La cistitis intersticial – Parte dos: Tratamiento de la causa raíz; por Lara Spector, Naturópata ND

Introducción

Como describí en mi primer artículo (https://www.naturopathiccurrents.com/articles/interstitial-cystitis-nat…), la cistitis intersticial (CI), también conocida como síndrome de la vejiga dolorosa, es una afección inflamatoria crónica asociada generalmente con una larga historia de malestar y/o dolor en la vejiga. Otros síntomas pueden incluir: aumento de la frecuencia urinaria, urgencia y presión en la región pélvica. El propósito de este artículo es revisar los factores clave que contribuyen a la CI, así como las terapias basadas en la evidencia que abordan cada uno de estos factores coadyuvantes.

La etiología de la CI es multifactorial y los siguientes son factores físicos clave cuando se aborda esta afección:

➦Inflamación y disfunción del epitelio de la vejiga (asociadas con la activación de los mastocitos y la insuficiencia de glicosaminoglicanos (GAG))

➦Acidez de la orina

➦Sensibilidad a la arilalquilamina

➦Infección

➦También es muy importante abordar los factores psicológicos de la CI, por ejemplo, el estrés. El estrés es un factor clave que contribuye a la CI, del cual hablamos en el primer artículo.

Consideraciones de tratamiento

Es importante señalar que ningún proceso patológico único está universalmente presente en los pacientes con CI. Cuando se trata a un paciente con CI, es útil recordar dos principios rectores de la Medicina Naturopática; Identificar y tratar las causas y tratar a la persona en su totalidad.

Terapias clave para cada factor clave

Inflamación y disfunción del epitelio de la vejiga. La inflamación juega un papel clave en la cistitis intersticial y la permeabilidad de la pared de la vejiga es un sello distintivo en aproximadamente el 80% de los casos de la CI (4). El adelgazamiento del epitelio de la vejiga, la erosión y el aumento de la infiltración de los mastocitos son características de las muestras de biopsias de vejiga en pacientes con CI. La primera capa de la vejiga que resulta destruida por estos procesos inflamatorios es la capa de glicosaminoglicanos (GAG), que actúa como la barrera entre los tejidos de la pared de la vejiga y la orina (3).

Dieta. La modificación de la dieta es una terapia estándar para la CI y está orientada hacia una naturaleza antiinflamatoria. A menudo, un diario de alimentos / síntomas / evacuación es esencial para descubrir posibles desencadenantes y eliminarlos. Para algunos, evitar los alimentos inflamatorios como el gluten, los lácteos y el azúcar puede ser un gran comienzo, además de evitar los alimentos irritantes como se describe a continuación en la sección de Acidez. Otra opción es una prueba de IgG para determinar la sensibilidad inmunológica a los alimentos.

Sulfato de glucosamina y quercetina. El sulfato de glucosamina es un precursor de la capa de GAG y, por lo tanto, puede proporcionar sustratos utilizables para fomentar la sanación de la pared de la vejiga. Un estudio demostró efectos beneficiosos del uso del polisulfato de pentosano, que contenía quercetina y precursores de glicosaminoglicanos (6). En el artículo anterior hablamos de la quercetina como un potente flavonoide que inhibe la activación de los mastocitos y tiene propiedades desinflamatorias.

Acidez de la orina. 

Dieta. Los estudios han demostrado que existe una relación entre los alimentos o líquidos ácidos o que producen orina con un aumento en los síntomas de la CI. Los alimentos y bebidas desencadenantes más comunes son el alcohol, las bebidas carbonatadas, las frutas cítricas, los productos a base de tomate, el café y el chocolate. Además, una ingesta constante de agua ayudará a diluir la orina y reducir la irritación de la pared de la vejiga.

Citrato de potasio o bicarbonato de sodio. Además de las modificaciones dietéticas, el consumo de agentes alcalinizantes como el citrato de potasio o el bicarbonato de sodio puede ser útil para aumentar el pH urinario y aliviar los síntomas.

Sensibilidad a la arilalquilamina

Dieta. Se ha demostrado que los alimentos que contienen arilalquilamina (triptófano, tiramina y fenilalanina) exacerban los síntomas de la CI e incluyen los siguientes alimentos y bebidas: plátanos, cerveza, queso, mayonesa, aspartame, nueces, cebollas, pasas, crema agria, vino y yogur. Evitar estos alimentos además de los alimentos ácidos e inflamatorios puede ser terapéutico para aliviar los síntomas de la CI y permitir la sanación de la pared de la vejiga.

Infección

Gayuba. Algunos casos de CI se asocian con infecciones bacterianas recurrentes, una condición conocida como cistitis bacteriana crónica. Uva Ursi es una de las hierbas antimicrobianas más comúnmente usadas para las infecciones del tracto urinario. Se ha demostrado que reduce significativamente los síntomas urinarios asociados con la infección. Es importante tener en cuenta que, para obtener resultados óptimos, esta hierba se debe tomar cuando el pH urinario sea de al menos 8 ya que sus efectos antimicrobianos requieren un pH alcalino en la orina (10).

Bushu. Esta hierba se ha usado por muchos años en infecciones del tracto urinario. Tiene efectos antimicrobianos y una afinidad específica por el tracto urinario donde puede calmar el epitelio inflamado de la vejiga (10).

Conclusión

La cistitis intersticial es una condición multifactorial y, como se menciona en el artículo, no existe un solo proceso patológico universal en todos los pacientes con CI. Por lo tanto, es importante determinar las causas raíz de los síntomas del individuo que comúnmente incluyen: disfunción y permeabilidad de la pared de la vejiga, acidez de la orina e infección. Abordar las causas principales con modalidades Naturopáticas específicas basadas en la evidencia, tales como modificaciones de la dieta, hierbas, suplementos de nutrientes clave y asesoramiento sobre el estilo de vida puede brindar alivio al paciente con CI.

Referencias

  1. Young, S.C. “Interstitial cystitis/bladder pain syndrome: A urologic mystery.” International Neurourology Journal. Vol. 20, No. 1 (2016): 3–4.
  2. Sant, G.R. “Etiology, pathogenesis and diagnosis of interstitial cystitis.” Reviews in Urology. Vol. 4, Suppl. 1 (2002): S9–S15.
  3. Fiehn, O., and J. Kim. “Metabolomics insights into pathophysiological mechanisms of interstitial cystitis.” International Neurourology Journal. Vol. 18, No. 3 (2014): 106–114.
  4. Parsons, C.L., et al. “The role of urinary potassium in the pathogenesis and diagnosis of interstitial cystitis.” The Journal of Urology. Vol. 159, No. 6 (1998): 1862–1866; discussion 1866–1867.
  5. Atchley, M.D., N.M. Shah, and K.E. Whitmore. “Complementary and alternative medical therapies for interstitial cystitis: An update from the United States.” Translational Andrology and Urology. Vol. 4, No. 6 (2015): 662–667.
  6. Theoharides, T.C., and G.R. Sant. “A pilot open label study of CystoProtek in interstitial cystitis.” International Journal of Immunopathology and Pharmacology. Vol. 18, No. 1 (2005): 183–188.
  7. Katske, F., et al. “Treatment of interstitial cystitis with a quercetin supplement.” Techniques in Urology. Vol. 7, No. 1 (2001): 44–46.
  8. Whitmore, K.E. “Complementary and alternative therapies as treatment approaches for interstitial cystitis.” Reviews in Urology. Vol. 4, Suppl. 1 (2002): S28–S35.
  9. Gillespie, L. “Metabolic appraisal of the effects of dietary modification on hypersensitive bladder symptoms.” British Journal of Urology. Vol. 72, No. 3 (1993): 293–297.
  10. Head, K. “Natural approaches to prevention and treatment of infections of the lower urinary tract.” Alternative Medicine Review. Vol. 13, No. 3 (2008): 227–244.