La permeabilidad intestinal se encuentra en muchas situaciones clínicas graves y en trastornos comunes como el síndrome del intestino irritable. En estas condiciones, las sustancias que normalmente no pueden atravesar la barrera epitelial obtienen acceso a la circulación sistémica. 

Para ilustrar la posible nocividad del intestino permeable, presentamos un argumento basado en ejemplos vinculados a la glucosilación de proteínas o lípidos inducida por el procesamiento moderno de alimentos. 

El aumento de la permeabilidad intestinal debería mejorarse en gran medida mediante la adición dietética de compuestos, como la glutamina o la curcumina, que tienen el potencial mecanicista de inhibir la inflamación y el estrés oxidativo relacionado con la apertura de la unión cerrada.