Para estar “estabilizado en el, yo” hay que estar estabilizado en cada uno de esos egos.

Y el concepto de enfermedad es:

La enfermedad no es lo opuesto a la salud, por tanto para tener salud no hay que luchar contra la enfermedad.

“La enfermedad es el medio de que dispone la naturaleza para obligarnos a ir más despacio y descansar”. O te limitas voluntariamente o te limitará la naturaleza. Nos avisa una y otra vez de nuestros errores, y solo recurre a medidas drásticas cunado nos negamos a escucharla. Este es un caso típico de libertad contra responsabilidad: o limitas un poquito tu libertad día a día, o la naturaleza lo hará por ti durante días, semanas o a veces meses”.

Los cuatros objetivos vitales

El disfrute de un objetivo legítimo de la vida, pero es sólo uno de los cuatro objetivos vitales. Ninguna vida se puede dar por colmada sin haber alcanzado cada uno de esos objetivos:

Dharma, el objetivo de cumplir con las obligaciones que nos asigna nuestra posición en la sociedad.

Artha, el objetivo de acumular posesiones durante el cumplimiento de nuestras obligaciones.

Kama, el objetivo de satisfacer los deseos legítimos con la ayuda de las posesiones que uno ha acumulado y;

Moksha, el objetivo de descubrir que hay algo más en la vida que obligaciones, posesiones y deseos.

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