La endometriosis es una de las afecciones ginecológicas crónicas más comunes en las mujeres en edad reproductiva. No solo se asocia con un dolor intenso y debilitante, sino que también puede tener implicaciones importantes en la fertilidad de una mujer.
La endometriosis se define por la presencia de tejido endometrial externo a la cavidad uterina. Este tejido localizado en sitios anormales aún responde al cambio mensual de las hormonas sexuales femeninas, lo que puede provocar el crecimiento y el sangrado del tejido. El sistema inmune reacciona frente a esto, lo que provoca inflamación y formación de fibrosis, causando posiblemente más dolor y otras complicaciones. Los sitios más comunes donde se produce la endometriosis son dentro de la pelvis, como en los ovarios y las trompas de Falopio, pero también es posible que se aparezca en sitios distales, como los pulmones, el estómago, el bazo, los riñones y más. La gravedad y los tipos de síntomas que experimenta una mujer dependerán de la ubicación y extensión de las lesiones endometriales. Para llegar a un diagnóstico definitivo es necesaria una cirugía: una laparoscopia y una biopsia para confirmar. Por esta razón, el diagnóstico a menudo se realiza de forma clínica con base en los síntomas de una mujer, descartando otras causas.
Existen numerosas teorías sobre cómo surge la endometriosis. La menstruación retrógrada en la cual, durante el desprendimiento mensual del revestimiento endometrial, algunos tejidos se mueven en la dirección opuesta al flujo de salida normal, es una de las teorías más comúnmente aceptadas. También se cree que la disfunción inmune está implicada. Los sistemas inmunes de las mujeres con endometriosis parecen actuar con una respuesta inflamatoria mucho más fuerte a este tejido endometrial que se encuentra en sitios anormales, y no pueden desecharlo de la misma forma que otras lo hacen.
Si bien la causa exacta de la endometriosis aún no está clara, se han identificado algunos factores de riesgo. Los antecedentes familiares de la afección, una menarquia (primer período) a una edad temprana, ciclos menstruales cortos (menos de 27 días), sangrado abundante y una mayor duración del sangrado menstrual (más de siete días) están asociados con un mayor riesgo de desarrollar endometriosis. También hay algunos estudios en animales que sugieren que la exposición a toxinas ambientales, como las dioxinas, puede tener un papel causal y aumentar el riesgo de una mujer, pero esto aún no está completamente confirmado.
TRATAMIENTOS CONVENCIONALES
Las opciones de tratamiento actuales son algo limitadas, debido a que no se comprenden plenamente las causas de esta afección. Sin embargo, una vez que la endometriosis está presente, se considera que las hormonas femeninas son el principal factor que impulsa su crecimiento y agravamiento, ya que esta condición afecta a las mujeres durante sus años reproductivos. La mayoría de las opciones de tratamiento convencionales, como los anticonceptivos orales y otros análogos hormonales, tienen como objetivo reducir o controlar los niveles de estrógeno. Estos medicamentos pueden ser moderadamente útiles para reducir el dolor y otros síntomas, pero no son adecuados para muchas y pueden ocasionar efectos secundarios indeseables. Estas tampoco son opciones adecuadas para una mujer que desea quedar embarazada. Los analgésicos como los AINE también se prescriben a menudo, pero están asociados con otros riesgos a largo plazo, no siempre son efectivos, y solo tratan el componente sintomático de la afección. La única opción “curativa” es la cirugía, incluida una histerectomía completa, pero, por supuesto, esto conlleva otros riesgos para la salud a largo plazo y consecuencias para la fertilidad. La cirugía conservadora es la opción típica para las mujeres que desean quedar embarazadas, pero no siempre es efectiva o una intervención aceptable para algunas. Por lo tanto, existe una gran necesidad de encontrar otras opciones de tratamiento y manejo para las mujeres que sufren de endometriosis. Un enfoque integrador puede ayudar a tratar y manejar esta condición desde múltiples ángulos, para reducir el sufrimiento y mejorar los resultados de fertilidad.
EL PAPEL DE LA DIETA
La mayor parte de la investigación relacionada con la dieta y la endometriosis ha investigado cómo la dieta influye en el riesgo de desarrollar endometriosis, no necesariamente cómo se puede usar en el tratamiento y el manejo de la endometriosis. Sin embargo, es plausible que los mismos factores sean importantes: los tipos de alimentos que pueden predisponer a una mujer a desarrollar endometriosis, también pueden agravar la condición. Si bien los datos son limitados, parece haber una asociación entre una mayor ingesta de grasas trans, carnes rojas y alcohol, y un mayor riesgo de desarrollar endometriosis. Otro estudio informó que las mujeres con endometriosis parecen consumir más carne roja, café y grasas trans, y menos verduras y fuentes de ácidos grasos omega-3, que las mujeres que no sufren de esta condición. Se cree que comer más frutas, verduras, aceites de pescado y productos lácteos ricos en calcio y vitamina D puede estar relacionado con un menor riesgo de desarrollar endometriosis (6). Un estudio también informó que las mujeres que se sometieron a una fertilización in vitro (FIV) que tenían una mayor ingesta de EPA (un ácido graso omega-3) tenían menos probabilidades de sufrir de endometriosis. Se ha demostrado que el consumo de algunos de estos alimentos, como los ricos en ácidos grasos omega-3, tiene un efecto positivo con respecto a la inflamación del cuerpo. Por lo tanto, es razonable sugerir que la dieta puede ser un medio para reducir la inflamación asociada con la endometriosis, para ayudar a controlar el síntoma del dolor.
SUPLEMENTOS NUTRICIONALES
Vitamina D
La vitamina D tiene numerosas funciones en el cuerpo. Es un nutriente importante para el funcionamiento adecuado del sistema inmune, y en particular se ha demostrado que tiene un papel en la modulación de la inflamación y la proliferación de las células endometriales. También se han encontrado receptores de vitamina D y una enzima necesaria para activar la vitamina D en los tejidos endometriales, lo que ha llevado a investigar el papel que la vitamina D puede tener en el desarrollo y el tratamiento de la endometriosis. Los estudios de observación parecen identificar que las mujeres con niveles bajos o insuficientes de vitamina D pueden tener más probabilidades de sufrir de endometriosis, y aquellas que consumen más vitamina D a través de sus dietas tienen un riesgo menor. Los datos en general parecen indicar que el nivel de vitamina D puede ser importante en la forma en que surge esta afección, pero aún no son lo suficientemente sólidos como para establecer una relación clara de causa y efecto. Los estudios de intervención, que utilizan la vitamina D como tratamiento para la endometriosis, son bastante variados. Un estudio proporcionó inyecciones semanales de 50 000 UI de vitamina D a mujeres que todavía tenían puntajes de dolor significativos ocho semanas después de la cirugía. Después de 24 semanas, no se encontraron diferencias significativas entre los grupos que recibieron vitamina D y el placebo con respecto a la gravedad de los calambres o el dolor pélvico. La vitamina D puede tener otros beneficios, además de reducir el dolor, y el nivel basal de una mujer también puede ser importante antes de determinar si tomar un suplemento puede ser beneficioso. En general, se necesita más investigación para determinar si la vitamina D tiene un papel en el tratamiento de la endometriosis, pero corregir la deficiencia de vitamina D puede ser importante para prevenir la afección.
Melatonina
La melatonina es más conocida por su papel como la hormona que promueve el sueño en el cuerpo. Sin embargo, cada vez más aumentamos nuestro conocimiento sobre esta hormona endógena, identificándola como un fuerte agente antioxidante, antiinflamatorio y analgésico. Por estas razones, hay interés en ver si podría ser útil para reducir la inflamación y el estrés oxidativo que contribuyen al síntoma de dolor en la endometriosis. Si bien se ha estudiado principalmente en células y modelos animales, un ensayo en humanos de 40 mujeres mostró resultados prometedores. A la mitad de las mujeres se les recetaron 10 mg de melatonina y a la otra mitad se les dio un placebo, durante ocho semanas. En comparación del grupo control con el de placebo, la suplementación con melatonina fue capaz de reducir los puntajes de dolor diario en un 39% y los calambres menstruales (dismenorrea) en un 38% . También mejoró la calidad del sueño y redujo el riesgo de necesitar usar analgésicos de “rescate” en un 80%.
NAC y otros antioxidantes
Otro estudio prometedor investigó un producto combinado que contiene 600 mg de N-acetil cisteína (NAC), 200 mg de ácido alfa lipoico, 25 mg de bromelina y 10 mg de zinc. Se ha demostrado que estos compuestos tienen una fuerte actividad antioxidante, potencialmente capaz de interferir con los procesos que contribuyen al dolor pélvico asociado con la endometriosis. Al inicio del estudio, el puntaje promedio del dolor (en una escala analógica visual) fue de 6.68, y el 86.4% de las pacientes utilizaba los AINE para el control del dolor. De este 86.4%, el 13.6% de las mujeres tomaba AINE todos los días. Las demás solo necesitaban tomar AINE durante unos 4-5 días de su ciclo. Después de tres meses, el puntaje promedio del dolor se redujo a 4.55, y solo el 4.3% de las mujeres tuvo que tomar AINE diariamente para controlar el dolor. En la evaluación final después de seis meses de tomar el suplemento, el puntaje promedio de dolor fue de 3.52 y solo el 1.3% de las participantes todavía tomaban AINE diariamente. Los cambios en los puntajes promedio de dolor desde el inicio del ensayo hasta el seguimiento a los seis meses se consideraron estadísticamente significativos. Las mayores disminuciones en los puntajes de dolor se observaron en las mujeres que tuvieron los puntajes más altos al comienzo del ensayo.
Vitaminas C y E
Las vitaminas C y E son otros dos antioxidantes fuertes que pueden ser útiles para combatir el estrés oxidativo, un factor que contribuye al dolor, en mujeres con endometriosis. Un ensayo controlado con placebo proporcionó a mujeres 1000 mg de vitamina C y 1200 UI de vitamina E diariamente durante ocho semanas antes de la cirugía. Se informó que el dolor diario mejoró en el 43% de las pacientes, la dismenorrea (calambres relacionados con el período) disminuyó en el 37% y las relaciones sexuales dolorosas disminuyeron en el 24% de las pacientes. También se observó que hubo una disminución significativa en los marcadores inflamatorios en el peritoneo de estas mujeres. En el grupo placebo no hubo cambios en el dolor diario o dolor en las relaciones sexuales, y solo una mejora en la dismenorrea en unas pocas mujeres.
Resveratrol
El resveratrol es un polifenol que se encuentra principalmente en las uvas, el vino, las bayas, ciertos tés y los cacahuetes. Se ha demostrado que tiene efectos antioxidantes, antiinflamatorios, antineoplásicos (anticancerígenos), que pueden ser útiles para combatir la inflamación y el estrés oxidativo asociados con la endometriosis. Se ha demostrado que reduce los marcadores de inflamación en muchos estudios con animales y células. Existe un número limitado de ensayos clínicos, pero algunos muestran beneficios, especialmente cuando se usan junto con anticonceptivos orales. En un estudio, se administraron 30 mg de resveratrol en combinación con anticonceptivos orales a mujeres en las cuales no habían sido efectivos los anticonceptivos orales para reducir el dolor. Después de dos meses de esta combinación, los puntajes de dolor habían disminuido significativamente. En contraste, otro estudio de 44 mujeres, comparó el resveratrol en combinación con un anticonceptivo oral, con un anticonceptivo oral en combinación con un placebo (3). Después de 42 días, no pareció que el resveratrol tuviera un efecto mayor que el placebo (3). Sin embargo, se necesita investigar más para determinar la dosis correcta y la duración de uso que puede ser necesaria para que el resveratrol tenga un efecto positivo sobre el dolor.
Conclusión
En conclusión, existen numerosas intervenciones complementarias que pueden ser útiles como un enfoque integrador de la endometriosis, para ayudar a las mujeres a controlar el dolor crónico. Intervenciones como la acupuntura, la meditación y la atención plena también pueden ser útiles. Es probable que una combinación de cambios en la dieta, suplementos, cambios en el estilo de vida junto con medicamentos, cuando sea necesario, pueda actuar juntos y enfocarse en los muchos factores involucrados en la endometriosis, para proporcionar a las mujeres un mayor alivio. Además, un enfoque integrador, como mínimo, ofrece a las mujeres más opciones que pueden probar, antes de tener que recurrir a opciones más extremas, como la histerectomía, para aliviar su sufrimiento.
Referencias
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