Eucalipto y Enantiodromia; por Grabiela Picolo, Naturópata

Hace unos días, en una clase en MBI UFSCAR, me puse en contacto con la palabra Enantiodromia, no conocía el concepto, pero Eucalyptus me vino a la mente. Sí, las plantas me “aparecen” en todas partes, sí, “hablo con ellas y me hablan”, a veces simplemente rompo las asociaciones un poco más tarde o en sueños, en el caso del eucalipto lo escribí y luego lo compartí con los estudiantes del curso de hierbas y ahora lo dejo registrado aquí también.

Enantiodromia es un término que comenzó a ser esbozado por el filósofo Heráclito con el concepto de que una gran fuerza en una dirección genera una fuerza en la dirección opuesta. “Ve por el otro lado”. El psicólogo Carl Jung profundizó el concepto aplicado al inconsciente, donde lo contrario niega, emerge imponiéndose en la actitud de la conciencia.

Mirando la dinámica energética, este movimiento pendular es natural, la energía tiende a fluir hacia el otro polo buscando el equilibrio. 

Sin pensar demasiado en el concepto que no es mi experiencia, me preguntas: 

– Ok Gabi y ¿dónde entra Eucalyptus en esta conversación?

Eucalipto globulus

Antes de hablar sobre la idea, recuerde que el eucalipto ( Eucalyptus globulus Labill) es una hierba medicinal utilizada tradicionalmente, tiene propiedades antisépticas, desinflamatorias, curativas, antiparasitarias, antitusivas, antioxidantes y antialérgicas. Es bien conocido principalmente por el uso de sus hojas en afecciones de las vías respiratorias superiores e inferiores con aplicaciones para el alivio de la tos y el desbloqueo del tracto respiratorio asociado con resfriados, etc.

Fábio L. Stern trae entre sus simbologías históricas que los aborígenes australianos la consideraban una de las primeras sanadoras del planeta, a veces considerada el árbol ciudadano, creyendo que su aroma estimula la comprensión de las posiciones y motivaciones de otras personas.

En el aspecto sutil, una de las lecturas es que tiene un fuerte papel como puente de las experiencias pasadas a la renovación y la innovación, equilibra los extremos, el miedo y el coraje, la simpatía y la aversión, creo que debido a que es un equilibrador de fuerzas extremas, se levantó en clase ese día como gran sabio, facilitador de estos procesos, es la reflexión. 

Fuente: Naturopata – Gabriela Picolo