Aceites y sus beneficios; por Rosa Garcia, Naturópata Colegiada

Recuerdas cuando el aceite y el vinagre eran los únicos aliños que conocíamos?, ¡Eso ha quedado muy lejos ya!. Hoy en día, tenemos disponibles tantas alternativas al clásico aceite de oliva que, en ocasiones, podemos sentirnos un poco perdidos en el mundo de los aceites.

Para intentar poner un poco de orden, en este artículo voy a hablaros de los que han alcanzado más popularidad o de los que considero más saludables. Sin embargo, y ya te adelanto, que soy partidaria de que el aceite de oliva, es nuestro tesoro alimentario más preciado… ¡no en vano se le conoce como oro líquido! Coge aire y refresca el cerebro… porque nos adentramos en el gran universo de los aceites. Vamos a ver, los aceites y sus beneficios.

Aceite de Oliva

Vamos a empezar con lo más clásico. La salud cardiovascular de los españoles ha tenido la suerte de poder contar con él desde siempre. Sin embargo, los métodos industriales para obtener este aceite ha pervertido mucho la calidad de éste.

Una vez más, la desinformación de los consumidores y el afán de lucro de las industrias han hecho que hayamos perdido a este gran alimento. ¿Por qué digo todo esto? Porque estoy segura que la gran mayoría de nosotros desconoce que probablemente el aceite que tiene en la cocina es un aceite refinado, extraído con disolventes derivados del petróleo y sin nutrientes activos. Te detallo un poco más:

Con la revolución industrial, la extracción del aceite cambió y se empezó a realizar a muy altas temperaturas, lavándolas con solventes y consiguiendo un abaratamiento del producto final. Esto transformó al aceite, de un alimento esencial y altamente nutritivo, en un mero aporte calórico y en muchos casos, perjudicial para la salud. De hecho, el proceso es tan perjudicial para el aceite, que acaba convirtiéndose en una grasa de tipo trans.

Por ello, considero primordial empezar a consumir aceite de oliva de primera prensión en frío. Para mí, este es uno de los pasos clave para empezar a consumir una dieta mucho más saludable. Sustituye tu actual aceite por un aceite de calidad, ecológico, virgen extra y de primera prensión en frío. Este proceso de obtención asegura que el aceite se encuentra con las mismas propiedades nutricionales que el fruto del que se obtuvo.

Estas son las propiedades del aceite de oliva que te estás perdiendo si consumes un aceite refinado:

  • Prevención de enfermedades cardiovasculaes: El aceite de oliva, por su alto contenido en ácido oleico, contribuye a reducir el colesterol malo (LDL) y aumenta el colesterol bueno (HDL). 
  • Mejora de la función digestiva: Reduce la secreción gástrica, por lo que mejora las enfermedades gastrointestinales. Además, ayuda a prevenir el estreñimiento y mejora la absorción de los nutrientes.
  • Correcta mineralización de los huesos: Ayuda a prevenir la osteoporosis. 
  • Propiedades anticancerígenas: Pues muchos cánceres se relacionan con el consumo de grasas saturadas. 

Aceite de sésamo

El aceite de sésamo, o aceite de ajonjolí, siempre ha sido uno de mis favoritos. Tiene un sabor muy similar a las nueces, una textura suave y es un gran tesoro de ácidos esenciales como el omega 3 y el omega 6. Te recomiendo que siempre lo tomes en crudo (en aliño, sin cocinar) porque como todos los aceites de semillas (el de girasol también) pierde sus propiedades al ser expuesto a calor. Nos beneficia de las siguientes maneras:

  • Salud cerebral: Es una gran fuente de magnesio, un mineral muy importante para combatir el agotamiento físico y mental, fortalece el sistema nerviosa y ayuda a combatir las depresiones. Además, tiene un gran aporte de vitamina E, además de fosfolípidos y lecitina, que mejoran la memoria y protegen a las neuronas. Es importante para prevenir enfermedades como el ictus y el Alzhéimer. 
  • Salud cardiovascular: Favorece la circulación sanguínea, reduce el colesterol e impide que la grasa de adhiera a las arterias.
  • Antiinflamatorio: Para mí, esta es una de sus grandes funciones. Es muy recomendable para personas que sufren problemas de artrosis, artritis, túnel carpiano e incluso calambres musculares, esguinces, tendinitis o dolor de oído. Los ácidos grasos linoleico y oleico logran reducir la incidencia de procesos inflamatorios. Para ello, puedes tomar 2 cucharadas de aceite de sésamo al día como aliño o bien, puedes humedecer la zona que te duele en aceite de sésamo y masajearla durante 15 minutos. 
  • Salud de los huesos: El aceite de sésamo es riquísimo en calcio, un calcio mucho más saludable que el de la leche de vaca.
  • Es antioxidante: La vitamina E de la que antes hablaba también ayuda a retrasar el envejecimiento y a prevenir enfermedades degenerativas.
  • Para la piel: Las propiedades cosméticas de este aceite son excelentes, ayuda a prevenir el envejecimiento de la piel y le aporta firmeza. Se puede aplicar directamente en la piel. 
  • Para la salud de la mujer: En Oriente, a este aceite se le considera el “aceite de la mujer” pues logra reducir el dolor asociado a la menstruación y es muy saludable en la menopausia.

Aceite de Pepita de Uva

Este aceite es un gran desconocido pero también es muy saludable. Está constituido mayoritariamente de ácidos grasos insaturados, siendo mayor la proporción de ácido linoleico (omega 6) que linolénico (omega 3). También tiene cenoles, fitoesteroles, tocoferol, carotenoides y otros fitoquímicos asociados a un efecto antiinflamatorio.

Pero si en algo destaca este aceite es por su gran riqueza antioxidante gracias a la gran cantidad deresveratrol que contiene. Por ello, ayuda a reducir el estrés oxidativo y elimina los radicales libres. Incluso, esta propiedad antioxidante puede llegar a evitar la oxidación de lípidos en sangre y ayudar a prevenir la aterosclerosis. Este contenido en resveratrol también le aporta grandes propiedades antiinflamatorias, tal y como he señalado antes. Además, contribuye a una mejor salud metabólica y promueve el funcionamiento cardiovascular y previene patologías asociadas.

Y por su fuera poco, también tiene propiedades muy interesantes para nuestra salud cutánea, con un gran poder reparador y protector de la piel. Como es inodoro lo puedes utilizar como base con otros aceites esenciales y aplicarlo directamente sobre la piel.

Aceite de Coco

Desde hace unas semanas, ha surgido un debate sobre la peligrosidad del aceite de coco debido a un comentario de una profesora de la Universidad de Harvard, Karen Michels, en el que lo calificaba como “veneno” por su contenido en grasas saturadas.

Para empezar, cabe destacar que hemos podido observar cómo la popularidad del aceite de coco ha tenido fluctuaciones a lo largo de los años. Previamente al 2014, en occidente casi ni lo conocíamos debido a que los médicos lo desaconsejaban por su contenido de grasas saturadas. A partir del 2015 el aceite de coco ganó popularidad por sus distintos y probados beneficios y, hace unas semanas, su popularidad ha vuelto a bajar.

Desde mi punto de vista como Naturópata, no se debería consumir ningún alimento por moda y que todos debemos asegurarnos de lo que consumimos.

La estructura química del aceite de coco le confiere otro tipo de proceso dentro de nuestro organismo, al tratarse de triglicéridos de cadena media. Esto es clave para entender que no aumenta el colesterol. Pero esto, lo detallaré en un próximo artículo. Por ahora, adelanto los beneficios del aceite de coco:

  • Nos ayuda a tener un peso equilibrado y saludable.
  • Nos aporta energía de manera inmediata.
  • Mejora la salud cardiovascular.
  • Regula el metabolismo.
  • Mejora el funcionamiento de la tiroides.
  • Nutre la piel y el cabello.

También tiene la ventaja de ser uno de los dos aceites, junto con el de oliva, que no se vuelven tóxicos cuando se cocinan a altas temperaturas, a diferencia del resto de aceites vegetales.

Si deseas saber más sobre algún aceite en concreto o conocer cuál de ellos deberías introducir o eliminar de tu dieta para mejorar tu salud, no dudes en ponerte en contacto conmigo.

Y si quieres saber más sobre qué aceites emplear y cómo para el cuidado cosmético, ¡no te pierdas este artículo!

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