Área de conocimiento: Tecnología Naturopática o Naturopatía Aplicada: Módulo: Naturopatía Alimentaria – TROFOLOGIA: “La asociación entre las dietas populares y la testosterona sérica entre los hombres en los Estados Unidos”

Fantus RJ, Halpern JA, Chang C, Keeter MK, Bennett NE, Helfand B, Brannigan RE (2019).The Association Between Popular Diets and Serum Testosterone Among Men in the United States. J Urol.

OBJETIVO: Examinar la relación entre las dietas bajas en grasas, mediterráneas y bajas en carbohidratos y el nivel de testosterona (T) en suero utilizando una muestra de pacientes grande y representativa a nivel nacional.

MÉTODOS: La base de datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (NHANES) fue consultada entre 1999-2000, 2003-2004 y 2011-2012. Se incluyeron hombres de 18 a 80 años que completaron el historial dietético de dos días y se sometieron a pruebas de suero de T. Las dietas se clasificaron en bajas en grasas, mediterráneas, bajas en carbohidratos o no restrictivas. Se utilizó el modelado multivariable para determinar la relación entre la dieta y la T. sérica.

RESULTADOS: Entre 3128 hombres que cumplieron con los criterios de inclusión, 457 (14.6%) cumplieron con los criterios para una dieta baja en grasas, 764 (24.4%) una dieta mediterránea y solo 2 (<0.1%) una dieta baja en carbohidratos, que fue eliminada de más análisis. La media de T en suero fue de 435.5 ± 6.7 ng / dL. La T media fue menor entre los hombres con bajo contenido de grasa (410.8 ± 8.1 vs. 443.5 ± 7.3, p = 0.005) y las dietas mediterráneas (412.9 ± 9.1 vs. 443.5 ± 7.3, p = 0.002). El análisis multivariable que controla la edad, el índice de masa corporal, el nivel de actividad, la diabetes, las comorbilidades y el cáncer de próstata mostró que los hombres con dietas no restrictivas tenían una T sérica más alta en comparación con aquellos que seguían una dieta baja en grasas (ß -57.2, intervalo de confianza del 95% [IC] -105,6 – -8,8, p <0,05).

CONCLUSIÓN: Los hombres que se adhirieron a dietas bajas en grasas tuvieron niveles más bajos de T en suero, incluso cuando controlaron las comorbilidades, la edad, el IMC y los niveles de actividad. Como las diferencias en la T sérica entre las dietas fueron modestas, la evitación de las dietas restrictivas en grasas debe compararse con los beneficios potenciales de cada paciente.