Algo tan básico y sencillo como la alimentación, el ejercicio y como afrontamos el estrés, puede ayudarnos mucho a fortalecer nuestro sistema inmunitario.
Vamos a empezar a entender que es y donde está el sistema inmunitario.
La estrella de la película. Los intestinos.
Nada más y nada menos que el 80% de las células productoras de anticuerpos están en nuestro intestino y el resto se encuentra en tejidos linfáticos, tejido conjuntivo y sistema circulatorio. Lógico, si pensamos que el intestino es el lugar donde entran en contacto los alimentos ingeridos con nuestro cuerpo. Por ello, si queremos cuidar el sistema inmunitario hay que cuidar el equilibrio intestinal.
¿Dónde está la defensa intestinal concretamente?
En el íleon (el final del intestino delgado) y en el apéndice vermiforme del colon. Hay tejido linfático en forma de placas de Peyer. En la superficie de la mucosa intestinal hay células M, que son células específicas que fagocitan sustancias peligrosas para la salud (antígenos propios del patógeno). Y debajo de éstas hay linfocitos T, linfocitos B y macrófagos. Todos trabajando juntos y formando un gran equipo. Asimismo las células hepáticas reabsorben en parte los anticuerpos formados (inmunoglobulinas A) y los liberan con la bilis hacia el intestino delgado.
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Timo: lugar de maduración de los linfocitos T, la limosina y la timocitina. Tienen que estar elevadas para evitar susceptibilidad a infecciones.
Linfa: es el líquido intersticial que circula por los conductos linfáticos (por todo el cuerpo) y que arrastra desechos orgánicos de los tejidos hacia los ganglios linfáticos donde se filtran.
Bazo: Engulle bacterias y restos celulares de eritrocitos y genera linfocitos. También sirve de depósito sanguíneo. Es la mayor masa de tejido linfático que tenemos.
Hígado: produce gran parte de la linfa. Allí existen las células de Kupffer que filtran bacterias, hongos, compuestos tóxicos absorbidos desde el sistema gastrointestinal.
Sistema circulatorio y Glóbulos blancos
Macrófagos: son los basureros del cuerpo retirando restos después de infecciones.
Neutrófilos: son granulocitos que FAGOCITAN bacterias, células tumorales y restos celulares.
Eosinofilos: son granulocitos que también eliminan bacterias y también reaccionan en caso de alergias liberando histamina.
Basófilos: son granulocitos especializados en situaciones de alergia liberando histamina y otros.
Linfocitos T: se encargan de la COORDINACION INMUNITARIA Y SU RESPUESTA. Son linfocitos madurados en el Timo. Las células T colaboradoras inhiben y controlan funciones de células blancas. Las células T citotóxicas asesinan tejidos extraños, células cancerosas i infectadas por virus.
Células NK: Células natural killer o asesinas naturales destruyen células cancerosas o infectadas con virus.
Linfocitos B: Producen los anticuerpos, moléculas grandes que se vinculan sobre la bacteria en concreto (el antígeno) del patógeno invasor y atacan a bacterias, virus y células tumorales.
Como vemos, contamos con un gran equipo de células que defienden nuestro organismo. Ahora bien, tal y como hemos dicho al principio, existen muchos factores que influyen sobre su funcionamiento:
la alimentación, estrés, ritmo de vida, estado de ánimo, ejercicio físico y por lo tanto no nos basta con tomar una planta para reforzarnos, sino que tenemos que hacer un planning integral.