El cerebro del corazón; por Marta Minniti, Naturópata

Estamos acostumbrados a considerar el cerebro como el centro de comando de nuestro cuerpo, el órgano que continuamente envía sus órdenes en forma de señales neuronales. La ciencia, sin embargo, ha descubierto que también en el intestino y en el

En el corazón hay células nerviosas con actividad autónoma.

El enfoque científico moderno tiende a considerar el corazón simplemente como una bomba capaz de empujar la sangre, olvidando cómo las sabidurías más antiguas de todas las civilizaciones atribuyen a este órgano muchas otras funciones y lo consideran una fuente de sabiduría, pensamiento, emociones y emociones. visión espiritual La investigación científica de las últimas décadas, sin embargo, ha resaltado aspectos sorprendentes, mostrando cómo estas asociaciones antiguas son más que simples metáforas.

La nueva rama de la neurocardiología, de hecho, descubrió la presencia en el corazón de al menos 40 mil neuronas, llamadas neuritas sensores. Es una red nerviosa tan sofisticada que merece el sobrenombre de “cerebro del corazón”. Estas neuronas le dan al corazón la capacidad de sentir de forma independiente, procesar información, tomar decisiones e incluso recordar y aprender.

La importancia de estos descubrimientos radica en el hecho de que las señales que el corazón envía al cerebro no solo son numéricamente superiores a las que viajan en la dirección opuesta, sino que también pueden influir en los procesos emocionales y las facultades cognitivas superiores, como la atención y la percepción. , memoria y resolución de conflictos.

La investigación científica llevada a cabo en los últimos 40 años en California por el Instituto HearthMath ha demostrado que en situaciones estresantes o cuando experimentamos emociones negativas, el modelo rítmico cardíaco es irregular y desordenado y esto tiene la consecuencia de enviar señales neuronales que inhiben las funciones al cerebro. cognitivo superior Esto limita nuestras posibilidades de pensar con claridad, recordar, aprender, razonar y tomar decisiones. Por el contrario, los estados emocionales positivos determinan un patrón rítmico cardíaco estable y ordenado que estimula y estimula las funciones cognitivas.

De estos estudios científicos ha surgido que el corazón en reposo no funciona de la misma manera que un metrónomo, como se creía anteriormente, pero el ritmo de un corazón sano, incluso en condiciones de reposo, es sorprendentemente irregular. La variación natural en el ritmo de los latidos del corazón se llama variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC). Los científicos y los médicos consideran que el VFC es un indicador importante de salud, ya que fotografía nuestra capacidad de adaptarnos eficazmente al estrés. En presencia de emociones negativas, de hecho, la forma de onda HRV se presenta como una serie de picos irregulares e irregulares, una señal de que las dos ramas simpáticas y parasimpáticas del sistema nervioso no están sincronizadas. Por el contrario, las emociones positivas crean una onda sinusoidal y armoniosa, determinando un patrón de ritmo cardíaco coherente, consecuencia de la sincronización de las ramas simpática y parasimpática.

La coherencia cardíaca se puede definir como un estado de funcionamiento óptimo que se traduce con el aumento del orden y la armonía en los procesos psicológicos (mentales y emocionales) y fisiológicos (corporales). Consiste en experimentar sentimientos del corazón como el amor, la compasión y la gratitud. Cuando somos consistentes, las funciones del sistema inmune y nervioso mejoran, la producción de la hormona DHEA aumenta y la presión arterial se regula. En este estado, además, es muy fácil experimentar momentos de gran lucidez mental, pueden llegar intuiciones e ideas creativas, mejora la capacidad de tomar decisiones y evaluar con claridad inexplicable los problemas de vida. La consistencia es, por lo tanto, un momento de gran conexión con nosotros mismos, un estado en el que el cerebro del corazón y el de la mente se alinean, se toman de la mano y comienzan a dialogar. Un momento en el que la sabiduría del corazón nos habla y nos aconseja.

La consistencia se puede lograr utilizando una técnica sorprendentemente simple.

Primero, concentre su atención en el área del corazón imaginando que la respiración fluye dentro y fuera del corazón o el área del pecho (por ejemplo, inhale durante 5 segundos, exhale durante 5 segundos). En este punto, trate de desarrollar internamente un sentimiento de amor puro: un aprecio por alguien o algo, el sentimiento que siente por alguien que ama, el afecto por una mascota, gratitud , belleza por un lugar especial, perfección de la naturaleza … Aquí se alcanza el estado de coherencia cardíaca.

Fuente: martaminniti.it/