Tratamiento de la artritis idiopática juvenil: una perspectiva Naturopática; por Laura Pipher, Naturópata ND

¿Qué es?

La artritis idiopática juvenil (AIJ) puede ser una afección dolorosa tanto para los niños como para los padres, ya que hacen malabares con la lucha diaria mientras esperan respuestas de la comunidad médica. La AIJ es la enfermedad reumática infantil más común, y se define como un grupo de enfermedades artríticas crónicas que normalmente ocurren en niños menores de 16 años. La AIJ puede presentarse con rigidez matutina, hinchazón y articulaciones sensibles que obligan a muchos niños optar por no participar en actividades extracurriculares y puede dejarlos incapacitados para soportar el peso durante varias horas todas las mañanas, lo que disminuye drásticamente su calidad de vida. La AIJ abarca tres tipos de aparición: oligoarticular, poliarticular y sistémica, siendo esta última la forma más agresiva y grave. La AIJ oligoarticular es la forma más común, presente en el 45% de los pacientes, y se localiza con mayor frecuencia en las rodillas o los tobillos, con afectación asimétrica de las articulaciones y un total de cuatro o menos articulaciones afectadas.  La AIJ poliarticular se presenta en aproximadamente el 25-35% de los casos y a menudo tiene un comienzo abrupto, afectando a cinco o más articulaciones tanto grandes como pequeñas. La AIJ sistémica se presenta en aproximadamente el 20-30% de los pacientes, afectando tanto a las articulaciones grandes como a las pequeñas con un inicio brusco, fiebre de pico elevado y una erupción de color salmón. El paciente puede tener debilidad muscular generalizada, dolor y sensibilidad, y aparecerá sistémicamente enfermo, a menudo con un hígado y bazo agrandados.

Diagnóstico

Si se sospecha una AIJ, los pacientes deben ser referidos inmediatamente a un reumatólogo pediátrico y un oftalmólogo para ayudar a controlar el tratamiento y evitar resultados perjudiciales, ya que la afectación ocular puede llevar a la pérdida permanente de la visión y la ceguera. El diagnóstico se basa en una historia completa y hallazgos clínicos. El criterio del American College of Rheumatology incluye la presencia de síntomas objetivos de artritis durante al menos seis semanas en al menos una articulación en un paciente menor de 16 años, en ausencia de otras fuentes de artritis juvenil. La evaluación clínica debe determinar que las articulaciones sean artríticas, lo que requiere evidencia de hinchazón, derrame o dos de los siguientes: calor, sensibilidad, dolor en el rango de movimiento pasivo o un rango de movimiento limitado. No hay pruebas de laboratorio específicas para confirmar un diagnóstico de AIJ; sin embargo, algunas pruebas que se pueden realizar que pueden ayudar a controlar el pronóstico incluyen un analisis sanguíneo completo, marcadores inflamatorios (CRP, ESR), pruebas de función hepática, evaluación de la función renal, ultrasonido, CT y MRI. [1] [2]

Pronóstico

Los avances en el tratamiento, así como la introducción de esteroides intraarticulares y otros medicamentos han mejorado drásticamente el pronóstico para los niños con artritis. Los resultados deficientes a largo plazo se han asociado con artritis por RF positiva, enfermedad sistémica activa y enfermedad simétrica. Los criterios de remisión completa de acuerdo con el Colegio Estadounidense de Reumatología no incluyen dolor articular inflamatorio, rigidez matutina, fatiga, sinovitis, progresión del daño o elevaciones de la VSG y la PCR. La mayoría de los niños afectados por enfermedad oligoarticular tienen una remisión permanente permanente; sin embargo, un pequeño número de niños progresa a enfermedad poliarticular persistente. La uveítis anterior (inflamación de la capa media del ojo) se observa en hasta un 20% de los niños con AIJ, y como esto es típicamente asintomático desde el inicio, es crítico que un oftalmólogo realice una detección periódica. La aparición sistémica de AIJ puede dar lugar a una afección rara pero potencialmente mortal conocida como síndrome de activación de macrófagos, en la que las tres líneas sanguíneas disminuyen, lo que produce una presión arterial extremadamente baja y enfermedad del sistema nervioso central.

Factores de riesgo y enlaces genéticos

Aunque la etiología es ampliamente desconocida, existen algunas asociaciones genéticas y trastornos asociados que incluyen espondilitis anquilosante, artritis psoriásica, enfermedad inflamatoria del intestino, síndrome de Sjögren, LES y enfermedad mixta del tejido conectivo. Los desencadenantes ambientales en un individuo genéticamente susceptible para desarrollar AIJ pueden incluir estrés psicológico, hormonas anormales, traumatismos en las articulaciones y infecciones bacterianas o víricas (influenza, adenovirus, paperas, rubéola, virus de Epstein-Barr e infección por micobacterias).


Objetivos de tratamiento 

Un enfoque de tratamiento multidisciplinar puede ser beneficioso para crear los mejores resultados y la calidad de vida del paciente, y puede incluir terapia farmacológica, intervenciones psicosociales, terapia nutricional y de suplementos, fisioterapia, orientación académica y fisioterapia. Los objetivos del tratamiento son aliviar el dolor y la inflamación, preservar la función articular, prevenir una mayor progresión de la enfermedad, mantener un crecimiento y desarrollo normal y preservar un estilo de vida normal.

Tratamiento convencional

La terapia de tratamiento está determinada por la gravedad de la actividad de la enfermedad, y el éxito de la terapia se controla con exámenes físicos repetidos y toma de antecedentes. El tratamiento de primera línea es metotrexato, con 70-80% de las personas que experimentan una mejora del 30% en los síntomas.

El metotrexato puede disminuir la progresión del daño; sin embargo, puede causar toxicidad de médula ósea, pulmón, hígado o riñón, junto con náuseas, vómitos, llagas en la boca, pérdida de apetito, pérdida de cabello y fatiga. Los AINEs también se utilizan por sus propiedades antiinflamatorias y analgésicas; sin embargo, los efectos secundarios a largo plazo pueden incluir dolor de estómago y acidez estomacal, úlceras estomacales, reacciones alérgicas y una tendencia a sangrar más. La sulfasalazina, la hidroxicloroquina y la leflunomida son fármacos alternativos que se usan cuando el metotrexato no es efectivo o está limitado por los efectos adversos; sin embargo, se ha informado daño irreversible de la retina en pacientes tratados con hidroxicloroquina durante largos períodos de tiempo. La prednisona está reservada para los pacientes que se ven afectados por una enfermedad sistémica, o como una forma de comenzar a los pacientes con terapia farmacológica al comienzo para tratar de controlar la enfermedad. Un pequeño número de pacientes con AIJ severa optan por opciones quirúrgicas, que pueden incluir un reemplazo articular, sinovectomía y liberación de tejido blando.

Tratamiento Naturopático

La Naturopatía puede ayudar a cerrar las brechas en el tratamiento y ayudar a aumentar la comodidad del paciente, mientras disminuye el uso de medicamentos a la dosis efectiva más baja, a través de la reducción del dolor y la inflamación y la reposición de las deficiencias de nutrientes.

Calcio y Vitamina D

Un ensayo controlado aleatorio (ECA) investigó el papel del calcio en el apoyo a niños con artritis reumatoide juvenil. Se sabe que el uso de esteroides en AIJ disminuye la densidad mineral ósea, reduce la absorción de calcio y aumenta el riesgo de fracturas; sin embargo, también se informa que los niños con AIJ tienen una baja densidad mineral ósea independiente del uso de esteroides, y aproximadamente 15-26% sufren fracturas antes de la edad adulta. Los pacientes en el ECA recibieron 1000 mg de calcio con 400 UI de vitamina D, o un placebo con 400 UI de vitamina D, y los resultados fueron que agregar calcio tuvo un beneficio significativo al aumentar la densidad mineral total del hueso corporal.

Omega 3 ácidos grasos

En otro ECA, 2 g / d de ácidos grasos omega 3 administrados a niños con AIJ durante 12 semanas mostraron una mejoría significativa en el número de articulaciones tumefactas, escala de actividad de la artritis juvenil, cuestionario de evaluación de la salud infantil y mediadores inflamatorios, y disminuyeron los requisitos de AINEs. La disminución de los requisitos de AINEs también fue efectiva para reducir los efectos secundarios experimentados por el paciente. Los pacientes también pueden ser educados sobre cómo consumir más pescado con alto contenido de ácidos grasos omega 3, incluidos el salmón, la trucha, la caballa, las sardinas y el atún fresco.

Cambios en la dieta

Se debe alentar a los pacientes a consumir dietas ricas en frutas, verduras, nueces, semillas y granos integrales, y bajos en grasas animales y proteínas animales. Evitar alergenos comunes e individuales también será beneficioso para reducir la inflamación general. Los padres pueden alentar a sus hijos a evitar los azúcares refinados, los alimentos procesados, los panes blancos, las pastas y los cereales, y consumen fuentes de mayor contenido proteínico con cada comida, como mantequillas de nueces, humus y huevos. 

Terapia física

Se debe fomentar la actividad física, junto con la aplicación de compresas frías y calientes para disminuir el dolor y la rigidez de las articulaciones. La aplicación de compresas calientes debe usarse para estimular el flujo sanguíneo, relajar los músculos y disminuir el dolor, seguido de compresas frías que pueden disminuir la hinchazón, la rigidez y el dolor asociado.

La terapia de masaje realizada por los padres del paciente durante 15 minutos al día resultó en una reducción inmediata de los niveles de cortisol y ansiedad, y una mayor participación en actividades físicas.

Reflexiones finales

Se debe tomar un enfoque integral cuando se evalúan las enfermedades autoinmunes y los trastornos inflamatorios a fin de tener un impacto positivo a largo plazo en la calidad de vida de un paciente.

Referencias
  1. Mayo Clinic. Juvenile idiopathic arthritis. · https://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/juvenile-idiopathic-arth… · Updated 2017 12 20.
  2. Medscape. Juvenile idiopathic arthritis. · https://emedicine.medscape.com/article/1007276-overview · Updated 2016 10 06 · Accessed 2017 11 14.
  3. Killeen, O. “In juvenile idiopathic arthritis, is folate supplementation effective against methotrexate toxicity at the expense of methotrexate’s efficacy?” Archives of Disease in Childhood. Vol. 91, No. 6 (2006): 537–538.
  4. Lovell, D., et al. “A randomized controlled trial of calcium supplementation to increase bone mineral density in children with juvenile rheumatoid arthritis.” Arthritis & Rheumatism. Vol. 54, No. 7 (2006): 2235–2242.
  5. The RACGP JIA Working Group. Clinical guideline for the diagnosis and management of juvenile idiopathic arthritis. South Melbourne: The Royal Australian College of General Practitioners, 2009, 39 p, ISBN 978 0 86906 298 2. Available from http://www.ipts.org.il/_Uploads/dbsAttachedFiles/cp119-juvenile-arthrit… · Accessed 2017 11 14.
  6. Gheita, T., et al. “Omega 3 fatty acids in juvenile idiopathic arthritis: Effect on cytokines (IL 1 and TNF α), disease activity and response criteria.” Clinical Rheumatology. Vol. 31, No. 2 (2011): 363–366.
  7. JIA at NRAS. Diet and JIA. · http://www.jia.org.uk/diet-and-jia · Published 2015 11 05 · Accessed 2017 11 14.
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