Ginter, E., & Simko, V. (2010). Garlic (Allium sativum L.) and cardiovascular diseases. Bratislavske lekarske listy, 111(8), 452-456.
El ajo es un componente importante en la medicina complementaria y alternativa. Grandes segmentos de la población creen y utilizan productos herbales incluso cuando no se han investigado tan a fondo como el ajo.
Los estudios experimentales y clínicos confirman que la antigua experiencia con los efectos beneficiosos del ajo tiene validez incluso en la prevención de trastornos cardiovasculares y otras enfermedades metabólicas. Los datos más recientes publicados después del año 2000 señalan de manera convincente que el ajo y sus diversas formas reducen el riesgo cardiovascular, incluidos los lípidos plasmáticos anormales, las lipoproteínas de baja densidad oxidadas (LDL), la agregación plaquetaria anormal y la presión arterial alta.
La estimulación de la generación de óxido nítrico en las células endoteliales parece ser el mecanismo preventivo crítico. El ajo puede promover un ambiente antiinflamatorio mediante la modulación de citoquinas en la sangre humana. Los efectos cardioprotectores del ajo dietético están mediados en gran parte por la generación de sulfuro de hidrógeno (H2S). Los eritrocitos convierten los polisulfuros orgánicos derivados del ajo en sulfuro de hidrógeno que relaja el músculo liso vascular, induce la vasodilatación de los vasos sanguíneos y reduce significativamente la presión arterial. Hay datos sobre la capacidad potencial del ajo para inhibir la tasa de progresión de la calcificación coronaria.
El ajo como componente dietético parece prometedor para reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular