Dickinson, S., Hancock, D. P., Petocz, P., Ceriello, A., & Brand-Miller, J. (2008). High–glycemic index carbohydrate increases nuclear factor-κB activation in mononuclear cells of young, lean healthy subjects. The American journal of clinical nutrition, 87(5), 1188-1193.
ANTECEDENTES: Las dietas de alto índice glucémico se han relacionado con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2. La glucemia posprandial dentro del rango normal puede promover el estrés oxidativo y los procesos inflamatorios subyacentes al desarrollo de la enfermedad.
OBJETIVO: Exploramos las diferencias agudas en la activación del factor nuclear marcador inflamatorio κB después del consumo de 2 comidas con carbohidratos para la composición de macronutrientes y micronutrientes, pero que difieren en el índice glucémico.
DISEÑO: Después de un ayuno nocturno, se alimentó a 10 sujetos jóvenes, magras y sanos, en orden aleatorio, con 3 comidas que proporcionaron 50 g de carbohidratos disponibles como glucosa, pan blanco o pasta. Se recogieron muestras de sangre venosa a las 0, 1, 2 y 3 h, y se extrajeron proteínas nucleares de células mononucleares. Se detectaron cambios en las proteínas del factor nuclear κB-p65 mediante transferencia Western. También se evaluaron los cambios agudos en otros marcadores de estrés oxidativo (nitrotirosina y molécula de adhesión intercelular soluble-1).
RESULTADOS: El aumento máximo en la activación del factor nuclear -B fue similar después de la harina de pan [área media (± SEM) bajo la curva: 69 ± 16% de densidad óptica h] y el desafío de glucosa (75 ± 9% de densidad óptica h), pero fue 3 veces mayor que después de la comida de pasta (23 ± 5% de densidad óptica h) ( P <0.05). De manera similar, los cambios en la nitrotirosina, pero no en la molécula 1 de adhesión intercelular soluble, fueron mayores después de la glucosa y el pan que después de la pasta ( P = 0.01 a las 2 h).
CONCLUSIONES: Los hallazgos sugieren que los aumentos fisiológicos de alta normalidad en la glucosa en sangre después de las comidas agravan los procesos inflamatorios en adultos jóvenes y delgados. Este mecanismo puede ayudar a explicar las relaciones entre los carbohidratos, el índice glucémico y el riesgo de enfermedad crónica.