Prevención y tratamiento de las enfermedades crónicas – A través de la nutrición Naturopática; por Conan D. Jones, Naturópata ND

Definición de enfermedades crónicas

¿Recuerdas la famosa frase: “Una manzana al día mantiene al médico en la lejanía”? Teniendo en cuenta lo altamente nutritivas que son las manzanas, no es una idea descabellada estudiar de qué manera son los alimentos un aliado en la lucha contra las enfermedades crónicas. Definamos más a fondo las enfermedades crónicas y luego analicemos cómo se puede utilizar la nutrición en la prevención y el tratamiento de las mismas.

Dado que ya estamos hablando de manzanas, concentrémonos en la raíz del problema y analicemos las enfermedades crónicas. Existe alguna variación dentro de la comunidad médica con el uso del término “enfermedad crónica”; sin embargo, por definición, “crónico” es algo que ocurre continuamente o se repite constantemente. Una enfermedad es un trastorno en el cuerpo que produce signos y síntomas que indican un mal funcionamiento y la necesidad de intervención, según lo indicado. Por lo tanto, una enfermedad crónica es un mal funcionamiento constante o recurrente del cuerpo. Las enfermedades crónicas son a largo plazo y pueden tener lamentables desenlaces fatales a pesar del tratamiento o si no hay una opción de tratamiento disponible. ¿Sabías que no solo las afecciones físicas sino también las condiciones de salud mental pueden clasificarse como enfermedades crónicas? Estos son algunos ejemplos comunes de enfermedades crónicas:

  • Enfermedad de Alzheimer
  • Artritis
  • Asma
  • Depresión bipolar
  • Cáncer
  • Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
  • Diabetes
  • Enfermedad del corazón
  • VIH / SIDA
  • Obesidad

¿Cómo se producen las enfermedades crónicas? Para tratar una enfermedad crónica, se debe abordar la raíz del problema. Al igual que con las raíces de un manzano, hay que buscar en lo profundo las raíces de las enfermedades crónicas. La buena noticia es que las causas de las enfermedades crónicas se pueden prevenir en gran parte. Se ha demostrado que el consumo de tabaco y alcohol, la inactividad física y la mala nutrición son las causas más frecuentes de las enfermedades crónicas.[3]¿Te das cuenta cómo todos estos comportamientos dependen de decisiones personales? ¿Sabes lo que esto significa para ti? ¡Esto significa que tienes la capacidad y el poder para tratar de prevenir las enfermedades crónicas!

¿Esto parece demasiado bueno para ser verdad? Lamentablemente, también hay causas de enfermedades crónicas que no se pueden prevenir. Las personas predispuestas a las causas inevitables de enfermedades crónicas incluyen las mujeres, los ancianos, los pobres, los que tienen menos educación formal, las personas sin hogar y las genéticamente predispuestas.

Las apariencias pueden engañar con respecto a las enfermedades crónicas. Imagina que estás recogiendo manzanas en un hermoso huerto. Al decidir qué manzana vas a recoger, inspeccionas las manzanas visibles que tienes cerca y observas cómo algunas tienen imperfecciones notorias en el exterior y otras no. Eliges una manzana que se ve lisa y brillante en el exterior. Después de recoger y lavar la manzana, la pones en una tabla de cortar y cortas el centro. ¡Caray! ¿Cómo podía tu manzana aparentemente normal tener agujeros de gusano y estar marrón en el interior? La enfermedad crónica también es engañosa, y no todas las personas muestran signos externos de enfermedad. Las personas pueden presentar señales externas y / o internas cuando tienen enfermedades crónicas. La moraleja del cuento: nunca sabemos qué problemas de salud están enfrentando los demás.

Volvamos al mismo manzano. Observa bien el árbol y mira la cantidad de manzanas que tiene. En nuestra divertida analogía, las manzanas en el árbol representan a la población general. Imagina que casi la mitad de las manzanas en el árbol tienen una imperfección externa o interna, al igual que casi la mitad de la población tiene una enfermedad crónica. Cuando la mayoría de la población padece una enfermedad crónica, se genera un gran problema de salud que afecta el bienestar de la sociedad. Además, tener una enfermedad crónica predispone a una persona a tener otra enfermedad crónica. También se ha demostrado que las enfermedades crónicas son la principal causa de muerte y discapacidad en todo el mundo. Dado que las enfermedades crónicas son como una manzana podrida, analicemos más a fondo las formas de prevenirlas y tratarlas a través de la nutrición.

Prevención de las enfermedades crónicas

Como se mencionó anteriormente, las enfermedades crónicas tienen factores que se pueden prevenir y otros que son inevitables. Los factores de prevención incluyen las decisiones saludables, como abstenerse del consumo de tabaco y alcohol, aumentar la actividad física y mantener una dieta nutritiva. Tu dieta es el tipo de comida que comes; sin embargo, la nutrición se refiere a los alimentos que consumes en comparación con las necesidades celulares y metabólicas de tu cuerpo (es decir, las vitaminas y los minerales). Por lo tanto, tu dieta impactará tu estado nutricional y tu salud general, para bien o para mal.

Cada persona tiene diferentes necesidades nutricionales basadas en su composición corporal única. Existen muchos planes nutricionales y cada persona debe encontrar el plan adecuado, de forma individual o con la ayuda de un profesional calificado, para mantener una salud óptima. Un punto clave a recordar es no elegir un programa de pérdida de peso rápido o que está de moda, que no haya sido respaldado por literatura confiable.

En general, una dieta limpia llena de frutas y verduras, carnes alimentadas con pasto, proteínas magras, carbohidratos complejos, aceites saludables y especias orgánicos; de origen local; y libre de hormonas, pesticidas, organismos modificados genéticamente (OMG) y alérgenos, y coherente con las creencias personales, es lo ideal para reducir la carga tóxica general y ayudar a disminuir el riesgo de enfermedades crónicas. Al elegir frutas y verduras, trata de comer una variedad con todos los colores del arco iris para asegurarte de recibir una variedad de vitaminas y minerales en tu dieta saludable. ¿Sabías que comer alimentos inflamatorios, como los ácidos grasos trans y el azúcar, también está relacionado con un mayor riesgo de cáncer y otras enfermedades crónicas? Intenta eliminar los alimentos CRAP (basura, en inglés) de tu dieta:

C = refrescos Carbonatados
R = alimentos y azúcares Refinados
A = edulcorantes y colorantes Artificiales
P = alimentos Procesados

La prevención comienza contigo y las decisiones que tomas en cada comida. La próxima vez que vayas a la despensa a buscar los chips de queso, quizás podrías desviarte hacia la cesta de frutas. ¡Una manzana al día podría ayudar a mantener al médico en la lejanía después de todo!

Tratamiento de las enfermedades crónicas

Si una enfermedad crónica no se puede prevenir, el siguiente paso es el tratamiento. Una dieta rica en nutrientes puede ayudar a prevenir y tratar las enfermedades crónicas. Cuando una persona tiene una enfermedad crónica, el tratamiento se vuelve específico para atender a ese individuo específico. Las bases del tratamiento moderno de las enfermedades crónicas incluyen medicamentos, cirugías y terapias de radiación; sin embargo, estos tratamientos a menudo producen efectos secundarios inesperados e indeseados. Las terapias convencionales requieren un enfoque de riesgo versus beneficio para elegir las terapias adecuadas para cada persona.

Anteriormente discutimos la importancia de tener una dieta llena de alimentos limpios y de calidad. ¿Por qué esto es así? Piensa en el cuerpo humano como una fábrica compuesta de diferentes departamentos (órganos) que están llenos de personas (células), que se comunican entre cada departamento. Esta comunicación es lo que determina cuán bien funciona la fábrica (el metabolismo y las funciones básicas del cuerpo). El cuerpo humano está hecho de células, que utilizan mensajeros químicos para comunicarse con el cuerpo. Otros productos químicos que también pueden comunicarse con el cuerpo humano incluyen los medicamentos, los OMG, los aditivos alimentarios artificiales (colorantes, edulcorantes) y los pesticidas. Estos químicos se pueden encontrar en el medio ambiente, en el hogar y en los productos de belleza, y en los suministros de alimentos y agua. No todos los productos químicos son iguales. ¡Por favor, elige los que te ayudarán, no los que dañarán tu cuerpo!

Junto con las estrategias nutricionales para controlar las enfermedades crónicas, se pueden recomendar muchos otros tratamientos. Algunas enfermedades crónicas tienen un desenlace fatal independientemente del tratamiento; sin embargo, los síntomas pueden aliviarse y paliarse con terapias de apoyo, que pueden incluir aminoácidos, hierbas, minerales, vitaminas y más. Los medicamentos pueden ser necesarios en algunos casos para satisfacer las necesidades de cada individuo y pueden administrarse a través de varias rutas, incluidas las terapias con vitaminas por vía intravenosa. Las personas deberán trabajar con un médico calificado para encontrar el equilibrio de tratamiento adecuado mientras monitorean los resultados y ajustan o reducen las terapias según se indica.

En conclusión, las enfermedades crónicas se pueden prevenir en gran parte, pero también tienen algunas causas que no se pueden prevenir. El equilibrio correcto de la actividad física; evitar el tabaco y el exceso de alcohol; y una nutrición adecuada con una dieta limpia, de calidad y rica en nutrientes es esencial para las estrategias de prevención y tratamiento. El tratamiento de las enfermedades crónicas incluye terapias específicas que se adaptan a las necesidades de cada persona. ¡Con las herramientas adecuadas, el cuerpo humano tiene la increíble capacidad de ayudarse a sí mismo!
Referencias

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  2. Scully J. L. “What is a disease?” EMBO Reports, Vol. 5, No. 7 (2004): 650–653.
  3. Raghupathi, W., and V. Raghupathi. “An empirical study of chronic diseases in the United States: A visual analytics approach.” International Journal of Environmental Research and Public Health, Vol. 15, No. 3 (2018): 431.
  4. Molarius, A., and S. Janson. “Self-rated health, chronic diseases, and symptoms among middle-aged and elderly men and women.” Journal of Clinical Epidemiology, Vol. 55, No. 4 (2002): 364–370.
  5. Buttorff, C., T. Ruder, and M. Bauman. “Multiple chronic conditions in the United States.” Santa Monica, RAND Corporation, 2017. Available from https://www.rand.org/pubs/tools/TL221.html · Accessed 2019 02 21.
  6. Skerrett, P.J., and W.C. Willett. “Essentials of healthy eating: A guide.” Journal of Midwifery & Women’s Health, Vol. 55, No. 6 (2010): 492–501.
  7. The American Heart Association. Eat More Color. · https://www.heart.org/en/healthy-living/healthy-eating/add-color/eat-mo… · Accessed 2019 02 21.
  8. Allam, M.F., and O. Arjona. “Health promotion or pharmacological treatment for chronic diseases?” Journal of Preventive Medicine and Hygiene, Vol. 54, No. 1 (2013): 11–13.
  9. Gaby, A.R. “Intravenous nutrient therapy: The ‘Myers’ cocktail.’” Alternative Medicine Review, Vol. 7, No. 5 (2002): 389–403.

Fuente: Naturopathic Currents