Baudouin, C., Charveron, M., Tarroux, R., & Gall, Y. (2002). Environmental pollutants and skin cancer. Cell biology and toxicology, 18(5), 341-348.
Estamos cada vez más expuestos a la contaminación ambiental. Los contaminantes se pueden inhalar, ingerir o entrar en contacto con la piel según la forma en que se produzcan. En la metabolización, activación o acumulación, los contaminantes pueden volverse extremadamente tóxicos para los órganos vitales y esto a menudo está relacionado con un fuerte efecto genotóxico.
Dado que la piel actúa como una barrera entre el organismo y el medio ambiente, con frecuencia está directamente expuesta a la contaminación. Muy a menudo se degrada por los agentes contaminantes y actúa como una entrada hacia otros tejidos.
Numerosos estudios en humanos reconocen y demuestran el poder carcinogénico de ciertos contaminantes en el tracto digestivo y respiratorio. Los “contaminantes” que reaccionan más específicamente con la piel son: radiación ultravioleta, hidrocarburos aromáticos policíclicos (p. Ej., Benzo [ a] pireno), compuestos orgánicos volátiles (por ejemplo, benceno), metales pesados y ozono. La radiación ultravioleta, un contaminante “físico”, se ha descrito como el factor responsable de la mayoría de los cánceres de piel en el hombre. La genotoxicidad de la luz UV está bien documentada (tipo de lesión o mutación, etc.) y su efecto carcinogénico se demuestra claramente in vivo en el hombre.
Algunos estudios epidemiológicos describen la carcinogenicidad de ciertos contaminantes como el arsénico o el plomo en la piel. Sin embargo, la mayor parte de la evidencia del papel de los contaminantes en los cánceres de piel proviene de estudios en animales in vivo o de estudios in vitro.estudios (por ejemplo, HAP).
En este informe, se presentan diferentes estudios para ilustrar las estrategias de investigación desarrolladas para investigar el mecanismo de acción de los contaminantes “químicos” y su papel potencial en la patología de la piel humana. Todos los modelos de estudio y las técnicas de investigación asociadas son herramientas para una mejor comprensión y, por lo tanto, una prevención más eficaz de los efectos nocivos causados por el medio ambiente.